El presidente de Rusia asegura que usará «todos los medios» a su alcance. Y advierte a Occidente: «No estoy fanfarroneando».
Vladimir Putin acusa a Occidente de intentar «destruir Rusia» y está dispuesto a contestar con armas nucleares. El líder ruso ha decretado una movilización militar parcial para hacer frente a la contraofensiva de Ucrania, que ha recuperado territorios este mes en el norte: 300.000 reservistas rusos irán al frente.
En un mensaje a la nación, el presidente confirmó que Rusia daría todo su apoyo a los referéndums anunciados para este fin de semana por las autoridades ocupantes en las regiones ucranianas de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia para unirse a la Federación Rusa. Para proteger las nuevas fronteras rusas usará «todos los medios a nuestro alcance». Acodado en la misma mesa donde anunció el ataque a Ucrania en febrero, Putin repitió dos veces su amenaza y advirtió a Occidente: «No estoy fanfarroneando».
En un discurso pregrabado que retrasó su emisión, prevista en la noche del martes, Putin ha justificado su agresión militar y ha pronunciado por primera vez la palabra «guerra»: «Los occidentales empujaron a Ucrania a la guerra con nosotros». «Kiev ha rechazado negociar la paz y está intentando conseguir armas nucleares», ha afirmado el presidente.
«No sólo estamos luchando contra los neonazis, sino contra todo el despliegue militar occidental», acusa Putin, para justificar la movilización de su población, y ha lanzado una amenaza clara de usar armas nucleares si se ve amenazada la «integridad territorial de Rusia«. «Usaremos todos los medios para defendernos,», ha advertido el presidente ruso, que ha repetido su advertencia: «Insisto, nos defenderemos con todos los medios que tenemos».
Movilización de reservistas
El Ministerio de Defensa ha dispuesto convocar a los reservistas militares al servicio activo desde este mismo miércoles, ya que Rusia enfrenta un conflicto prolongado contra Ucrania. Las Fuerzas Armadas recurrirán únicamente a militares reservistas, ha aclarado el presidente, que ha prometido que les brindarán entrenamiento adicional junto con la remuneración correspondiente a las personas en el servicio militar activo.
En su discurso, Putin ha insistido en la línea habitual de la propaganda rusa, asegurando que el gobierno ucraniano ha reforzado su ejército con tropas entrenadas por la OTAN, muchas de las cuales son «extremistas neonazis».
Putin ha ordenado, además, un aumento de los fondos para impulsar la producción de armas del país para apoyar el esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania. «Confío en vuestro apoyo», ha dicho a los rusos.
Perspectivas bélicas
Se trata de la primera movilización de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. El ministro de Defensa ha informado de que la movilización parcial hará que se llame a 300.000 reservistas de los dos millones que tiene el país. Concierne a aquellos con mejor experiencia militar.
Fiel a su lenguaje mesiánico cuando habla de Ucrania, Putin ha reiterado que su objetivo es «liberar» la región del Donbás en el este ucraniano, donde según él la mayoría de la gente no quiere volver a lo que llama el «yugo» de Kiev.
Pero Moscú ahora controla sólo alrededor del 60% de Donetsk. Conquistó por las armas casi todo Lugansk en julio después de lentos avances durante meses de intensos combates, pero los ucranianos han logrado entrar de nuevo y recuperar una localidad. Tras la caótica retirada de Járkov, esas conquistas están ahora en peligro.
Apoyo a los referéndums de anexión en el Donbás
Cuatro regiones ocupadas por Rusia han anunciado sus planes de referéndum para unirse a la Federación de Rusia, votaciones que Occidente considera una farsa ilegal. Si estas regiones ucranianas pasan a ser suelo ruso, Moscú puede presentar la lucha en territorio ocupado como un ataque a Rusia. Ahí encuentra Putin la justificación para movilizar a parte de sus dos millones de reservistas militares.
En una jugada aparentemente coordinada, líderes prorrusos instalados por Moscú al frente de los territorios ocupados anunciaron referéndums del 23 al 27 de septiembre en las provincias de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia. En su conjunto representan alrededor del 15% del territorio ucraniano, un área del tamaño de Portugal aproximadamente.
«El óblast de Lugansk está casi liberado, y estamos haciendo progresos en la liberación del óblast de Donetsk«, ha confirmado Putin en su discurso, en el que ha afirmado que la línea de frente en la guerra de Ucrania se extiende a lo largo de más de 1.000 km. «Haremos todo lo posible para asegurarnos de que los referéndums se puedan celebrar con seguridad», ha anunciado el presidente ruso.
Desde el entorno del Kremlin enmarcan los referéndums para las regiones ocupadas como un ultimátum a Occidente para aceptar las ganancias territoriales rusas o afrontar una guerra total con un enemigo dotado con armas nucleares.
Por su parte, los aliados de Ucrania califican los referéndums de «farsa» y se abren a la posibilidad de imponer más sanciones. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado en la Asamblea General de la ONU, que se celebra esta semana y en la que este miércoles participarán tanto Joe Bidencomo Volodimir Zelenski: «Si no fuera trágico, sería una parodia».
Fuente: elmundo.es