El barco de lujo fue sorprendido por olas de 10 metros que obligaron al capitán a realizar una brusca maniobra de seguridad, cambiar el rumbo y buscar refugio en un puerto de Portsmouth.
Un crucero que navegaba por las Islas Canarias y el Atlántico Norte pasó momentos reales de terror al ser sorprendido por una violenta tormenta que obligó al capitán a realizar una brusca maniobra de seguridad, cambiar el rumbo y buscar refugio en un puerto de Portsmouth, Gran Bretaña.
La lujosa embarcación, que transportaba 1000 turistas, sufrió daños importantes y más de 100 pasajeros resultaron heridos, cinco de ellos de gravedad. El Spirit of Discovery fue vapuleado por olas de 10 metros en el Golfo de Vizcaya, en la parte occidental de Europa, a la altura de Francia.
Cinco de los pasajeros resultaron heridos de gravedad
Producto de una maniobra realizada por el capitán, se activó el sistema de propulsión del barco, la nave se inclinó hacia un lado y generó pánico entre los pasajeros.
Spirit of Discovery se encontraba realizando un itinerario de navegación de 14 noches que había comenzado el 24 de octubre. El décimo día del viaje, ante el empeoramiento de las condiciones meteorológicas, se tomó la decisión de cancelar Las Palmas y dirigirse directamente a La Coruña para anticiparse a una tormenta que se avecinaba, según informaron desde la compañía Saga Cruises.
Mientras se dirigía a La Coruña, el Capitán recibió información de que el puerto estaría cerrado debido a condiciones climáticas adversas. En consecuencia, se tomó la decisión de regresar al Reino Unido antes de lo planeado originalmente, en un esfuerzo por adelantarse a la tormenta.
La naviera asegura que «el barco permaneció seguro en todo momento»
A través de un comunicado, Nigel Blanks, director ejecutivo de Saga Cruises, señaló que “el barco permaneció seguro en todo momento, pero debido al impacto de la tormenta algunos pasajeros sufrieron heridas. Todos fueron atendidos inmediatamente por el personal médico a bordo”.
“Si bien el clima está claramente fuera de nuestro control, queremos ofrecer nuestras más sinceras disculpas a todos aquellos afectados que ahora se encuentran sanos y salvos de regreso a casa en mares más tranquilos”, concluyó.
Mientras se dirigía a La Coruña, el Capitán recibió información de que el puerto estaría cerrado debido a condiciones climáticas adversas. En consecuencia, se tomó la decisión de regresar al Reino Unido antes de lo planeado originalmente, en un esfuerzo por adelantarse a la tormenta.
«Temimos por nuestras vidas»
Un pasajero dijo que algunos de los que iban a bordo temieron por sus vidas. “Decir ‘heridas leves’ es un insulto a las horribles fracturas de huesos, pelvis, laceraciones, suturas que sufrieron los pasajeros”, agregó.
Jan Bendall, de 75 años, que estaba en el crucero con su marido, dijo que estaban en su cabina cuando la voz del capitán sonó por el sistema de altavoces y les dijo que “permanecieran sentados o se tumbaran al suelo”. Dijo que después de que el barco se detuviera, estuvo parado durante unas 15 horas mientras estaba “atrapado en medio de la tormenta”, durante el cual ella y su marido “se aferraban a la vida”. “Fue bastante aterrador”, dijo. “No soy alguien que se asuste fácilmente… fue bastante dramático”, contaron a la cadena británica BBC.
Algunos pasajeros permanecieron dos días con los chalecos salvavidas
Otros escribieron mensajes de despedida a sus familias y no se quitaron los chalecos salvavidas durante dos días. Uno dijo: «Toda la experiencia fue horrible. Las olas llegaban hasta las ventanas del quinto piso, la gente gritaba y muebles, platos y cristales volaban en todas direcciones», comentaba uno de los afectados.
«Soy exmilitar y del servicio de bomberos y he lidiado con muchas experiencias traumáticas en mi carrera, pero esta está a la altura de las peores. La gente gritaba por sus vidas, las cosas golpeaban y chocaban a nuestro alrededor y pensaban que iban a morir», señalaba otro viajero.
«Estuvimos encerrados en los camarotes durante dos días, acostados en la cama, completamente vestidos y con chalecos salvavidas puestos. Sé que otros pasajeros escribieron notas en sus teléfonos a sus seres queridos porque no pensaban que iban a salir de allí».
Fuente: lavanguardia.com