La multinacional ha destinado a sus películas inversiones con un retorno positivo en los últimos años, aunque eso es algo que está cambiando.
La compañía de animación Disney ha llevado a cabo durante los últimos 20 años una serie de inversiones y adquisiciones que han puesto patas arriba el mercado del mundo audiovisual y lo han modificado por completo.
Desde que la multinacional residente en California se hiciera con los servicios de Pixar en el año 2006, a esta gran adquisición le han seguido otras como la de Marvel en 2009, la de Lucasfilm (Star Wars) en 2012 o la más reciente, que no es otra que la compra de 21st Century Fox, en total estas compras han supuesto para Disney una inversión de más de 84.000 millones de dólares. No obstante, a todas estas inversiones en adquisición de productoras de animación habría que sumar todos aquellos recursos que Disney ha destinado a la elaboración y producción de sus películas, una serie de inversiones que habrían tenido un retorno positivo en los últimos años, aunque eso es algo que está cambiando últimamente.
Según Valliant Renegade, un «youtuber» dedicado al análisis financiero y gran seguidor del mundo cinematográfico, la multinacional Disney habría tenido un descalabro en los últimos 12 meses a causa del mal recibimiento que habrían tenido los estrenos de sus ocho películas, a saber: «Lightyear», «Strange World», «Antman y la Avispa: Quantumanía», «Guardianes de la Galaxia: Volumen 3», «Thor: Love and Thunder», «Black Panther: Wakanda Forever», «Elemental» y «La Sirenita». Pues bien, después de comparar la facturación de estas películas con sus presupuestos de marketing de los últimos 12 meses y el retorno de la inversión de Disney, el analista llegó a la conclusión de que estas ocho películas tuvieron para Disney un coste en producción de alrededor de 1.735 millones de dólares, mientras que en el apartado de marketing (anuncios, impresiones, etc.) el coste habría rondado los 1.015 millones de dólares. Así pues, el coste total de estas ocho películas oscilaría los 2.750 millones de dólares.
Por otro lado, en cuanto a los ingresosDisney habría recaudado un total de 1.861 millones de dólares entre estas ocho películas, una cifra muy por debajo de la que marcan los costes. Hay que tener en cuenta un dato importante a la hora de evaluar los ingresos por taquilla, y es que Disney no se hace con todos los ingresos que una película es capaz de generar en un cine. De esta manera, el gigante estadounidense tan sólo se llevaría un 55% de las ventas a nivel nacional, el 43% de las ventas a nivel internacional y únicamente el 25% de las ventas en China. En resumen, Disney habría perdido con estas ocho películas un total de 889 millones de dólares, o lo que es lo mismo, más de 100 millones de dólares por película y casi mil millones de pérdidas.
A este varapalo económico habría que sumarle la reciente trifulca que la empresa cinematográfica ha tenido con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ha provocado la cancelación por parte de Disney de un proyecto que habría supuesto la creación de un complejo de oficinas en Florida. Este plan habría contribuido a la creación de unos 2.000 puestos de trabajo y una serie de inversiones de entre 900 y 1.300 millones de dólares.
Toda esta polémica giró en torno a raíz de la «identidad de género» y toda la cultura «woke» a la que Disney se ha sumado en los últimos años, ya que la multinacional se posicionó contra la norma que prohíbe la enseñanza de educación sexual y temas de género en los primeros años del sistema público de educación, algo que se extendió de forma reciente a todos los grados. Esta forma parte de una serie de decisiones que no parecen estar calando demasiado entre el público de Disney, que ve como «forzado» la inclusión de elementos feministas, raciales y relacionados con el colectivo LGTBI en sus películas y series, a la luz de las muchas críticas recibidas por Disney.
En definitiva, la compañía de Walt Disney no pasa por su mejor momento ni a nivel económico ni a nivel político, una espiral en la que Disney se ha ido introduciendo en los últimos años y de la que quizás se aleje como consecuencia de los últimos resultados en taquilla. Lo único que podemos decir hasta el día de hoy es que la «cultura woke» le está costando a Disney cientos de millones de dólares.
Fuente: libremercado.com