“Lamentablemente, y más allá de las formalidades, las acciones de (Nicolás) Maduro progresivamente han vuelto indistinguible lo que pasa en Venezuela con una dictadura“, tuiteó ayer el diputado y fundador de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, sobre la situación que se vive en el país caribeño. Con estas palabras, el dirigente difundió la entrevista que el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores -y colega de partido-, Pablo Vidal, dio a La Tercera y en la que afirmó que “Maduro se convirtió en un dictador, y la izquierda chilena no puede seguir siendo cómplice de él“.
Las frases de los dirigentes de RD se producen en un momento en que el apoyo internacional al líder chavista ha disminuido y en el que la crisis que vive Venezuela va en aumento. Aunque no fueron los primeros referentes del bloque en tomar una postura clara respecto al gobernante. El miércoles pasado, la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, escribió en su cuenta de Twitter: “Desde la izquierda, de la que me siento parte, creo que Maduro hoy es un problema para la democracia en Venezuela“.
Dos días después, su ex jefe de campaña, Sebastián Depolo, se sumó a los cuestionamientos de la periodista y, en el Primer Café de Radio Cooperativa, afirmó que “Maduro tiene que salir, pero no puede ser a costa de la sangre del pueblo venezolano“. El ex presidente de RD señaló también que dirigentes como el Jefe de Estado venezolano “sienten que son la solución para siempre en sus países y eso es una falta de democracia“.
El cambio de postura, incluso, alcanzó a la mesa nacional del FA. La máxima instancia del bloque decidió disolver el Grupo de Política Internacional -también conocido como Grupo de Apoyo al Programa (GAP) por haber sido importante al momento de articular la propuesta presidencial de Sánchez- debido “a la particular relevancia y complejidad que la agenda internacional suscita para el Frente Amplio” y por los los constantes apoyos que el GAP había otorgado al gobierno chavista.
Una decisión que la mesa nacional del bloque tomó a menos de quince días de hacer público un comunicado en el que cuestionaron la decisión La Moneda de reconocer como Presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó. “El gobierno sostiene una posición contraria al principio de autodeterminación de los pueblos y de no intervención internacional“, se lee en el texto que aún se encuentra disponible en la página web del conglomerado.
Este último punto fue utilizado por la Revista De Frente -cercana a los integrantes del Grupo de Política Internacional- para cuestionar la decisión de la instancia. “El sector liberal viene apoyando y emitiendo posiciones políticas en materia internacional recurrentemente alineadas con las derechas, y altamente enemigas de los procesos y gobiernos de Nicaragua, Venezuela, y el resto de fuerzas y procesos de carácter popular o de izquierdas en el continente”, se lee en un texto que subieron a su sito web, en el que afirman que la misma mesa nacional del FA “declaró hace unos días su rechazo a la política injerencista apoyada por el Gobierno de Sebastián Piñera frente a la situación en Venezuela“.
Aunque este no ha sido el único cambio de opinión que ha ocurrido en el Frente Amplio.
Beatriz Sánchez en 2017: “Venezuela no es una dictadura”
En abril de 2017, en plena precampaña presidencial, Beatriz Sánchez concedió una entrevista a El Mercurio en la que afirmó que Nicolás Maduro no era un dictador aunque su problema “es que cuando tienen conflictos, lo que hacen es restringir soberanía y los derechos de las personas“.
En dicha conversación la periodista además sostuvo que realizó “un editorial en que señalé que Fidel Castro era un dictador. Venezuela no es una dictadura”. Sánchez hacía referencia a su participación en el programa Combinación Clave de Radio La Clave, en la que se refirió a la muerte del líder cubano.
La entrevista que dio la precandidata presidencial se dio en un contexto en que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela había revocado los poderes de la Asamblea Nacional -de mayoría opositora- para otorgárselos a Nicolás Maduro, quien creó una Asamblea Constituyente. Situación que motivó las protestas de 2017 en la que fallecieron más de 100 personas.
Un mes después, Sánchez volvió a ser cuestionada respecto a su opinión sobre el país caribeño. “¿Qué es lo que le falta a Venezuela para poder ser catalogada como dictadura?“, le preguntó Daniel Matamala a la periodista en el programa Tolerancia Cero de Chilevisión. A lo que Sánchez respondió “hay una intención permanente de instalar rótulos” y agregó que “la preocupación hoy día es que se trate de restablecer el orden lo más rápido posible“. No obstante, la abanderada del FA no afirmó si el país caribeño era una país con un régimen democrático o dictatorial. }
Ese mismo año su jefe de campaña, Sebastián Depolo, señaló que “lo que necesita Venezuela es una vía de diálogo para la solución de su propio conflicto interno“.
Otro protagonista de este tipo de situaciones fue el diputado Giorgio Jackson, quien en abril del año pasado, durante Mesa Central de Canal 13, sostuvo un intercambio de opinión con el periodista Cristián Bofill, quien le preguntó si Venezuela era un país democrático. “Yo creo que está en crisis Venezuela y yo creo que…“, fue lo que alcanzó a responder el ex presidente de la Feuc cuando Bofill volvió a inquirirle diciendo: “¿Pero es una dictadura o una democracia?”. Ante esto, Jackson dijo “¿Por qué esa binominalidad binaria?”. Más allá del intercambio de opinión y cuestionamientos, el fundador de RD tampoco aclaró si el país caribeño estaba o no bajo una dictadura.
Aislamiento internacional a Maduro, encuestas y cálculo electoral: las razones del cambio de postura
El giro en la postura que ha tenido el Frente Amplio sobre Venezuela ha sido un comentario obligado al interior del bloque. Un integrante de la mesa nacional explica que, en parte, el aumento de los cuestionamientos al régimen de Maduro se deben a las “condiciones internacionales que actualmente se encuentra Venezuela, las que han demostrado que Nicolás Maduro se está quedando solo en el mundo“.
De hecho, la Internacional Socialista -organización mundial que reúne a partidos del sector-, reconoció como Presidente encargado a Juan Guiado, restándole apoyo a Maduro. Antes ya lo había hecho el Grupo de Lima -encabezado por países como Chile, Perú, Colombia y Canadá-, y la Organización de Estados Americanos. Además, ayer más de una decena de Estados miembros de la Unión Europea -como Francia, España, Alemania y Reino Unido- se sumaron a esta postura.
Desde el Congreso un miembro de la bancada del FA sostiene que este cambio en la postura ha sido motivado por el apoyo que han tenido los países y políticos que han cuestionado al régimen chavista. Por ejemplo, según la última encuesta Cadem un 77% de los encuestados aprobó la decisión del Mandatario Sebastián Piñera de reconocer a Juan Guaidó como Presidente encargado de Venezuela, mientras que un 86% cree que la actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet debe pronunciarse respecto a la situación del país caribeño.
Una tesis que también ronda al interior del Grupo de Política Internacional del Frente Amplio, según comenta uno de sus integrantes, es que la mesa nacional del bloque sentenció el fin de la instancia debido a los niveles mediáticos que ha alcanzado la crisis venezolana, y la presión que eso conlleva, además de un eventual “cálculo electoral”.
Los que aún no reconocen a Guaidó ni piden la salida de Maduro
A pesar del reconocimiento de la Internacional Socialista al líder de la Asamblea Nacional, el sábado pasado el presidente del Partido Socialista Álvaro Elizalde, en entrevista con La Tercera, sostuvo una opinión disonante. Al ser consultado sobre un eventual apoyo a Juan Guaidó, el senador afirmó que esto “no ayuda a la solución de la crisis esta controversia”. El ex ministro de Bachelet II también aseguró que el compromiso de su colectividad “no es ni con Trump ni con Maduro, sino con el pueblo venezolano“.
No solamente en el mundo socialista hay opiniones contrarias, en el propio Frente Amplio hay figuras que han optado por mantener su apoyo al líder chavista. Una de ellas es la diputada de Comunes, Claudia Mix, quien afirmó a Emol que “acá hay un problema de visiones distintas de lo que sucede en Venezuela“. De hecho, en conversación con el medio digital la legisladora sostuvo que ella tiene una postura clara respecto al país caribeño, la cual además es pública. De hecho, en agosto del año pasado, la congresista señaló: “No creo que exista violación a los Derechos Humanos en Venezuela“.
Otro líder al interior del conglomerado que tiene una postura contraria es el dirigente sindical Cristián Cuevas, quien a través de una carta pública en respuesta a Beatriz Sánchez, difundida a través de su cuenta de Twitter, dijo que “el problema de Venezuela no es Nicolás Maduro. La crisis venezolana no puede reducirse a la forma de ser o el estilo de gobernar del presidente venezolano“. La misma red ha usado Esteban Silva, del Movimiento Democrático Popular, para tildar a Guaidó como un “golpista” y sostener que en el país caribeño hay “una democracia participativa y social impulsada por Nicolás Maduro“.