El diputado se refiere a las discrepancias que esta semana se generaron al interior de Chile Vamos. Asegura que «saber administrar estas diferencias con algún grado de civilidad, puede ser la clave de la gobernanza de largo plazo que el país busca en una coalición».
Si los primeros días de la semana, la agenda política de Chile Vamos estuvo marcada por las diferencias en torno a los dichos del saliente ministro de las Culturas, Mauricio Rojas y el Museo de la Memoria, el viernes en la coalición se volvieron a generar discrepancias. Pero, esta vez, por las distintas visiones acerca del funcionamiento del Segundo Piso de La Moneda y cómo el Gobierno ha desarrollado su gestión en materia comunicacional.
Ya hace unos días, el presidente del RN, Mario Desbordes, sostuvo que Evópoli, buscaba diferenciarse de la coalición de “manera negativa”, al desmarcarse de la postura de sus compañeros de coalición en el “caso Mauricio Rojas”.
En conversación con “El Líbero”, el ex ministro de las Culturas y hoy jefe de bancada de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, aborda las diferencias al interior del sector.
-Tras el cambio de gabinete se esperaba que el gobierno diera un reimpulso a su agenda. ¿Considera que cumplió?
-Es prematuro saberlo, las agendas de los gobiernos son mas largas que la contingencia de una semana, sin embargo, creo que el gobierno saldrá fortalecido ante la ciudadanía y el país tendrá un buen año.
–¿La Moneda realizó una buena lectura para realizar los cambios en los ministerios?
–Cuando hablamos de La Moneda, hablamos del Presidente. Esa dicotomía extraña de algunos de criticar al Segundo Piso, como si no se tratara de los estrechos colaboradores diarios que ha elegido el Presidente, no es más que una forma oblicua de criticarlo a él y denota mucha cobardía. Los cambios fueron muy pertinentes.
Hay batallas que hay que dar, no necesariamente con la seguridad de que se van a ganar, sino con la convicción de instalar banderas propias en las que creemos”.
–El senador Felipe Kast señaló, hace unos días, que el gobierno debiera “atreverse” a ir al Congreso con reformas “que podamos perder”. ¿Comparte esta mirada?
–Sí, creo que hay batallas que hay que dar, no necesariamente con la seguridad de que se van a ganar, sino con la convicción de instalar banderas propias en las que creemos.
-¿Y cuáles cree que son los proyectos que el gobierno debería impulsar?
–Los que busquen mejorar la empleabilidad, flexibilizarla y darles seguridad a los trabajadores, un doble esfuerzo que cree mayor dinamismo laboral, es urgente. Por otra parte, hacer un foco especial en adultos mayores avanzando con los proyectos de mejora en las pensiones, de atención preferente en materia de salud y costo de los medicamentos. Una reforma audaz en lo tributario que permita dinamizar la economía, facilitar la inversión, dar certeza jurídica, mejorar la productividad, avanzar en deshacernos de burocracia estatal y tramites engorrosos para el emprendimiento. Por último, centrar las políticas para hacer de la vida en las ciudades lugares amables para la convivencia social de la ciudadanía.
“La declaración de Boric me resultó sorpresiva y valorable”
-Esta semana ha habido algunas diferencias de RN y la UDI con Evópoli, tras la salida de Mauricio Rojas del Ministerio de las Culturas. ¿Qué le parece esas divergencias en materia de DD.HH.?
–Me sorprende que hayamos importado un conflicto en una materia en la cual el peso de la prueba hoy se encuentra en la izquierda, de la que uno esperaría una condena igualmente airada con respecto a la dictadura cubana de más de 60 años, a la Venezolana o Nicaragüense, que matan gente en las calles hoy. Sin embargo, no parece haber disposición de hacerlo, salvo la declaración de Boric, que me resultó sorpresiva y valorable. En el análisis contingente, pasada la refriega mediática producida por las opiniones del ex ministro Rojas respecto del Museo de la Memoria, creo que el Presidente sale fortalecido. No hay en Chile Vamos algún partido que justifique violaciones a los DD.HH. o pretenda negarlos. Así como no se puede, tampoco, reducir la historia reciente de Chile a lo que incorpora o no un museo cuya misión no es dar cuenta cabal o historiográfica de los hechos que llevaron al quiebre democrático, respecto del que se originó la diferencia de opinión en la coalición.
En el análisis contingente, pasada refriega mediática producida por las opiniones del ex ministro Rojas respecto del Museo de la Memoria, creo que el Presidente sale fortalecido”.
-El presidente de RN, Mario Desbordes, dijo que “lamentablemente, Felipe Kast y Evópoli buscan diferenciarse de la coalición de manera negativa. La verdad es que agota un poco este afán de sacar al pizarrón a los socios”. ¿Cómo evalúa esas críticas?
-Me sorprendieron, desconozco por que reaccionó así o que habrá interpretado él. Puede obedecer a algún gesto para afianzar la interna, no lo sé. Lo conversamos y nadie se lo explica mucho. Es bueno decir que la relación entre los jefes de bancada de los tres partidos ha sido muy buena y de esto pueden dar fe Leopoldo Pérez (RN) y Javier Macaya (UDI), también, con quienes estamos en permanente conversación. A veces hay que dejar pasar algunas cosas. No todos los días son domingo.
-Usted ha destacado que “hay opiniones distintas, lo que agrega diversidad a nuestra coalición”. ¿Por qué cree que esto genera incomodidad?
-Porque, sin duda, es un tema duro para derecha el de los DD.HH. Es una línea que se cruzó, que debemos admitir como sector político, así como exigimos a la izquierda igual dureza en condenar los atropellos enormes a los DD.HH. en gobiernos de su signo, que se producen hoy, mientras hablamos. Pero no es algo sencillo de aceptar, ni de hacer. En ninguna parte. Si bien ha tomado tiempo, somos humanos y estas heridas no terminan de cicatrizar. Hoy existe una generación de centroderecha que se siente con una autoridad moral para condenar violaciones a los DD.HH. aquí y en cualquier parte, sin complejos.
Uno esperaría una condena igualmente airada con respecto a la dictadura cubana de más de 60 años, a la Venezolana o Nicaragüense. Sin embargo, no parece haber disposición de hacerlo, salvo la declaración de Boric, que me resultó sorpresiva y valorable”.
-¿Estas diferencias en Chile Vamos dificultan la gestión del gobierno?
-Nos preparan para el futuro, forjan carácter en la coalición. Saber administrar estas diferencias con algún grado de civilidad, puede ser la clave de la gobernanza de largo plazo que el país busca en una coalición. Nadie dijo que sería fácil y vamos a ver cómo nos va.
-¿Considera que la oposición está bloqueando al gobierno al criticar la designación de Rojas y ahora del subsecretario de Salud, Luis Castillo?
–La actitud de alguna oposición respecto a lo de Castillo no deja de ser curiosa, ya que no existe ninguna sentencia de algún tribunal que lo declare culpable, ni siquiera algún procedimiento judicial en el que esté inculpado, siquiera imputado. Todo se reduce, entonces, a la sospecha de su eventual participación en el ocultamiento de una autopsia que, como señala el mismo Hospital Clínico de Universidad Católica en una declaración, prestó siempre cooperación cuando se le requirió. Con ese criterio la cacería de brujas puede extenderse al infinito y no veo ninguna por la que el gobierno debiera prestarse a ella.