Fuera del Ministerio Público se ha convertido en una estrella de Twitter que sigue defendiendo su trabajo en el caso Penta y también los temas que más le quitan el sueño a la opinión pública: corrupción, seguridad ciudadana, abuso de menores y paridad de género. La mezcla perfecta, sellada con su reciente participación en el matinal más popular del momento, mientras sigue preocupado de la «ética corporativa de las empresas», el abogado esquiva el peligro de convertirse en opinólogo aceptando ir a foro donde estará el Presidente y representantes de los «poderosos» a los que sigue vigilando.
Bajó el rating. El lunes, Carlos Gajardo fue invitado al matinal «Mucho Gusto» de Mega para hablar en un panel titulado “¿Por qué no funciona la lucha contra la delincuencia?”. Aunque la participación del ex fiscal duró poco más de 20 minutos e hizo que la sintonía descendiera de 7 a 5 puntos, su aparición fue bien evaluada, porque además de opinar, desplegó cifras, indicadores y datos duros que, según comentan en la estación del grupo Bethia, son una buena manera de abordar el tema que entrega buen rating y donde el espacio que conduce Luis Jara estaba al debe. Pero además porque implica un tratamiento delicado para no generar críticas como las que cayeron sobre Chilevisión con el caso de Fernanda Maciel, la joven embarazada que desapareció desde Conchalí en febrero de este año.
«Puede que siga siendo invitado como panelista. Es el indicado para dar un punto de vista más técnico y no necesariamente alarmista a los temas de delincuencia” afirman en el canal, donde lo convocaron a propósito del homicidio de una mujer en La Reina por parte de un menor que tenía 21 detenciones. Gajardo criticó el funcionamiento de los tribunales en este caso y recordó cuando fue asaltado en su casa por un grupo de menores, uno de los cuales quedó en libertad.
Las brasas de Penta
Gajardo renunció al Ministerio Público después de 17 años. Partió en la Fiscalía de Curicó donde alcanzó su primer caso de notoriedad pública, al condenar a 541 días de pena remitida a Augusto Pinochet Hirirart por porte ilegal de armas y conducir un auto robado. Casi dos décadas después, el ex fiscal se fue del Ministerio Público, junto a su amigo y colega Pablo Norambuena, en un gesto de protesta por el acuerdo que permitió un procedimiento abreviado en el caso del senador UDI, Iván Morerira, implicado en el financiamiento irregular de su campaña a través de boletas falsas con el grupo Penta.
En este tiempo, ha demostrado tener un olfato impecable para escoger los temas en que se mete como un activo columnista en La Tercera, T13 Radio y especialmente en Twitter, desde donde despliega su opinión sobre los asuntos que le interesan. Precisamente los preferidos del público: seguridad ciudadana, corrupción, prevención del abuso sexual y feminismo, pero particularmente paridad de género.
«Gajardo es un excelente profesional, lo contrataría como mi abogado. A pesar que tenemos muchas diferencias en el ámbito profesional, además tiene el biotipo de un chileno común y corriente, habla en lenguaje simple y le gustan Los Prisioneros, por darte un ejemplo. Pero se convirtió en un personaje de si mismo. Al paso que va es muy posible que se convierta en un opinólogo”, comenta en forma reservada un abogado que litigó en contra de él cuando era fiscal. Una visión muy en la línea de las críticas que le hizo el Fiscal Nacional, Jorge Abbott, cuando afirmó -al conocerse su renuncia- que “el personaje terminó comiéndose al buen fiscal”, en una referencia que alcanzó también a Norambuena.
Gajardo no se preocupa que su aparición en los medios pueda frivolizar y hasta horadar su reputación como abogado, convirtiéndolo en un consultor legal express por televisión y asdegura que tiene claro cual es el perfil que quiere cultivar. «Creo que a partir de la experiencia de 17 años como fiscal, puedo aportar en la discusión sobre políticas públicas especialmente en temas de corrupción y delincuencia. Y eso es lo que he hecho desde los medios en los que he participado en los que he expuesto mi visión y experiencia en esos temas, en los que en ocasiones predominan opiniones con poco fundamento técnico. Eso mismo es lo que hemos intentado proponiendo un proyecto de ley para aumentar las penas del soborno y el cohecho”, afirma.
Las esquirlas de su trabajo en el caso Penta, donde alcanzó máxima notoriedad al conseguir prisión preventiva para los controladores del grupo Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, todavía duelen.
A comienzos de marzo y fines de abril tuvo un par de intercambios por Twitter con el abogado de Moreira, Gabriel Zaliasnik. Primero por una referencia velada del ministro de Justicia, Hernán Larraín, que en una entrevista con El Mercurio habló de evitar la “omnipotencia de los fiscales”, frase criticada por Gajardo, quien advirtió: “si el nuevo ministro de Justicia cree que este es el mayor problema del sistema penal, van a ser cuatro años perdidos en mejorar el combate a la delincuencia”.
Después, el 29 de abril, volvió a enfrentarse con Zaliasnik, por la interpretación que dio al fallo con el cual Moreira fue desaforado, recordando que la defensa del senador “perdió por goleada” en la Corte de Apelaciones y también fue derrotada en la Suprema. Zaliasnik le pidió que leyera el fallo y expresó uno de los temores que hay en el foro respecto de la figura de Gajardo, una aprensión que cercanos al ex fiscal califican como una muestra de envidia. “Semos serios y no engañemos la credulidad de la opinión pública”, remató Zalisnik.
Conectado con las masas
Como sea, Gajardo tiene una actividad muy incipiente en el estudio que instaló en la calle Cerro el Plomo en Las Condes, junto a Norambuena. Ambos implementaron la plataforma TeléfonoRojo.cl, dedicada a recibir casos que tengan relación con “el tratamiento de denuncias que inciden en la integridad corporativa de las empresas”. En la página aclaran que se trata de un servicio externo para “la gestión de denuncias y consultas éticas administrada por profesionales expertos [ellos] en ética corporativa y anticorrupción”.
Paralelamente, el ex fiscal Gajardo está concentrado en actividades académicas. Es profesor en dos diplomados de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica, uno en Derecho y Gestión Deportiva y otro, en Sistema Procesal Penal. Además, imparte el curso “Cumplimiento Normativo y Delitos en Empresas” en la Facultad de Economía de la Universidad de Santiago.
Para que no queden dudas de su voluntad pluralista, aceptó la invitación de la Universidad de los Andes para una charla con estudiantes de Periodismo junto a su amigo Juan Enrique Vargas, ex postulante a Fiscal Nacional
En el estudio que comparte con Norambuena, han recibido algunos casos como el de los estafados por la cooperativa Financoop. Para instalar en la prensa la querella que presentaron a nombre de 170 víctimas, tuvieron la asesoría de la agencia de comunicación Léxico, gestionada por las ex periodistas de tribunales Andrea González y Marisol Olivares.
Además de defender personas estafadas, trabajan “pro bono” para el Observatorio para la Confianza que reúne información sobre políticas públicas de infancia y trata de influir en ellas, haciendo lobby con representantes de poderes del Estado. La organización está ligada a la Fundación para la Confianza, del filósofo José Andrés Murillo, una de las víctimas del cura Fernando Karadima.
El próximo martes 5 Gajardo estará en otro de sus temas, la corrupción. Será uno de los presentadores del libro “Ni Orden ni Patria” escrito por el periodista Mauricio Weibel sobre el fraude en Carabineros.
Pero el ex fiscal también deja espacio para no estar fuera del poder. El próximo 28 de junio participará en un seminario organizado por Corparaucanía, la organización que reúne a los principales gremios empresariales de la Región de la Araucanía. Gajardo tendrá un panel junto a Gloria de la Fuente, directora de la Fundación Chile 21 y Julián Ugarte, director de Socialab. En el encuentro participará también el Presidente Sebastián Piñera, el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, el titular de la CPC, Alfonso Swett y los ministros Alfredo Moreno y Luis Mayol, entre otras personalidades.
Gajardo no se preocupa que su aparición en los medios pueda frivolizar y hasta horadar su reputación como abogado, convirtiéndolo en un consultor legal express por televisión y asdegura que tiene claro cual es el perfil que quiere cultivar. «Creo que a partir de la experiencia de 17 años como fiscal, puedo aportar en la discusión sobre políticas públicas especialmente en temas de corrupción y delincuencia. Y eso es lo que he hecho desde los medios en los que he participado en los que he expuesto mi visión y experiencia en esos temas, en los que en ocasiones predominan opiniones con poco fundamento técnico. Eso mismo es lo que hemos intentado proponiendo un proyecto de ley para aumentar las penas del soborno y el cohecho”, afirma.
En efecto, junto a Norambuena enviaron a algunos parlamentarios, a comienzos de mayo, un texto que busca convertirse en proyecto de ley para aumentar las penas y el periodo de prescripción frente al delito de cohecho.
Respecto de si esta explosiva aparición en medios puede ser el cimiento de una futura postulación a algún cargo de elección popular, Gajardo lo niega, aunque la política corre por las venas de su familia: su padre ha sido dirigente de la DC en la Región del Maule y dos de sus hermanos trabajaron para el Estado en el gobierno anterior en reparticiones de la zona. “No está en mi horizonte”, afirma.
La información es de: El Mostrador