El «expresident» anunció que desoirá la llamada de la Audiencia Nacional y que afronta las «penas de prisión que nos esperan como un grito de libertad»
La justicia española espera hoy a Carles Puigdemont, pero irá a buscarle si no acude por su propio pie. La Fiscalíasolicitará el arresto inmediato del expresidente de la Generalitat si no comparece ante la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, quien le ha citado para hoy, a las 9 de la mañana. Puigdemont confirmó anoche que no piensa acudir pero que, junto a sus consejeros, afronta «las penas de prisión que nos esperan como una denuncia de la situación que vive la democracia en el Estado español y como un grito a favor de la libertad de nuestro pueblo».
La Fiscalía solicitará a la magistrada que curse una orden europea de detención y entrega contra Puigdemont, si el expresident continúa huido en Bélgica, explicaron a ABC fuentes jurídicas. Este proceso, en el escenario con más trabas, podría alargarse durante unos sesenta días. Tras el paso del Ministerio Público, la Audiencia Nacional pediría la entrega, que sería resuelta por un tribunal belga. Los Gobiernos no intervienen.
La incomparecencia de Puigdemont, que viajó a Bélgica ante la inminente actuación de la Fiscalía, no impedirá por tanto la acción de la justicia contra él, pero puede retrasarla. El Ministerio Público, en las querellas contra los líderes independentistas, ya interesaba la detención «inmediata» de los investigados que desatiendan a su cita en los tribunales. La Audiencia Nacional ha llamado hoy a Puigdemont y todo su Govern, y el Tribunal Supremo, a Carme Forcadell y cinco miembros de la Mesa del Parlament. Estos últimos, junto a los exconsejeros que permanecen en España, sí acudirán a declarar. Por contra, Puigdemont y los cuatro consejeros que le acompañan en Bruselas, aunque «en ningún caso» pretenden eludir la justicia, segúnla nota remitida ayer desde el PDECat, responderán a las citaciones «según los mecanismos previstos por la Unión Europea».
La Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo admitieron las querellas de la Fiscalía por los delitos de rebelión, o sedición, y malversación, una acusación que podría sumar hasta veintiocho años de prisión. Los dos jueces investigadores consideran que el antiguo Gobierno de la Generalitat, así como la Mesa del Parlamento autonómico, dinamitaron los cimientos del Estado de Derecho con su hoja de ruta independentista.
El expresidente de la Generalitat no tiene intención de presentarse hoy ante la Audiencia Nacional dado que «existe un riesgo muy elevado de que sea detenido», dijo su abogado belga, el experto en defender etarras, Paul Bekaert, en una entrevista difundida el martes a última hora de la noche en la cadena holandesa de noticias NOS, informa el corresponsal en Bruselas Enrique Serbeto. Su estrategia se basa ahora en esperar cuales son los efectos en España de esa actitud, para poder oponerse utilizando el Derecho belga. Este abogado experto en presentar a España como un país tenebroso e injusto dijo que se propone «esperar a ver cuáles son las próximas reacciones del Gobierno español para decidir qué haremos después».
En su estrambótica rueda de prensa del pasado lunes, Puigdemont había dicho que no pensaba regresar a España hasta que no recibiera «garantías de un proceso justo» para sí mismo, algo que puede estar sujeto a varias interpertaciones. Bekaert considera que es «prematuro» decir si se dan las condiciones de las que habló Puigdemont para considerar si tendría o no un juicio justo en España, pero que «este será sin duda el argumento que utilizaremos en caso de una petición de extradición», alegó.
Los antiguos miembros del Govern –Puigdemont, Oriol Junqueras y trece exconsejeros– y Forcadell y otros cinco antiguos miembros de la Mesa están citados hoy y mañana. Los segundos son investigados en el Tribunal Supremo porque, a pesar de la disolución del Parlament, conservan el aforamiento al formar parte de la Diputación Permanente, el órgano que rige el Parlament en funciones. El único citado ante el alto tribunal que no está aforado es el parlamentario de Catalunya Sí Que es Pot Joan Josep Nuet, pero su causa se ve arrastrada por los demás. Se desconoce el orden de las declaraciones, que podrían continuar el viernes tras las maratonianas jornadas previstas para hoy, sobre todo en el caso de la Audiencia Nacional.
Tras los interrogatorios se celebrará una vistilla en la que la Fiscalía solicitará medidas cautelares. Éstas buscan impedir que los investigados entorpezcan la investigación y podrían suponer, en su versión más grave, la prisión preventiva. Esta medida se justifica para evitar el riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva. La juez nunca podría ir más allá de lo solicitado. En esta vistilla los investigados deben estar presentes, lo que impide que declaren por videoconferencia.
Estos riesgos pueden evitarse, además de con la cárcel, con medidas menos graves: la prohibición de salir de España, la retirada del pasaporte o la obligación de comparecer en el juzgado. En las querellas, la Fiscalía anticipaba la concurrencia de algunos riesgos, como el de «reiteración en las conductas antijurídicas». El Ministerio Público solicitó la celebración de esta comparecencia dada la gravedad de los hechos investigados, de las penas asociadas a los delitos imputados, así como por «la flagrancia en su comisión y la contumacia en la ilegalidad». Estos argumentos podrían esgrimirse para justificar una petición de prisión.
Ayer, mientras Puigdemont seguía refugiado en Bélgica, en Cataluña las citaciones ante la justicia iban cayendo. En el caso de los miembros de la Mesa, todos anunciaron su intención de comparecer hoy. Junqueras, por ejemplo, apuntaba: «Ha recibido la notificación. ¿El Estado de Derecho y la democracia española es esto? Trabajamos para restaurar la democracia».
Cantando en El Segadors
En la estación de Sants de Barcelona, varias decenas de personas acompañaron cantando Els Segadors, y antes de tomar el AVE destino a Madrid, a Anna Simó (ERC) y Joan Josep Nuet (CSQP), miembros de la Mesa. Éste último, que pese a votar en contra de la admisión de la declaración de independencia ha visto cómo se le incluía en «una causa general», reconoció que la decisión de Puigdemont de quedarse en Bélgica no les ayuda. Al llegar a Madrid, ambos fueron increpados.