Durante los tres años y medio que el dirigente opositor venezolano Leopoldo López estuvo preso en la cárcel militar de Ramo Verde -antes de pasar a arresto domiciliario- muchas fueron las veces que su esposa Lilian Tintori denunció que no le permitían verlo. Una de esas oportunidades las atestiguó el abogado, ex ministro y ex embajador José Antonio Viera Gallo.
En 2014 Viera Gallo viajó a Venezuela como emisario de la Internacional Socialista, instancia a la que pertenece el Partido Socialista, donde él milita, y Voluntad Popular, colectividad fundada por López. Apenas pudo vislumbrarlo a través de los barrotes, pero no alcanzó a escuchar nada de lo que el político les gritaba desde su celda porque enseguida las autoridades carcelarias encendieron una sirena para acallarlo.
“Fue una escena muy fuerte”, recuerda Viera Gallo. Quien ahora continúa atento a la crisis de ese país. “La tarea de la oposición venezolana es culminar la derrota política de Maduro”, opina.
-Usted fue a Venezuela en 2014. Viajó enviado por la Internacional Socialista en un intento de visitar a Leopoldo López. A parte de esa visita, ¿Cuál ha sido su relación con Venezuela?
-Yo no he vuelto al país. Estuve después en la reunión de la Internacional Socialista en Suiza dando cuenta de la misión en Caracas de la época y luego he mantenido contactos esporádicos con la familia López. Eso se interrumpió bastante porque yo era embajador en Argentina, entonces obviamente no podía tener mayor actividad.
-¿Por qué la Internacional Socialista decide enviarlo a usted?
-La Internacional Socialista hace tiempo que estaba preocupada por la situación de los presos políticos en Venezuela y uno de los presos más significativos en ese momento era Leopoldo López. Me pidieron que fuera y yo inmediatamente acepté y fui con Claudio Herrera, que también colabora en la coalición y fuimos como tres o cuatro días a Caracas. Allí aprovechamos para tener reunión con los miembros de la oposición. Pedimos entrevistarnos con el Gobierno pero no nos dieron ninguna posibilidad. También tuve una reunión con la gente del periódico Tal Cual, de Teodoro Petkoff, quien desgraciadamente falleció y después tuvimos un encuentro con un representante de la Conferencia Episcopal. Conozco hace muchos años al secretario de la Internacional, Luis Ayala, que es chileno, y soy abogado. Tal vez por eso él pensó en mí.
La Internacional Socialista hace tiempo que estaba preocupada por la situación de los presos políticos en Venezuela y uno de los presos más significativos en ese momento era Leopoldo López”.
-Entiendo que en esa oportunidad usted llega a la cárcel de Ramo Verde y no le permiten entrar.
-Así es. Nosotros fuimos con Lilian Tintori y con el padre y la madre de Leopoldo López y llegamos hasta muy cerca de donde él estaba preso, en un tercer piso, se veían los barrotes e inmediatamente una sirena muy fuerte empezó a sonar como para impedirnos hablar. Era un día de visita a los presos, al final logramos conversar a través de las rejas con un coronel y él nos explicó que no se podía visitar a López. Él, mientras tanto, saludaba a gritos desde la celda. Fue una escena muy fuerte. Después nos dijeron que mejor nos fuéramos porque podían venir grupos de choques de los sectores armados del chavismo en contra nuestra, y tuvimos que abandonar las afueras de la prisión.
-¿A usted le parece que esas son actitudes propias de un país que, hasta en ese momento, se decía que estaba en democracia?
-Considero que hace mucho tiempo Venezuela salió de los marcos del funcionamiento normal de una democracia. Además, el juicio de Leopoldo López era, entre comillas, un montaje, una farsa. No era un juicio verdadero, varias veces después se pidió que observadores internacionales pudieran asistir a las audiencias, cosa que no se logró. En fin, era obviamente un juicio que no tenía ningún fundamento. Las acusaciones contra Leopoldo López eran ridículas. El propio informe de los peritos decía que él, al pedir o exigir libertades, implícitamente estaría incitando a un golpe de Estado, lo que en ningún país del mundo podría ser aceptado por ningún tribunal de derechos en materia penal. Era un preso de conciencia. Esta situación de sobrepasar las normas del Estado de Derecho se ha ido agravando en Venezuela y el momento clave fue cuando Maduro desconoció la Asamblea Nacional y convocó a la Asamblea Constituyente. Desde ese momento queda, para mí, categóricamente establecido que estamos ante un gobierno de facto.
Nosotros fuimos con Lilian Tintori y con el padre y la madre de Leopoldo López y llegamos hasta muy cerca de donde él estaba preso, en un tercer piso, se veían los barrotes e inmediatamente una sirena muy fuerte empezó a sonar como para impedirnos hablar”.
-¿Quedó alguna relación con Voluntad Popular, siendo que ambos forman parte de la coalición?
-No directamente. Después yo organicé la primera visita de Lilian Tintori y Mitzy Ledezma a Chile, que tuvo bastante éxito. Ellas se reunieron en mi casa con el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz y con el subsecretario de relaciones Edgardo Riveros. En el Parlamento tuvieron reunión con Isabel Allende, con Carolina Tohá, con Ricardo Lagos. Fue una gira bastante exitosa. Era el momento en el que también habían tomado preso a Antonio Ledezma.
Considero que hace mucho tiempo Venezuela salió de los marcos del funcionamiento normal de una democracia. Además, el juicio de Leopoldo López era, entre comillas, un montaje, una farsa. No era un juicio verdadero”.
-Voluntad Popular, partido fundado por Leopoldo López, está en un rol de protagonista, porque Juan Guaidó milita allí. ¿Qué opinión tiene de esa colectividad?
-Me parece que es un partido que ha nacido con gente joven, una nueva generación que entra a la política y que entra básicamente luchando por la democracia. Es un partido con mucho futuro, y sus líderes jóvenes han ido con mucho coraje y mucha valentía en la resistencia a la dictadura. Han tomado un papel muy relevante unificando a toda la oposición venezolana. Mi única preocupación, en el caso de Venezuela, es que muchas veces se razona, en el exterior, como si Maduro ya hubiera sido derrotado y esa es todavía una tarea pendiente. La tarea de la oposición venezolana es culminar la derrota política de Maduro. Obviamente que él se ha desacreditado mucho a nivel internacional y una parte muy mayoritaria del pueblo venezolano quiere que se vaya, pero él no ha sido aún derrotado políticamente como debiera. Un próximo pasó de la oposición venezolana debiera ser paralizar el país.
“Mientras el gobierno de facto no esté derrotado los diálogos van a ser inconducentes”
-El Partido Socialista de Chile, que también es miembro de la Internacional Socialista, se ha negado a reconocer a Guaidó como Presidente Encargado y emitieron un comunicado más bien rechazando cualquier tipo de injerencia extranjera en Venezuela, ¿cómo valora usted ese comunicado?
-Aquí hay un problema claro y es que el régimen de Maduro es un gobierno de facto, es un gobierno de hecho, ilegítimo, dictatorial, pero que controla el país. Entonces, con la proclamación del Presidente de la Asamblea como Presidente interino, se ha generado una situación bastante anómala en la vía internacional, porque aparece un Presidente interino legítimo, pero que no tiene poder de hecho sobre el país y hay, en cambio, un gobierno de hecho que es ilegítimo que sí controla el país. El movimiento democrático y popular tiene que derrotar políticamente en forma categórica a la dictadura, cosa que todavía no ha ocurrido, por lo que se ha generado esta situación poco frecuente, poco común.
Mi única preocupación, en el caso de Venezuela, es que muchas veces se razona, en el exterior, como si Maduro ya hubiera sido derrotado y esa es todavía una tarea pendiente. La tarea de la oposición venezolana es culminar la derrota política de Maduro”.
-Quienes se niegan a reconocer a Guaidó proponen diálogo, ¿usted cree que en Venezuela todavía está abierta la posibilidad del diálogo?
-Diálogo puede haber siempre, pero lo importante es que ocurra en condiciones en que el dictador esté derrotado. Nosotros en Chile, por poner un ejemplo, tuvimos un diálogo con la dictadura, pero después de un plebiscito en el que Pinochet salió derrotado. Mientras el gobierno de facto no esté derrotado, los diálogos van a ser inconducentes. Me gustaría que el gobierno de facto sea quien lo pida porque se encuentra debilitado de verdad.
-Como abogado, ¿qué opina de las críticas que dicen que Guaidó se “autoproclamó” o se “autojuramentó”?
-No, yo entiendo que quien lo proclamó fue la Asamblea Nacional. Ahora, que su juramente lo haya hecho en una concentración pública, me parece un detalle.
La izquierda chilena, en su inmensa mayoría, rechaza categóricamente a Maduro, salvo el Partido Comunista y una parte del Frente Amplio. Pero la Democracia Cristiana, como sector progresista, el Partido Radical, el Partido Por la Democracia, el Partido Socialista y una parte importante del Frente Amplio se han manifestado con distintas expresiones en contra de Maduro”.
-Hasta el viernes en Venezuela se contabilizaban 26 asesinatos en contexto de manifestaciones y 369 arrestos. Sin embargo, la izquierda chilena sigue sin manifestar un rechazo contundente a Nicolás Maduro.
-En eso no estoy de acuerdo. Encuentro que la izquierda chilena, en su inmensa mayoría, rechaza categóricamente a Maduro, salvo el Partido Comunista y una parte del Frente Amplio. Pero la Democracia Cristiana, como sector progresista, el Partido Radical, el Partido Por la Democracia, el Partido Socialista y una parte importante del Frente Amplio se han manifestado con distintas expresiones en contra de Maduro.
-Pero no a favor de Guaidó necesariamente.
-La situación es anómala y ese es un debate artificial. Lo que importan no es tanto si uno reconoce o no al nuevo Presidente interino, lo que importantes que ese Presidente interino sea capaz de ejercer el poder, que controle el país.
La solución es que haya una presión social tan fuerte, con solidaridad internacional, que obligue al régimen a una negociación”.
-¿Cómo él, en su opinión, puede lograr ser Presidente de hecho y no solo de palabra?
-Tiene que subir la presión social contra Maduro. El pueblo venezolano tiene que continuar su lucha.
-Maduro ya ha logrado sostenerse pese a la presión social. Lo vimos en 2014 y en 2017.
-Lo entiendo, pero entonces esto no tendría solución. La solución es que haya una presión social tan fuerte, con solidaridad internacional, que obligue al régimen a una negociación, o bien que produzca un derrumbe del propio régimen.
-Si la oposición no logra llamar a elecciones en 30 días, en vista de que el Poder Electoral está controlado por el chavismo, ¿Guaidó podría perder respaldo internacional?
-No, yo creo que la solidaridad internacional contra Maduro va a seguir, independientemente de si puede o no el Presidente interino Guaidó cumplir con los propósitos que él tiene, que es llamar a elecciones y abrir un canal humanitario. Eso hoy día es más bien un proyecto, un deseo, una voluntad. Hay que ver si lo puede hacer de facto, pero si él no lo logra, no creo que vaya a terminar la solidaridad internacional, al contrario, yo creo que va a seguir.