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Presuntos paramilitares vinculados al Gobierno secuestraron al abogado Carlos Cárdenas Zepeda, asesor jurídico de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), denunció su esposa.
El asesor legal de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), Carlos Cárdenas, fue secuestrado en su casa, en las afueras de Managua, por cuatro paramilitares fuertemente armados, dos de ellos encapuchados, denunció su esposa, Lisette Galeano, en una llamada a la emisora «Radio Corporación».
Cárdenas estaba en su vivienda junto con su esposa y su hija de 10 años de edad, cuando el grupo de paramilitares lo obligó a irse con ellos, bajo amenaza de matar a la niña si se negaba, contó Galeano.
La denuncia del secuestro se da en medio de una crisis que ha dejado cientos de muertos, la más sangrienta desde los años de 1980, también bajo la presidencia de Daniel Ortega, quien reconoce 198 víctimas.
Otras dos denuncias de secuestros
Durante esta misma jornada, El Movimiento de 19 de Abril denunció otros dos casos de «secuestros» de jóvenes que han participado en protestas contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, supuestamente perpetrados por paramilitares.
Ken Torrez y Fener Dávila Gaitán fueron «secuestrados» en diferentes ataques, supuestamente por «pensar distinto al Gobierno», según la denuncia del Movimiento, compuesto por manifestantes. Familiares de los jóvenes aseguraron que estos fueron «secuestrados» por paramilitares que actuaron en conjunto con agentes de la Policía Nacional.
Obispos, mediadores del diálogo
La CEN actúa como mediadora en el diálogo nacional para superar la crisis entre la Alianza Cívica, que organiza el movimiento de protesta nicaragüense, y el Gobierno de Ortega, quien ha descalificado al clero, al que acusa de apoyar un supuesto «golpe de Estado».
El clero católico nicaragüense ha sufrido diversas agresiones, tanto verbales como físicas, desde que los obispos solicitaron al presidente adelantar para marzo de 2019 las elecciones de 2021, para dar salida pacífica a la crisis. «Me dolió que los señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas», explicó Ortega el 19 de julio, durante la celebración del aniversario 39 de la revolución de Nicaragua.
A fines de julio pasado el cardenal Leopoldo Brenes advirtió que la Iglesia católica estaba sufriendo persecución por abrir las puertas de sus parroquias para que los heridos en protestas contra Ortega -civiles o policías- fueran atendidos, o porque los sacerdotes caminaban literalmente entre las balas para impedir muertes. La religión católica es la más seguida en Nicaragua, con un 58,5 por ciento de una población de 6,3 millones de habitantes.
Crítica internacional
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua de «asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias», lo que Ortega ha negado.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.
rml (efe, dpa)
