En Venezuela, los denominados “colectivos” han sido señalados nacional e internacionalmente como grupos armados civiles que actúan con el beneplácito del régimen para reprimir protestas, controlar comunidades y sembrar terror en sectores populares. Su existencia, métodos y nivel de impunidad recuerdan con inquietante claridad a los Freikorps y las SA (Sturmabteilung), grupos paramilitares utilizados por el régimen nazi en sus primeros años para imponer su dominio en las calles de Alemania.
¿Quiénes son los colectivos?
Los colectivos venezolanos son grupos parapoliciales y paramilitares integrados por civiles armados, en muchos casos antiguos miembros de las Fuerzas Armadas, que operan en motocicletas y están organizados territorialmente. Según el informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela (ONU, 2020 y 2022), estos grupos han participado en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, intimidación a opositores y represión violenta de manifestaciones.
¿Qué función cumplen?
Su rol no es distinto del que cumplieron los grupos SA (camisas pardas) en los años 30 en Alemania nazi. Estas unidades, creadas por Hitler, no solo reprimían opositores, sino que controlaban el orden social desde las calles, generaban miedo, neutralizaban disidencia y colaboraban con las fuerzas del Estado para erradicar cualquier amenaza al régimen.
Los colectivos cumplen funciones de inteligencia comunitaria, represión callejera, control social y acción armada directa. Han sido grabados disparando armas de fuego contra manifestantes pacíficos —como ocurrió en la represión de las protestas de 2014, 2017 y 2019— y se les atribuye la participación en asesinatos como el de Juan Pablo Pernalete y Augusto Puga, ambos jóvenes estudiantes.
Testimonios e impunidad
Organizaciones como Provea, Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) han documentado estos crímenes. Pese a la abundante evidencia, no hay registros de investigaciones serias ni condenas judiciales contra líderes o miembros de estos grupos.
Esta impunidad sistemática también se asemeja al tratamiento que el régimen nazi dio a sus tropas de choque, a quienes se les garantizaba protección legal por «defender la revolución nacional».
Formación ideológica y culto al líder
Tanto los colectivos como las SA rinden culto a la figura del líder: Chávez en Venezuela, Hitler en la Alemania nazi. En ambos casos, se promueve una visión dogmática, ideologizada y sectaria. Muchos colectivos operan bajo nombres como «Escudo de la Revolución», «Fuerza Motorizada Hugo Chávez», «Tupamaros», «La Piedrita», entre otros. No solo están armados, sino que además poseen locales, radios comunitarias y redes de distribución de alimentos, usadas como mecanismos de control político.
Llamado a la comunidad internacional
Comparar los colectivos con los grupos nazis no es una exageración retórica, sino una advertencia histórica. El uso de civiles armados por parte de un régimen para ejecutar funciones represivas ilegales constituye una grave violación del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos. La doctrina de los crímenes de lesa humanidad establece que estos hechos, cometidos de forma sistemática y con conocimiento del Estado, no prescriben y deben ser investigados por instancias internacionales.