Crónicas mínimas Cueca, joropo y Chachual

Crónicas mínimas     Cueca, joropo y Chachual

 

Recuerdo cómo si fuera ayer o ahora mismo, la creciente actividad cultural desarrollada y/o aupada por nosotros desde la presidencia del Ateneo de El Tigre – Casa de la Cultura Simón Rodríguez, a finales del año 1984 y hasta 1988, época en la que con la participación de artistas plásticos, músicos y cantantes, poetas y teatreros, dimos impulso al hecho cultural, creativo y artístico, y logramos llevar de manera horizontal el trabajo creativo de El Tigre y la Mesa de Guanipa, hasta el último rincón del inmenso territorio de la zona centro sur del estado Anzoátegui.

Sin temor a pecar de exagerado, durante el lapso que me correspondió estar al frente del Ateneo de El Tigre, tuvimos oportunidad de asentar a esta importante Institución cultural, como la referencia cultural del estado Anzoátegui.

Los años 80’s fueron de alguna manera de esplendor y brillo para la actividad cultural de la Mesa de Guanipa, muy especialmente para la música en sus diversas manifestaciones, lo mismo que para las artes visuales y las artes escénicas, de lo que hablaremos en los próximos días.

Desde el Ateneo de El Tigre – Casa de la Cultura Simón Rodríguez apoyamos estás actividades y prueba evidente de ello es la participación de los amigos chilenos que vinieron a nuestro país luego del derrocamiento del presidente Salvador Allende.

Por tanto vale la pena destacar al grupo musical del Centro Cultural «Andrés Bello» y el conocido y famoso Grupo Chachual, cuyas actuaciones siempre cultivaron lazos de hermandad y solidaridad entre chilenos y venezolanos.

Me siento orgulloso de ser amigo y hermano de Juanita y Rodrigo Zorrilla principales impulsores del proyecto Chachual.

Un solemne y emocionado abrazo desde mi corazón para los que que llegaron a la Patria de Andrés Bello y Simón Bolívar, nación hermana donde para nosotros, ningún migrante es forastero.

Amén.

 

Juan Manuel Muñoz Moriche

Cronista Oficioso de Soledad

Mesa de Guanipa, 27/07/25