Las mujeres son mujeres: una tenaz victoria histórica de la verdad

Las mujeres son mujeres: una tenaz victoria histórica de la verdad

Fue el escritor, periodista y polemista británico Gilbert Keith Chesterton, quien sentenció: «Llegará un día en el que será necesario desenvainar una espada para defender que el pasto es verde». Y ese día llegó. Hace ya bastante, por lo demás.

Pues bien, en la misma línea de razonamiento, el Tribunal Supremo del Reino Unido estableció un precedente ‘histórico’ [ sí, “histórico”] el 16 de abril de 2025 al dictaminar que las personas transgénero no son legalmente mujeres, en una decisión unánime que reafirma que los términos «mujer» y «sexo» en la Ley de Igualdad de 2010 se refieren exclusivamente a mujeres y sexo biológicos. Los cinco magistrados, encabezados por Lord Hodge, declararon categóricamente que una mujer es alguien nacida biológicamente femenina [ahora las cortes deben certificar lo evidente, rechazando la noción de que hombres biológicos con certificados de reconocimiento de género (GRC) puedan ser considerados mujeres ante la ley.

Esta victoria judicial, impulsada por la incansable campaña de For Women Scotland (FWS), representa un triunfo del sentido común y la realidad biológica sobre la ideología. Las directoras de FWS, Marion Calder, Susan Smith y Trina Budge, recibieron el reconocimiento público de J.K. Rowling, quien elogió su extraordinaria tenacidad en la defensa de los derechos de las mujeres.

La decisión judicial salvaguarda los espacios exclusivos para mujeres, desde baños hasta salas de juntas, garantizando su preservación para las generaciones futuras. La parlamentaria conservadora Miriam Cates celebró el fallo señalando que “esta sentencia restaura la claridad en la ley y protege los derechos de mujeres y niñas”.

El caso surgió cuando el gobierno escocés intentó argumentar que una persona con GRC podría ocupar un puesto reservado para mujeres en juntas públicas, una posición que el tribunal rechazó rotundamente. La decisión representa un golpe significativo para organizaciones como Stonewall, que calificó el fallo como “increíblemente preocupante” [¿Por qué?].

Tim Stanley, columnista del Telegraph, señaló en su cuenta de X que “las feministas también deben abordar el hecho de que iniciaron el discurso de deconstrucción del género que condujo a este punto”. Esta observación subraya cómo ciertos sectores del feminismo, en su búsqueda de ‘inclusividad’, contribuyeron inadvertidamente a la confusión actual sobre la definición de mujer.

La sentencia también representa un revés para figuras políticas como Keir Starmer, quien había sugerido que las mujeres podían tener penes, y Nicola Sturgeon, que había tildado de intolerantes a quienes disentían de esta postura. Mims Davies, ministra en la sombra para asuntos de la mujer, celebró la decisión como lo que en realidad es: una “clara victoria del sentido común”.

Mary Harrington, comentando en X sobre el fallo, declaró que es “momento de derogar la GRA y acabar con la ficción de que los humanos pueden cambiar legalmente de sexo. Esta perspectiva refleja un creciente consenso sobre la necesidad de revisar la legislación existente en materia de ‘identidad de género’.

El fallo del Tribunal Supremo no solo representa una victoria legal, sino un punto de inflexión cultural que reafirma una verdad fundamental: la distinción entre hombres y mujeres es una realidad biológica inmutable que ninguna ideología puede alterar. La decisión establece un precedente crucial para la protección de los derechos de las mujeres y el mantenimiento de espacios seguros exclusivos para ellas.

La batalla por la defensa de esta verdad básica ha sido larga y costosa, requiriendo el coraje de innumerables mujeres que se mantuvieron firmes frente a la presión social y las acusaciones de intolerancia. Su victoria en el Tribunal Supremo demuestra que la persistencia en la defensa de la verdad, aunque difícil, finalmente prevalece.
Fuente: razonmasfe.com