La Corporación Municipal de Desarrollo Social de Ñuñoa nuevamente decide optar por abrir sus arcas para evitar, mediante el desembolso de dineros de la comuna, la prologación de procesos judiciales nacidos de demandas en su contra y llegar a acuerdos en tribunales laborales, en casos relacionados con exdirectivos del Liceo Augusto D’Halmar.
El colegio, el mejor municipal del país, tuvo cuatro directores en un lapso de tres meses entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, luego de que el histórico rector Jaime Andrade fuera removido mediante sumario administrativo del cargo que había ejercido por 28 años.
El 2° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago aprobó el martes pasado el avenimiento al que la Corporación, que preside la alcaldesa Emilia Ríos (RD), llegó con Sonia Iribarren, que fue una de las directoras que tuvo el liceo el año pasado, que llegó al cargo por decisión directa de las autoridades municipales y que sin haber cumplido seis meses en el puesto se autodespidió y demandó por vulneración de derechos fundamentales, daño moral y lucro cesante, entre otros. El acuerdo fue por 28 millones de pesos.
En el expediente, que figura en la página del Poder Judicial, se indica que la entrega del monto convenido se efectúa «con el sólo ánimo de poner término al juicio y sin que signifique un reconocimiento alguno de los hechos ni de los fundamentos señalados en la demanda».
Estos dineros municipales se suman a los 50 millones de pesos que la Corporación, en un avenimiento similar, llegó con el propio Andrade para poner fin anticipado al proceso que se abrió por cuenta de la demanda que el exdirector interpuso, alegando la nulidad de su despido. El acuerdo fue aprobado por el 1° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago el pasado 1 de febrero. El monto se entregó en tres partes, entre el 7 de ese mes y el 1 de abril de este año.
Estuvo cinco meses en el cargo, con 42 días de licencia, y ahora recibirá $5,6 millones mensuales hasta noviembre
Iribarren fue contactada por la Corporación Municipal de Ñuñoa el 8 de febrero de 2023, según se indica en el libelo. Siete días después, el 15 de febrero, la llamaron para informarle que había quedado en el cargo y nueve días más tarde, el viernes 24, estaba entrando al Liceo Augusto D’Halmar como nueva directora. Las actividades escolares partieron el lunes siguiente, el 27 de febrero.
De acuerdo con la demanda, la relación laboral se extendió por cinco meses, entre el 27 de febrero y el 28 de julio de 2023. Trece días después, el 10 de agosto de ese año, Iribarren introducía la demanda por la que ahora, gracias al acuerdo con la Corporación, recibirá 5,6 millones de pesos mensuales desde julio y hasta noviembre.
En el lapso en el que ejerció como directora del Liceo Augusto D’Halmar, Iribarren presentó cuatro licencias, que sumaron un total de 42 días, es decir, casi un mes y medio. Esta información está contenida en la contestación a la demanda que presentó la Corporación, e implicaría que la entonces directora acudió a ejercer sus labores de manera efectiva por menos de cuatro meses.
Conforme a lo expuesto por la demandada, la remuneración prevista era de 3,5 millones de pesos líquidos mensuales. El acuerdo era que ejercería como interina entre marzo de 2023 y febrero de 2024.
La Corporación aseguró en instancias judiciales que Iribarren trabajaría como «directora reemplazante» y que en todo caso sería «mientras estuviera en curso el sumario (contra Andrade) o hasta que se provea el cargo mediante concurso de Alta Dirección Pública». Según esta postura, no sería procedente ni el autodespido ni las indemnizaciones que exigía, debido a que laboraba en la calidad de contratada, regida mediante un estatuto especial.
La directora tampoco habría presentado antecedentes para sustentar la supuesta vulneración de derechos fundamentales. Nada de esto fue resuelto por la justicia, debido al acuerdo, dinero de por medio, al que llegaron ambas partes. La demanda de Iribarren era por 171 millones de pesos.
Los detalles sobre el estado del Liceo Augusto D’Halmar que expuso Iribarren: casino «sucio y maloliente»
Lo que sí quedó indiscutiblemente asentado en la demanda fueron una serie de detalles que expuso Iribarren sobre las condiciones en las que se encontraba el Liceo Augusto D’Halmar a finales de febrero del año pasado, cuando llegó a la institución para empezar a ejercer el cargo.
Para ese momento el ex director Andrade tenía poco más de dos meses fuera de la dirección. Según los alegatos de la propia Corporación, la resolución sumarial en la que se ordenó la suspensión preventiva del funcionario se dictó el 19 de diciembre de 2022.
«Llamó la atención a la actora y su equipo (dos personas a las que pudo integrar junto con ella) que el liceo parecía un lugar que se había quedado congelado en los años 80. Su mobiliario era antiguo, las salas pequeñas y poco cálidas, el casino era pequeño, sucio y maloliente, la sala de profesores inadecuada, pequeña, atiborrada de objetos, microondas, refrigerador, ventiladores, casilleros en mal estado, etc», se señala en el libelo.
Iribarren aseguró, así consta en el expediente, que las dos canchas con las que cuenta la institución educativa estaban «sin mantención» y que «alrededor del liceo había muchos árboles frutales como parrones, membrillos, manzanas, naranjas, limones. Lo que obviamente trae consigo plaga de ratones».
Cuando Iribarren llegó en febrero la ubicaron en la ex biblioteca porque en la oficina seguían las cosas de Andrade
La exdirectora también denunció que ese viernes 24 de febrero, cuando fue al Liceo Augusto D’Halmar por primera vez «les buscaron un lugar donde instalarse como equipo (la exbiblioteca), dado que la oficina del exdirector estaba aun con sus cosas».
«La verdad es que la denunciante y sus colegas no contaban con las mínimas condiciones para funcionar, aun cuando desde la Corporación sabían que el equipo que llegase necesitaría un lugar para trabajar y gestionar, también dada la magnitud de la tarea», se señala en el libelo. La parte demandada asegura que «realizó una serie de gestiones para efectos de velar por un espacio seguro de trabajo» para Iribarren.
En la demanda también se relata que «aquel día se presentó en las afueras de la reja de los estacionamientos el exdirector, quien deseaba entrar y se le impidió el ingreso por los guardias».
Iribarren no era la primera persona que ejercía el cargo desde la salida de Andrade. Después de la suspensión del director, la Corporación nombró a Marcela Bañados, exjefa UTP del colegio República de Siria, que duró un día en el puesto. Luego ocupó la jefatura Denisse Chomalí, Directora de Educación de la Municipalidad de Ñuñoa, quien según los docentes ejercía ambos cargos.
Tras las tensiones, encargaron la dirección del colegio a Luis Poblete, hasta entonces inspector general, quien estuvo en el puesto hasta la llegada de Iribarren y que lo retomó cuando ella se autodespidió y demandó. Desde enero de este año, Pedro Castillo, quien llegó por concurso público, ejerce la jefatura.
Fuente: ellibero.cl