En pleno duelo contra Chile por las Eliminatorias a Rusia 2018, el ecuatoriano Enner Valencia montó un impactante show para no ser detenido por deudas de pensión de su hija. Una historia que tuvo un impactante vuelco cuando el delantero reveló su postura.
Ecuador y Chile volverán a medirse por duelos oficiales, esta vez en Quito por las Eliminatorias al Mundial 2026, en un encuentro que siete años atrás tuvo a un inesperado protagonista: Enner Valencia.
El delantero de La Tri, hoy en Internacional de Porto Alegre, fue figura en el 3-0 que los locales le propinaron al entonces equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi en el camino a Rusia 2018.
Sin embargo, su buen cometido deportivo, quedó empañado por un espectáculo nunca antes visto en una cancha de fútbol.
Con la intención de evitar ser capturado por la Policía, debido a una denuncia por no pago de pensión alimenticia, Valencia fue retirado en ambulancia del estadio Atahualpa conectado a oxígeno.
La increíble imagen, con la ovación y risas del público de fondo, y de efectivos corriendo detrás del vehículo de emergencia, dio la vuelta al mundo. ¿Pero cómo llegó el delantero ecuatoriano a protagonizar tal escenario?
La denuncia contra Valencia
En la previa del partido ante Chile, las cosas se complicaron para el entonces jugador del Everton de Inglaterra.
Y es que horas antes del choque ante La Roja, el abogado Paul Marín se presentó al entrenamiento de la Selección ecuatoriana con una orden de detención en contra del capitán de La Tri.
¿La razón? Una deuda de 17.134 dólares por el no pago de pensión de una de sus hijas, por lo que su madre, Sinthyia Pinargote, exigía que el futbolista respondiera ante la justicia de manera inmediata.
El abogado de la mujer solicitó a los agentes de la Policía que resguardaban la práctica de la Selección que aprehendieran al futbolista, pero éste salió por otro acceso del estadio Atahualpa y su paradero fue un misterio durante varias horas.
“Es lamentable que ciertos miembros de la Policía no hayan colaborado con la detención del futbolista Enner Valencia, para dar cumplimiento de una orden judicial por juicio de alimentos con una deuda de 17.000 dólares”, lamentaba Marín ante la prensa, según recuerda Marca.
La noticia fue un mazazo para el combinado dirigido en ese momento por Gustavo Quinteros, ya que la posibilidad de perder a su mejor jugador estaba latente al mismo tiempo que todos los ojos del país apuntaban hacia el atacante.
El delantero, por más que se abocó en evitar a la Policía, jamás puso en duda su inocencia. “Es un problema personal que será resuelto legalmente por su abogado”, dijo su agente, Gonzalo Vargas.
Que siga el show
Con la Policía a la cola de su goleador, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) ideó un plan para evitar que agentes pudiesen ingresar a la concentración local y capturar a Enner.
El partido con Chile era crucial para La Tri y, costara lo que costara, Valencia debía jugarlo. Y eso quedó demostrado aquel 6 de octubre en Quito.
Con la complicidad de compañeros, cuerpo técnico y personal de la FEF, el delantero se subió camuflado al bus de la Selección para dirigirse de la concentración al estadio Atahualpa.
Ahí, agentes aguardaban a la bajada del vehículo por el entonces prófugo futbolista, pero la FEF lo hizo ingresar por un portón lateral. Para sorpresa de todos, Enner Valencia sería titular ante La Roja.
Sin embargo, no había escapatoria desde la cancha. Decenas de policías resguardaban la seguridad del Atahualpa y, con el 3-0 sufrido por Chile, los agentes estaban mucho más preocupados de su capitán que algún desmán en las tribunas.
Y así llegó el minuto 82. Gustavo Quinteros mandó a la cancha a Jaime Ayoví para reemplazar al hombre más buscado de Ecuador quien, acusando una lesión, se lanzó al césped del recinto.
En un abrir y cerrar de ojos, la ambulancia ingresó al terreno de juego, los médicos le conectaron oxígeno a Valencia y lo subieron a una camilla. En solo segundos, el capitán ecuatoriano fue retirado del estadio.
La ridícula imagen de policías corriendo detrás del vehículo de emergencia dio la vuelta al mundo. Mientras, Enner era llevado a un hospital donde quedaría resguardado por efectivos.
El descargo de Enner
Solo horas después del espectáculo montado en el Atahualpa de Quito, Enner Valencia publicó un comunicado donde explicaba su regate a la justicia. Antes de hacerlo, le pagó 10.000 dólares a la expareja que lo denunció.
El futbolista aseguró que, tras hacerse con la tutela de la hija que tuvo con Sinthyia Pinargote, ya no debía pagar pensión alimenticia. Sin embargo, debido a una serie de vacíos legales, la mujer le seguía exigiendo dinero.
“Actualmente existen varios procesos judiciales encaminados a su beneficio personal, como por ejemplo la demanda de aumento de pensión, donde pretendía que se fijara el monto de treinta mil dólares mensuales como pensión de alimentos”, afirmó el atacante, según informó AS.
La declaración del jugador incluyó impactantes detalles: “Se comprobó que la niña era víctima de violencia física y psicológica por parte de la madre, y que los recursos económicos que yo entregaba mensualmente eran destinados para consumos personales de la señora Pinargote, lo cual fue aceptado por ella”.
“Pinargote organizó en días pasados un orquestado show de persecución en mi contra con la única intención de causarme un grave perjuicio en mi imagen como padre responsable”, concluyó el crack ecuatoriano.
Vale mencionar que el hoy delantero de Inter de Porto Alegre jamás explicó las razones detrás de su show para evitar, por un par de días, a la justicia de su país.
Fuente: biobiochile.cl