Las manifestaciones tras la muerte del joven criminal de origen africano han cooptado todo Francia y ni siquiera los 40.000 policías que movilizó Macron han podido frenar la ola de violencia.
Francia atraviesa la peor ola de protestas en décadas, incluso superando en magnitud lo que fue el levantamiento del año 2005. Ciudadanos de origen africano y terroristas de izquierda vinculados a los grupos Antifa y Black Bloc han llevado a París y otras importantes ciudades francesas al borde del colapso.
El presidente Emmanuel Macron movilizó a 40.000 efectivos policiales para que recuperen el orden pero por el momento, sin éxito. Los violentos manifestantes han incendiado comercios como peluquerías, minimercados y restaurantes, además de escuelas, edificios gubernamentales, y comisarías.
Han prendido fuego vehículos, cortado las calles más importantes de las ciudades del país y saqueado shoppings. Han robado y golpeado a gente en la calle, se han registrado manifestantes con rifles, motosierras y cuchillos atacando a los transeúntes antes de que se impusiera una orden de “quedese en su casa”.
La excusa de los disturbios radica en el abatimiento de un menor de edad de 17 años el pasado martes, en manos de la policía. El joven delincuente había estado corriendo pistas en las calles del suburbio familiar de Nanterre, en París, y cuando fue frenado por la policía, intentó escapar arrollando a un efectivo de seguridad.
Tras ser frenado en el siguiente semáforo por otro grupo de policías, y al nuevamente intentar escaparse, uno de estos oficiales abrió fuego contra el sujeto llamado Nahel, cuyos padres son argelinos, terminando con su frenesí de violencia.
El primer día tras su muerte, se realizó una marcha pacífica en la que participó su madre y otros familiares, pero allí los participantes empezaron a gritar un mensaje que sería un presagio de lo que vendría.
Se los escuchó pidiendo una “revuelta en honor a Nahel” y varios de los manifestantes africanos empezó a llamar a la violencia. Finalmente la manifestación explotó en una ola de violencia que continúa hasta el día de hoy.
Hasta la fecha, se ha movilizado a 40.000 policías y paramilitares para patrullar las ciudades de París, Burdeos, Lyon, Roubaix, Marsella y Lille. Solo en París, se desplegaron 5.000 efectivos de seguridad. Los oficiales recibieron poderes extraordinarios para sofocar disturbios, realizar arrestos y “restaurar el orden republicano”, dijo el ministro del Interior francés, Gerard Darmanin.
Miles de personas han sido arrestados por el momento y más de 200 policías han resultado heridos. Casi 200 edificios gubernamentales han sido destrozados, incluidas estaciones de policía y paramilitares, alcaldías y escuelas.
El presidente francés al principio minimizó las protestas. El miércoles se lo vio a Macron de fiesta en un concierto de Elton John en el boulevard del Bercy, mientras las partes más humildes de París ardían. El jueves por la mañana, creyendo que la situación se solucionaría rápido, viajó a la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, pero tuvo que regresar esa misma tarde a pesar de que el evento duraba hasta el fin de semana, para reunirse de emergencia con su gabinete de ministros porque la situación se había salido de control.
Este viernes por la mañana habló en conferencia de prensa, donde culpó a los medios y a las redes sociales por “incitar” las protestas, sin mencionar el comportamiento delictivo de las comunidades afrodecescendientes en Francia.
Macron pidió a las plataformas de redes sociales que ayuden a sofocar las manifestaciones, y pidió a TikTok y Snapchat que retiren el “contenido más sensible” e identifiquen a los usuarios que emplean “las redes sociales para llamar al desorden o exacerbar la violencia”.
Incluso culpó a los videojuegos por promover la violencia entre los más jóvenes, y condenó la muerte del delincuente africano Nahel. Además, mencionó que por lo menos un tercio de las casi 900 personas detenidas durante la noche eran jóvenes menores de 18 años, en algunos casos “muy jóvenes” dijo, e instó a los padres a asumir la responsabilidad y “mantenerlos en casa”.
También anunció la prohibición de todos los “eventos a gran escala” en Francia, incluidos “eventos de celebración y numerosas reuniones”, una medida que, sacando lo que pasó durante la pandemia, no se decretaba en Francia desde los disturbios del 2005, que duraron tres semanas.
Fuente: derechadiario.com