El índice IMACEC volvió a caer y la economía chilena se mantiene en caída desde diciembre de 2021. Chile podría ser una de las contadas excepciones en la región que permanecerá en recesión, sólo en conjunto con el implacable desbarajuste económico argentino.
El Banco Central de Chile reveló oficialmente que el índice de actividad IMACEC sufrió una caída del 0,1% en marzo de 2023, y una retracción del 2,1% en comparación con el mismo mes del año pasado. El derrumbe efectivo superó todos los pronósticos de los analistas, que esperaban una variación negativa de entre el 1,3% y hasta el 1,7% para el mismo mes.
De esta manera, la actividad económica real del país profundizó una fase recesiva que ya acumula 15 meses. El IMACEC se contrajo hasta un 1,52% en comparación al nivel que tenía en diciembre de 2021.
El sector de la minería fue el más severamente castigado por la tendencia recesiva y lideró la caída de la actividad general. Solamente el sector de los servicios mostró un ligero rebote de la actividad (0,9%), contrastado por el derrumbe de las ventas minoristas (-5,4%) y la producción de bienes (-3,5%). Destacó la caída de la producción industrial en torno al 1,9% interanual, principalmente asociada al bajo desempeño de la industria del cobre.
La economía ya había entrado oficialmente en recesión entre el primer trimestre de 2022 y el tercer trimestre, solo esquivando esta tendencia por un ligero repunte del 0,1% en el cuarto trimestre del año.
Los datos mensuales sobre la evolución del nivel de actividad dan cuenta de un crecimiento acumulado del 1% para el primer trimestre de 2023, principalmente impulsado por el rebote de enero. Chile volvió a evitar la recesión oficial, pero las perspectivas para la segunda mitad del año descuentan un escenario recesivo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que Chile será la única economía latinoamericana que sufrirá recesión en 2023, aunque para el caso argentino el Fondo arroja una proyección de crecimiento del 0,2% y que resulta cuestionable o cuanto menos incompatible con todos los pronósticos de bancos y consultoras locales. Con esta salvedad, Chile podría ser junto con Argentina una de las excepciones a la regla en la región.
Entre otras razones, la incipiente tendencia recesiva que sufrió Chile en los últimos meses se debe a una profunda retracción del interés inversor (tanto local como extranjero), y un mayor enfriamiento del nivel de actividad por el aumento de las tasas que fija el Banco Central.
La inestabilidad política que atraviesa el país desde 2019 también supone un ingrediente fundamental para precipitar la inestabilidad económica y la poca previsibilidad por reglas de juego claras y estables.
Por otra parte, si bien la inflación interanual se moderó al 11,1% en marzo de 2023 después de haber alcanzado el 14,1% en agosto del año pasado, el repunte mensual de los precios dista mucho de asemejarse al que había antes de la pandemia y esto se traduce en mayores perspectivas de una política monetaria más estricta y por más tiempo. Esta es una de las razones fundamentales para justificar el diagnóstico del FMI para 2023.
Fuente: derechodiario.com