La desgarradora confesión de Sophie Griebel: «La transición de género solo amplificó mi sufrimiento»

La desgarradora confesión de Sophie Griebel: «La transición de género solo amplificó mi sufrimiento»
Esta es la verdad detrás del cambio de género, contada a través de una Historia de Redescubrimiento.

Sophie Griebel, una mujer que transitó por el complejo camino de la transición de género y posteriormente regresó a su identidad femenina original, comparte su reveladora experiencia en una extensa entrevista con el Instituto de Bioética IMABE. Su testimonio arroja luz sobre las complejidades y desafíos que enfrentan las personas con disforia de género, especialmente los jóvenes.

«Cuando descubrí el transgenerismo, empecé a preguntarme si siempre había sido un chico», relata Sophie, quien a los 18 años luchaba contra la depresión, pensamientos suicidas y trastornos de ansiedad. Su historia personal está marcada por experiencias traumáticas de violencia y abuso dentro de su entorno familiar, factores que influyeron significativamente en su decisión de someterse a una transición de género.

La ausencia de modelos femeninos positivos y la experiencia de violencia generacional en su familia contribuyeron a su rechazo de la feminidad. «Si en la sociedad y en tu entorno cercano siempre se refuerza la idea de que la mujer es una víctima, entonces ya no quieres pertenecer a ese género», explica Griebel, señalando cómo estos factores pueden llevar a decisiones drásticas sobre la identidad de género.

En su trabajo actual como profesional de apoyo para personas con disforia de género, Griebel ha observado patrones preocupantes en el tratamiento de jóvenes que cuestionan su identidad de género. Destaca que entre el 80-90% de los casos, el deseo de cambiar de género desaparece naturalmente con el tiempo, un dato crucial que frecuentemente se ignora en los protocolos de tratamiento actuales.

La experta advierte sobre la tendencia actual de implementar tratamientos hormonales y quirúrgicos sin abordar las causas subyacentes. «Absolutamente nadie verifica si los niños sufren disociación u otros trastornos de personalidad que podrían ser la verdadera causa de su rechazo al propio género», señala, mencionando que muchos pacientes presentan trastornos de ansiedad, depresión, trastorno límite de la personalidad, autismo o TDAH no diagnosticados.

Griebel critica especialmente la nueva legislación alemana que permitirá a menores de 14 años cambiar su nombre y género en el registro civil a partir de noviembre de 2024. «No es ‘autoafirmación’ si dependes de hormonas de por vida sin necesitarlas realmente«, argumenta, destacando la importancia de un enfoque más cauteloso y centrado en la salud mental.

El punto de inflexión en su propia historia llegó cuando descubrió que su hermano también había sido víctima de abuso sexual. «Me di cuenta de que las cosas traumáticas que me habían sucedido no eran por mi género«, revela. Esta comprensión la llevó a iniciar un proceso de sanación de sus traumas y reconciliación con su identidad femenina.

Mientras países como Alemania, Austria y Suiza mantienen un enfoque trans-afirmativo, otras naciones europeas como Suecia, Finlandia, Reino Unido y Francia están adoptando aproximaciones más cautelosas, priorizando la psicoterapia antes de cualquier intervención médica irreversible.

La Iglesia Católica afirma claramente el don del sexo biológico, que debe ser respetado y que las intervenciones médicas para ‘cambiar el género’ van en contra del plan de Dios para la persona humana. La doctrina católica enfatiza la importancia de acompañar con compasión a las personas que experimentan disforia de género, mientras se mantiene firme en la verdad sobre la naturaleza humana y la complementariedad de los sexos.
Fuente: razonmasfe.com