Incendio en Viña del Mar 2024: Historias de Pérdida y Superación en una Tragedia Anunciada

Incendio en Viña del Mar 2024: Historias de Pérdida y Superación en una Tragedia Anunciada

El incendio que arrasó Viña del Mar a inicios de 2024 dejó una huella imborrable en cientos de familias, quienes aún intentan reconstruir sus vidas tras perderlo todo. Uno de estos relatos es el de una madre y su familia, quienes vivieron momentos de angustia al escapar de las llamas que consumieron su hogar y vecindario.

“Estaba viendo una serie con mi hijo cuando sonó la alarma para evacuar Quilpué”, relata. “Al asomarnos a la ventana, vimos que el fuego estaba en el cerro del frente. Desperté a mi esposo y decidimos salir de inmediato. Al salir, nos dimos cuenta de que las llamas ya estaban en la casa de una vecina”. En pocos minutos, el humo invadió su vivienda, la luz se cortó, y el caos se apoderó de la escena. “Tomé a mi hija menor en brazos y corrimos al vehículo, mientras mi esposo ayudaba a su padre, que es postrado. Pero nuestro auto no partió, y tuvimos que tirarnos al vuelo por donde venía el fuego, no había otra opción”.

La familia perdió su hogar y todas sus pertenencias, salvándose únicamente con lo puesto. “Lo que más lamento es la pérdida de mi perrita; jamás se podrá recuperar”. Pese al dolor, agradece haber salido con vida gracias a la rápida reacción de su esposo.

Reconstrucción y Desafíos

La familia regresó tres meses después, enfrentándose a un largo proceso de reconstrucción. Sin embargo, el apoyo estatal ha sido insuficiente y frustrante. “No he recibido ayuda directa de las autoridades. Tuve que pelear para obtener una casa de emergencia, pero ya había empezado a construir mi hogar con un préstamo. Hasta hoy, seguimos suplicando que extiendan el bono de acogida, aunque las promesas no se han cumplido”.

La alcaldesa Macarena Ripamonti también fue criticada por la afectada. “Se ha burlado de nosotros. No ha cumplido con sus compromisos, pero se jacta de ser elegida por los damnificados, lo que no es cierto”.

Solidaridad y Esperanza

En medio de la tragedia, destaca la labor de organizaciones comunitarias como las ollas comunes «Los Politos». “Fueron los últimos en darnos comida y aún hoy continúan ayudando en diferentes cosas. Son un verdadero ejemplo de solidaridad”.

La madre también enfatiza la necesidad de empatía: “Quienes no han vivido esto deberían guardar silencio. No pedimos todo regalado, solo justicia y que cumplan lo prometido”.

Hoy, la familia enfrenta las secuelas emocionales del incendio, especialmente en su hija menor, quien sufrió trauma tras la experiencia. “El miedo siempre está presente; tememos que vuelva a pasar”. A pesar de las dificultades, la resiliencia y la unión familiar siguen siendo su motor para salir adelante en un proceso de reconstrucción que parece no tener fin.

Fuente: Corresponsal Diario Electronico