Con más del 90% de los votos, Donald Trump se impone cómodamente a Kamala Harris en Florida, antiguo estado «péndulo» en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que desde hace tres elecciones es fijo para el Partido Republicano.
En los comicios de 2022, el magnate obtuvo el triunfo en ese estado con el 51,22% de los votos, superando a Joe Biden que obtuvo 47,87%. En tanto, en 2016 Trump también superó a la carta demócrata de aquella ocasión, Hillary Clinton, con el 49,02% de los votos.
El último triunfo demócrata en Florida se remonta hace 12 años atrás, en 2012, cuando Barack Obama logró la reelección derrotando a Mitt Romney.
¿Y qué hay detrás de esta tendencia en Florida? El cambio del padrón electoral. Con las olas migratorias, el voto latino compuesto mayormente por venezolanos y cubanos han cargado la balanza hacia los republicanos.
Una encuesta de la Universidad Internacional de Florida señaló en la previa de los comicios que el 68% de los votantes cubanoamericanos lo harían por el republicano, el doble del apoyo que le dieron en 2016, año en que obtuvo la presidencia. Sólo un 23% señaló que iba a votar por Harris y un 5% se manifestaba indeciso.
Consciente de la importancia de mantener su exigua mayoría en la Cámara Alta en Washington, el Partido Demócrata de Florida había puesto toda la carne en el asador en la contienda de Mucarsel-Powell, quien de haber resultado ganadora se habría erigido en la primera latina en representar a este estado en el Senado de EE.UU.
Pero el apoyo del aparato estatal demócrata no ha sido suficiente para el triunfo de la también excongresista (2019-2021) por el entonces distrito 26 de Florida, quien en 2020 cayó derrotada en una reñida pugna con el exalcalde del condado de Miami-Dade Carlos Giménez, otro simpatizante de Trump y quien esta noche ha resultado reelegido.
Miami-Dade se tiñe de rojo
Giménez, de origen cubano y representante de un distrito electoral que abarca áreas del sur de Miami-Dade y los cayos de Florida, se ha impuesto en estas elecciones al demócrata Phil Ehr, tal como preveían los sondeos de intención de voto.
También han ganado con gran mayoría la reelección los congresistas republicanos Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar, Ana Paulina Luna.
La influencia del magnate convertido en presidente ha alcanzado incluso al que se considera uno de los últimos bastiones azules (el color de los demócratas) en Florida, como es el sureño condado de Miami-Dade, el más poblado del estado y donde reside una influyente comunidad cubana, de tendencia conservadora y que este año se ha inclinado por Trump.
En estos comicios, Miami-Dade se ha decantado por Trump, por más de diez puntos porcentuales, y nuevamente se ha teñido de rojo, como ya ocurrió en las elecciones de medio término de 2022, cuando DeSantis salió reelegido gobernador de forma incontestable y triunfó -con una gran ventaja- en este condado, donde no ganaba un republicano desde hacía veinte años.
Aborto y marihuana recreativa
El aborto ha estado presente en las papeletas de votación de más de una decena de estados, Florida entre ellos, para que los votantes decidieran el futuro de estos procedimientos tras la decisión del Tribunal Supremo de 2022, año en que revocó el caso conocido como Roe v. Wade y de esta forma eliminó la protección federal que regía sobre esta cuestión.
En el caso de Florida, la Enmienda 4 busca consagrar en la Constitución estatal el derecho al aborto, que en la actualidad está limitado por ley a las primeras seis semanas de gestación. Para ello, la enmienda requiere de un 60 % de votos favorables, algo que, transcurridas las primeras horas tras el cierre de las urnas, no está del todo claro si lo logrará.
Tampoco está claro el éxito de la Enmienda 3, que pretende legalizar el consumo recreativo de la marihuana en mayores de 21 años y que hasta el momento no parece haber superado la barrera del 60 % de votos a favor.
El gobernador DeSantis ha sido un claro opositor a ambas enmiendas y hasta este lunes ha estado ofreciendo ruedas de prensa en las que pedía votar en contra y recalcaba que la Constitución es un «documento sagrado» que «no debería estar a la venta al mejor postor».
Fuente: emol.com