Los sospechosos son sobrinos del hombre al que los uniformados iban a controlar el día que los emboscaron en Cañete y serán formalizados hoy. Familiares de los carabineros sienten temor y piden justicia.
Durante la madrugada de ayer se realizó un amplio operativo en el sector Antiquina, Cañete, para detener a cuatro de los sospechosos del homicidio de los tres carabineros ejecutados el 27 de abril (ver abajo). Se trata de Nicolás Rivas Paillao y los hermanos Yeferson(19), Felipe (29) y Tomás Antihuen Santi (22), quienes si bien no habrían tenido motivaciones territoriales, según la Fiscalía, sí pertenecerían al grupo Resistencia Mapuche Lavkenche (RML). Todos serán formalizados hoy.
En ese contexto, salvo el más joven, el grupo cuenta con antecedentes policiales donde uno de ellos fue indagado por un caso donde hubo un secuestro y otro se encuentra prófugo en una causa por atacar con bombas molotov a carabineros.
Los hermanos Antihuen son sobrinos de Carlos Antihuen Riquelme (37), la persona a la que los uniformados iban a controlar el día que fueron emboscados. Él estaba con arresto domiciliario desde el 30 de agosto del 2023 por una causa por posesión, tenencia y porte ilegal de municiones.
El prófugo desde 2023 en Cañete
Durante el operativo de ayer, Tomás Antihuen logró escapar, aunque las autoridades ya estaban tras su rastro. No es la primera vez que huye. De acuerdo a los antecedentes que tiene en el Juzgado de Garantía de Cañete, está prófugo desde marzo de 2023, cuando se decretó una orden de detención permanente en su contra.
Esto, porque cerca de las 14:55 del 15 de julio de 2020, se llevó a cabo una marcha mapuche al interior del Museo Mapuche de Cañete, la que convocó a más de 100 personas, quienes cortaron el tránsito de la ruta aledaña con barricadas. Ante ello, comenzó a actuar un carro lanzaaguas, que sorpresivamente quedó detenido en medio de la protesta y fue destruido.
En ese instante, un drone captó a Tomás Antihuen lanzando una bomba molotov al vehículo donde iban dos funcionarios de Carabineros y repetir el acto parapetado dentro del museo. Al ser detenido, se le encontraron cuatro botellas de vidrio en la mochila, con líquido en su interior, con olor a combustible, cuchillo, un encendedor y trozos de género.
Tras ser formalizado, la Fiscalía pidió una pena de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo; otra de tres años de reclusión en su grado medio; y otra de 61 días, y quedó en prisión preventiva en julio de 2020. Estuvo recluido 187 días.
Un mes después, inició una huelga de hambre para exigir que se respete el convenio 169 de la OIT y en apoyo a “los peñis de la cárcel de Angol y al Machi Celestino Córdova”. También se le aplicó un proceso disciplinario por ingresar un celular al penal.
Sin embargo, en enero de 2021 se le cambió la medida cautelar a arresto nocturno y de ahí en adelante Carabineros comenzó a advertir que nunca estaba en su casa.
La Delegación Regional Presidencial pidió devolverlo a prisión preventiva, pero el tribunal no accedió. Así, en octubre se le rebajó la medida a firma quincenal con el acuerdo de comenzar con un procedimiento abreviado donde él reconociera el delito y se cerrara la causa, sin embargo, fue peor. Sólo firmó un mes y nunca más apareció, por lo que el Juzgado emanó su orden de detención en marzo pasado. Para mayo de este año estaba fijada la revisión de su caso, audiencia que fue suspendida.
“Así que andai en la Fiscalía”
El hermano mayor de Tomás, Felipe, estuvo envuelto en un caso de secuestro, homicidio frustrado, porte ilegal de armas e incendio ocurrido en marzo de 2015. Si bien no fue condenado por ello, en el fallo del Segundo Tribunal de Juicio Oral de Cañete se cuestionó por qué no fue incluido en la indagatoria pese a haber antecedentes que lo vinculaban al hecho.
¿Qué pasó? Pasada la medianoche del 30 de marzo, dos hombres (Víctor Llanquileo y otros desconocidos) interceptaron a una mujer que iba llegando en bus a Tirúa, la inmovilizaron, la increparon (“así que andai en la Fiscalía”), la golpearon y arrastraron. Su pareja, que la iba a buscar, salió a su auxilio, pero fue interceptado por seis hombres vestidos con ropa de camuflaje que le dispararon un escopetazo. Los perdigones lo hirieron de forma leve, por lo que los hombres hicieron que la pareja caminara hacia su casa, los amarraron y los hicieron presenciar cómo quemaban la vivienda. Luego les robaron su camioneta y sus celulares.
Las víctimas reconocieron varios nombres ante la justicia como participantes de este hecho, entre ellos el de Felipe Antihuen Santi, sin embargo, no fue investigado, tal como observó el tribunal en su fallo de enero de 2023:
“Llama la atención, en particular respecto de Felipe Antihuen Santi, que estaba en posesión de elementos que lo vinculaban con el delito y tampoco está en este juicio. Su defensa apuntará a que la declaración de la testigo víctima de este hecho, en relación a la psicología del testimonio y lo por ella percibido, resulta errático”, decía el escrito respecto a que a Antihuen habría estado en posesión del celular de la víctima y que, además, tal como mostraba en Facebook, solía usar ropas militares.
Nicolás Rivas Paillao sólo tiene causas por hurto falta en un supermercado de Villarrica y amenazas.
Familiares de carabineros: temor y esperanza de justicia
Sorprendidos estaban ayer los familiares de los funcionarios de Carabineros Sergio Arévalo (34), Misael Vidal (30) y Carlos Cisterna (43), tras enterarse de la detención de los sospechosos. Néstor Antillanca, yerno de Misael Cid, contó que estaban celebrando el cumpleaños de su nieto cuando se les informó durante la mañana sobre la captura de tres hombres, dos de ellos del sector Antiquina.
“Da un poco más de tranquilidad y ojalá la certeza de que el fiscal haya hecho todo lo relativamente correspondiente y que las personas, si son las que hoy día detuvieron, los involucrados, que sean condenados como tiene que ser”, dijo Antillanca.
Mientras, la hermana de una de las víctimas fatales, que prefirió mantener en reserva su identidad, dijo sentir “tranquilidad” pero que espera que exista justicia con los autores del crimen. Además, reconoció sentir temor, por lo que no quiso acercarse a la comisaría de Cañete a conocer detalles del operativo.
En conversación con El Líbero, la familiar dijo estar convencida de que el ataque “estaba todo preparado”, argumentando que el tío de los detenidos “tiene que saber todo, quiénes fueron… qué rabia más grande. Capaz que él mismo esté metido también y ahora se está escondiendo detrás de su misma familia”, opinó.
Los carabineros de Cañete fueron ejecutados
En el marco de las diligencias realizadas ayer, La Tercera y Radio Bío Bío accedieron a información que reveló que los carabineros fueron ejecutados a sangre fría.
Un testigo protegido sostuvo, según el diario, que una tercera persona le mostró un video “en donde se observa a tres funcionarios de carabineros, dos de ellos de contextura gruesa y el otro delgado, además los vio arrodillados llorando y suplicando que no los mataran, ya que tenían que llegar a su casa a ver a su familia y en el acto los despojaban de sus chalecos antibalas (…) ‘péguennos, quiébrennos, pero por favor no nos maten, queremos ver a nuestras familias’ (decían). En ese momento logré escuchar la voz de una mujer que se reía y gritaba: ‘mátenlos, mátenlos’”.
También se determinó que Carlos Cisterna murió de un disparo en el tórax, Sergio Arévalo sufrió varios disparos y Misael Vidal Cid recibió un balazo en el rostro.
Posteriormente los homicidas los subieron al pick up de la camioneta en que se trasladaban, los llevaron a otro punto de la comuna y les prendieron fuego.
Para hacer todo esto, los asesinos esperaron escondidos a los carabineros, usaron guantes quirúrgicos y robaron el armamento de los uniformados. Dos de las pistolas de los carabineros fueron recuperadas ayer.
Fuente: ellibero.cl