En una alarmante escalada de autoritarismo, el Tribunal Supremo de Venezuela, falto de independencia de poder, ha llevado a cabo la inhabilitación de María Corina Machado, prominente candidata presidencial opositora. Este acto, claramente contrario a la constitución y en flagrante violación de la legalidad, pone de manifiesto la creciente deriva dictatorial del régimen encabezado por Nicolás Maduro.
La medida adoptada no solo representa un ataque directo a los fundamentos democráticos, sino que también revela la manipulación sistemática para marginar a cualquier opositor que pueda representar una amenaza en las elecciones. Maduro, hábilmente utilizando sus estrategias, busca asegurar su participación exclusiva en los comicios, socavando así la posibilidad de un proceso electoral equitativo y competitivo en Venezuela.
Urge una condena internacional contundente frente a esta acción, ya que el historial de Maduro durante su presidencia ha causado estragos no solo en Venezuela, sino en toda América Latina. Su régimen se presenta como un serio problema geopolítico que impacta negativamente en toda la región, demandando una respuesta unida y decisiva por parte de la comunidad internacional.
En vista de estos acontecimientos, la comunidad global debe mantener una vigilancia constante y unirse para salvaguardar los principios democráticos y los derechos fundamentales del pueblo venezolano. La situación actual en Venezuela requiere una acción coordinada y eficaz para restaurar la democracia y asegurar la participación justa de todos los actores políticos en el próximo proceso electoral. La respuesta internacional es crucial para contrarrestar las tácticas antidemocráticas que amenazan con sumir aún más a Venezuela en la oscuridad autoritaria.
Escrito por: Ruben Barroso