Durante su visita a Puebla, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, reconoció que existe una crisis migratoria en Estados Unidos.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, llegó el jueves a Puebla con mensajes discordantes, intentando mantener una posición intermedia como gobernante de una ciudad que es reconocida por acoger a migrantes de todo el mundo, pero que está en apuros debido a la continua afluencia de solicitantes de asilo.
En el interior del suntuoso edificio del Congreso de Puebla, tapizado de azulejos de color amarillo crema interrumpidos solamente por columnas grecorromanas, Adams se centró en los lazos que unen a su ciudad con un estado del centro de México que ha enviado a unos 800 mil de sus habitantes a Nueva York a lo largo de los años.
Pero más tarde, al hablar con periodistas, Adams regresó al estribillo de su viaje latinoamericano: Nueva York está “al máximo de su capacidad”.
“Somos vecinos. Somos familia. Mi casa es su casa. Sus luchas son mis luchas”, dijo Adams en la cámara legislativa, intercalando algunas palabras en español. Poco antes, el gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes, le apodó “alcalde de Puebla York”.
Los migrantes “son nuestro futuro y no podemos perder a ninguno de ellos”, declaró Adams.
Sin embargo, dirigiéndose inmediatamente después a la prensa, el alcalde fue más directo.
“No hay más espacio en Nueva York. Nuestros corazones son infinitos, pero nuestros recursos no”, afirmó. “No queremos poner a la gente en refugios comunitarios. No queremos que la gente piense que encontrarán trabajo”.
Adams dijo que unos 800 mil migrantes del estado de Puebla viven en Nueva York, además de que ha tenido que recibir a otros 120 mil solicitantes de asilo adicionales durante el año pasado.
La ciudad de Nueva York le pidió a un tribunal el martes que le permita suspender el así llamado “derecho a albergue”, un acuerdo jurídico único de esta urbe que la obliga a dar alojamiento de emergencia a cualquiera que lo solicite.
Esta solicitud es la más reciente de una larga serie de intentos por suspender esa ley, que por mucho tiempo ha hecho de Nueva York una ciudad santuario. El gobierno de Adams argumentó el martes 3 de octubre que el convenio nunca se diseñó para una crisis humanitaria como la que enfrenta la urbe hoy día.
Adams dijo que esta crisis ha sido provocada en parte por lo que llamó la decisión “inhumana” del gobernador de Texas, Greg Abbott, en abril de enviar a los migrantes desde su estado a la ciudad de Nueva York.
“Se trata de seres humanos que han atravesado territorios muy peligrosos. Y lo que él está haciendo es tomar ventaja de la situación por razones políticas”, dijo Adams.
Previamente, en su discurso en el Congreso de Puebla, el alcalde hizo énfasis en el papel que tuvo la comunidad migrante de Nueva York durante la pandemia. “En el COVID-19, fueron sus hijos los que mantuvieron nuestras tiendas abiertas, los servicios de emergencia, los profesionales del transporte y de la salud”, dijo. “Sobrevivimos al COVID porque sus hijos estaban en nuestra ciudad”.
Después de los discursos de Salomón Céspedes y del alcalde de la ciudad, Eduardo Rivera Pérez, miembros del Congreso empezaron a corear a modo de bienvenida: “Adams, hermano, ya eres poblano”.
Luego, en declaraciones a la prensa de Nueva York, Adams dijo que estos son “tiempos extremadamente desafiantes”.
“Va a ser sumamente doloroso para los neoyorquinos, y para los migrantes y los solicitantes de asilo”, dijo. “Merecen un entorno más digno del que podemos ofrecerles debido a la magnitud de este problema, y a los costos asociados con ello”.
El alcalde inició el miércoles 4 de octubre una gira de cuatro días por América Latina con una visita a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, lugar de culto al que acuden muchos migrantes antes de empezar su viaje hacia el norte.
En los próximos dos días, Adams tiene planeado viajar a Quito y a Bogotá antes de visitar el Tapón del Darién, un tramo especialmente peligroso de la ruta hacia el norte que muchos migrantes recorren, el cual está ubicado en la frontera entre Colombia y Panamá.
Fuente: elfinanciero.com