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Con el enfriamiento de Covid y la intensificación de la crisis económica, el número de ciudadanos de Argentina que vinieron a Brasil y solicitaron residencia fue récord en el último año en relación con la serie histórica, iniciada en 2010: 6.601. Los datos, reunidos por el Observatorio de Migraciones Internacionales (OBMigra) a petición de Folha, muestran que la cifra representa un aumento del 21,7% respecto a la registrada en 2019, el último año pre-crisis sanitaria y, hasta entonces, poseedor de la mayor marca, con 5.424. Ya en comparación con 2021, el aumento es del 82%.
Para expertos y fuentes diplomáticas, la cifra está ligada a una demanda represada por la pandemia, pero está ligada al empeoramiento de la economía local -la piedra en el zapato de la gestión de Alberto Fernández. Los argentinos que llegaron al país en 2022 citan este factor como prioritario. «La crisis fue el efecto desencadenante», afirma Canova, que trabaja con electrónica y refrigeración y lleva un año en Brasil. Nacido en el municipio de Concepción del Uruguay, vive hoy en Balneário Camboriú – ya conocía Brasil y también había estudiado portugués. Padre de cinco, pronto tendrá la compañía de una hija, que está terminando su graduación en instrumentación quirúrgica en Argentina y ya planea vivir en Brasil.
Autónomo, Pedro dice que, en la pandemia, solo estuvo una semana en casa, porque tenía que trabajar. Pero ante la crisis que atravesaban los clientes, era difícil cobrar cantidades que garantizaran su sustento. «Aquí se valora a un técnico en electrónica. En Argentina, no. Gano tres veces más en Brasil.»
Para el economista Gustavo Perego, director comercial de la consultora Abeceb, de Buenos Aires, «el sistema político argentino no está dando respuesta a los problemas». «Hay un proceso de inercia inflacionaria que crece cada vez más, una destrucción de la capacidad de consumo. El gobierno ya no tiene músculo para eludir la situación. Y eso lleva a mucha gente a preguntarse sobre el futuro en otro lugar.»
Llama la atención sobre el precio de los alimentos. Mientras que la inflación en el país batió un récord en abril y alcanzó el 109% en el acumulado de los últimos 12 meses, el índice anual proyectado para el sector alimentario es del 197%, según un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y la expectativa para los próximos meses tampoco es mejor. «La situación en el segundo semestre, con el vacío político de las elecciones, tiende a empeorar.»
Cecilia, que prefiere no dar el apellido, llegó a Brasil el 31 de diciembre de 2021, poco después de que se reabran las fronteras. La hermana ya vivía en el país, y la principal razón de venir, además de esto, era sentir que su dinero «no valía nada». «Aquí tengo oportunidades que allí no tengo. Para comer pan, carne y verduras el mismo día, era porque tenías mucho dinero. Hasta que tomar mate se estaba volviendo caro.»
Pero la reubicación de profesionales argentinos en Brasil, incluso de aquellos que son mano de obra especializada, puede llevar tiempo. El ingeniero civil Martin Colli, de 36 años, llegó hace un año y todavía busca una vacante en su área en una empresa brasileña. Por ahora, trabaja de forma remota para una empresa argentina – y, recibiendo el salario en pesos argentinos, todavía no ha podido sentir un cambio real en el poder adquisitivo.
Martin vivía en la ciudad de Bahía Blanca y, antes de venir a Brasil, estudió otras posibilidades en Sudamérica. «Pero, independientemente de la situación política, Brasil sigue una potencia mundial», dice, que sin embargo lamenta el retraso en entrar en el mercado. «Pensé que tardaría uno o dos meses.»
La presencia de brasileños que viven en Argentina también es representativa. Los últimos datos de Itamaraty, referentes a 2021, muestran que había 90,2 mil brasileños en el país vecino – cifra subnotificada, ya que los inmigrantes no necesariamente tienen que ponerse en contacto con el sector consular de Brasil.
El número se acerca a las estimaciones argentinas de la cantidad de brasileños en el país -95 mil- y hace de los brasileños el octavo principal grupo extranjero que reside en el país, detrás, en orden descendente, paraguayos, bolivianos, peruanos, venezolanos, chilenos, uruguayos y colombianos.
Argentina, a su vez, no tiene datos históricos que registren la emigración de sus nacionales, como mostró recientemente el sitio de verificación Chequeado, que se sumergió en el tema después de que figuras como el ex presidente y opositor Maurício Macri afirmaran que hoy se produce un «éxodo creciente de argentinos».
La migración de argentinos a Brasil -y viceversa- es facilitada y desburocratizada tanto por el acuerdo de residencia del Mercosur, bloque que integran los dos países, como por un acuerdo específico entre Brasilia y Buenos Aires promulgado en 2009 para facilitar la concesión de residencia a los migrantes.
El aumento de la migración despertó en los expertos que siguen el tema la preocupación por los posibles abusos laborales. El tema corre por debajo de los datos, pero los informes dan cuenta de que cada vez hay más argentinos que buscan trabajos estacionales en plantaciones en la temporada de cosecha.
En febrero, cuatro trabajadores del país, incluido un adolescente de 14 años, fueron rescatados en Nova Petrópolis (RS), por la Policía Federal. Trabajaban en el corte de eucaliptos y estaban en una situación análoga a la esclavitud.
Históricamente, sin embargo, los argentinos representan una pequeña parte de los extranjeros rescatados en trabajo análogo a la esclavitud en Brasil -fueron el 0,2% de todos los rescates del tipo de 2003 a 2022, según el Ministerio de Trabajo. Las principales nacionalidades son bolivianos (42%), haitianos (24%) y venezolanos (12%), inmigrantes que, en general, entran en Brasil en una situación de mayor vulnerabilidad.
Fuente: otempo.com.br
