La medida, por iniciativa del gobernador, alcanza a los establecimientos públicos en todos los grados de las escuelas primarias y secundarias.
La Junta de Educación de Florida prohibió la enseñanza sobre orientación sexual e identidad de género en todos los grados de las escuelas públicas primarias y secundarias, ampliando así la ley que los críticos llaman “No digas gay”, sancionada por iniciativa del gobernador republicano y posible precandidato presidencial, Ron DeSantis.
La prohibición, que entrará en vigencia después de un período de notificación que dura aproximadamente un mes, estipula que las escuelas públicas «no proporcionarán intencionadamente instrucción sobre orientación sexual o identidad de género» desde preescolar hasta el último año de la educación secundaria.
De esta forma, la única forma de enseñar sobre esos temas es que las clases sean «requeridas por las normas académicas estatales», lo que no es el caso, o que «formen parte de un curso sobre salud reproductiva» del que los padres puedan retirar a sus hijos.
El texto, que establece que los profesores que incumplan la norma podrán ser suspendidos o incluso revocadas sus licencias, ha suscitado la indignación de los militantes por los derechos LGTBQ+, como la organización Equality Florida, en un estado en el que hasta el momento prohíbe este tipo de lecciones desde jardín de infantes hasta el tercer grado.
La administración de DeSantis presentó la propuesta el mes pasado como parte de una agresiva agenda conservadora del gobernador republicano que, según los observadores locales, busca posicionarse como un posible competidor del exmandatario Donald Trump en la interna partidaria de cara a las próximas elecciones presidenciales.
La decisión de la Junta de Educación tiene su origen en una serie de preguntas realizadas por DeSantis al cuerpo colegiado presidido por el Comisionado de Educación, Manny Diaz Jr., quien dijo que el objetivo de la decisión es aclarar la confusión en torno a la ley existente y reforzar la norma para que los maestros y profesores no se desvíen de los planes de estudio existentes.
“No vamos a quitar nada aquí. Todo lo que estamos haciendo es establecer las expectativas para que nuestros maestros sean claros. Deben enseñar según los estándares”, argumentó Diaz. “Digámoslo claramente. Esto es parte del asalto del gobernador a la libertad”, respondió Joe Saunders, director principal de Equality Florida mediante un comunicado que advierte que la norma “estigmatizará y aislará aún más a una población de jóvenes que necesitan nuestro apoyo ahora más que nunca”.
Los opositores señalan que el cambio de la regla no mejora la vaga terminología de la ley. Además, alertan que frases como «instrucción en el aula», «apropiado para la edad» y «adecuado para el desarrollo» podrían interpretarse de manera amplia y conducir a la autocensura por parte de los educadores.
La ley actual también ha provocado una disputa entre el gobierno de DeSantis y Disney, uno de los mayores empleadores del estado, debido a que el gigante del entretenimiento se opuso públicamente a la legislación el año pasado y, como castigo, DeSantis presionó a los legisladores para que le dieran el control de un distrito autónomo que la empresa ha administrado durante décadas para supervisar las propiedades de sus parques temáticos.
Antes de que un grupo de nuevos funcionarios designados por el gobernador pudiera asumir el control del distrito, la junta directiva de Disney aprobó convenios restrictivos que despojan a los miembros entrantes de la mayoría de sus poderes, mitigando así las represalias del gobernador. Decisión ante la cual DeSantis ordenó al inspector general jefe de Florida que investigara a la junta de la empresa.
En lo inmediato, y más allá de la disputa con Disney, los observadores locales señalan que DeSantis procura convertir las leyes que restringen la educación sexual en los niveles primerio y secundario en una batalla cultural contra políticos, profesores y empresas, a los que acusa de querer imponer una ideología progresista, estrategia que corteja a los votantes más conservadores, como sus polémicas propuestas sobre inmigración.
Fuente: elobservador.com