La Premier de la Provincia de Alberta, Danielle Smith, aseguró que se lamenta «por todos los que han sido ‘inapropiadamente’ sometidos a discriminación» por el Estado. «Fueron decisiones políticas», se excusó, y prometió amnistiar a quienes fueron multados o arrestados.
No serán pocos los lectores que vayan a enterarse de que Canadá tiene una provincia que se llama “Alberta” y que allá a un “gobernador” se lo llama “primer ministro” o “premier”. Pero la noticia, en realidad, es que la premier de la provincia de Alberta, Danielle Smith, acaba de pedir disculpas públicas a todas las personas que, por no haberse inoculado contra el pretendido Sars-Cov 2, han sufrido la prepotencia del estado canadiense, que no solo los ha multado, sino que, incluso, ha llegado a arrestarlos. Smith, además, reprochó el modo con que se ha “satanizado” a quienes eligieron no formar parte del experimento “vacunal” en aquel país.
En una rueda de prensa, la premier fue abordada por una periodista que le recordó que, durante su campaña, ella había prometido que se iría a disculpar y a ofrecer una amnistía a aquellos que sufrieron el acoso del Estado. ¿Cuándo podemos esperar esas disculpas?, le preguntaron. “Puedo disculparme ahora mismo”, se adelantó Smith, para cumplir la primera parte de su promesa. Y prosiguió: “Lo siento profundamente por todos los que fueron inapropiadamente sometidos a discriminación como resultado de su condición de vacunación”. De inmediato, reforzó aún más lo dicho: “Lo siento profundamente por cualquier empleado del gobierno que haya sido despedido de su trabajo por su condición de no vacunado, y les doy la bienvenida si quieren volver”.
En cuanto a la amnistía prometida, Smith señaló que “ya he pedido a mi personal que solicite asesoramiento para ver cómo se podría proceder al respecto. Tendría que ver si puedo hacerlo a la mayor brevedad posible”. La premier, de 51 años y con descendencia ucraniana, licenciada en Inglés y Economía de la Universidad de Calgary, ocupa el cargo desde apenas el 11 de octubre de 2022; está casada por segunda vez desde 2006 con David Moretta y, además de liderar el partido conservador Wildrose, ha sabido desempeñarse como periodista.
Decisiones políticas… What?!
Por su parte, la Canadá de Justin Trudeau ha sido uno de los países más inclementes en cuanto a “hacer cumplir” las restricciones del Covid, al punto de haberse generado una rebelión de transportistas que, sin exagerar, prácticamente puso contra las cuerdas al mismo gobierno. Según detalló el medio CTV News de Edmonton (capital de Alberta), la premier Smith se lamentó al respecto de los abusos cometidos por parte del Estado: “Lo que me viene a la mente son las personas que fueron arrestadas como pastores, las personas que fueron arrestadas o multadas por no usar máscaras. No son las cosas por las que normalmente se arresta o procesa a una persona”. Y prometió: “Voy a investigar el rango de multas pendientes que todavía hay y obtener algún consejo legal con el cual podamos cancelar y otorgar amnistías”.
No obstante, la premier, de repente, dijo algo llamativo (sin que le pregunten): “Mi opinión es que fueron decisiones políticas las que se tomaron. Y por eso creo que podrían ser decisiones políticas las que ofrezcan un retroceso”. Inevitablemente, la pregunta que surge no es otra: ¿decisiones “políticas” fueron aquellas que conminaron a encerrar a todo el mundo, a fundir al trabajador, a tratar a la gente como a un rebaño de retardados mentales y, finalmente, a inocularlos con una sustancia en experimentación para defenderlas contra un virus con una tasa de mortalidad menor a la de un resfriado? ¿Decisiones políticas…? ¿Acaso… no eran cuestiones de “salud pública”?
Por último, Smith aclaró que si bien “es importante” alentar a las personas “que desean vacunarse” a que lo hagan (“que se protejan”), también dijo que es hora de “dejar de satanizar” a quienes han tomado la decisión de no inocularse contra el COVID-19, y recordó su plan de “enmendar” la legislación de los derechos humanos de la provincia para no incluir el estado de vacunación de los canadienses.
Mi opinión
Más vale tarde que nunca. De ahí el valor de las disculpas que ofrece la primera ministra, algo que se valora, por supuesto. Aunque lo cierto es que, a nosotros, los no inoculados con la farsa del COVID, NO NOS PUDIERON ENGAÑAR, por más intento pergeñado. El gesto que tuvo Danielle Smith tendría que comenzar a ser replicado por sus pares de todo Canadá y de todo el mundo, aunque lo mejor sería adelantarse y pensar que las disculpas no deberían ser solo para los que rechazamos meternos un experimento… sino también para aquellos que sí lo han hecho, es decir, los que sí fueron y que continúan siendo engañados, muchos de los cuales ya han pagado con su propia vida el hecho de haber creído en las mentiras de los políticos y, por ende, de haberse inyectado con algo que enferma más de lo que cura y que mata mucho más que la gripe que dice combatir.
Fuente: davidrey.com.ar