El fin de las vacaciones y el regreso a la rutina habitual del mes de septiembre coincide con una estabilización en niveles relativamente bajos de los contagios por covid-19. O, al menos, eso es lo que se desprende de la última actualización de los indicadores de la evolución de la pandemia, emitida por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) el pasado 2 de septiembre.
Según sus datos, la incidencia acumulada a catorce días en personas mayores de 60 (el único sector de la población sobre el que se hace seguimiento desde finales de marzo) se sitúa en 153,87 casos por cada 100.000 habitantes, con un descenso continuado desde el pasado 12 de julio, cuando este mismo marcador se encontraba en los 1.255 puntos.
Por su parte, la ocupación hospitalaria (otro de los principales marcadores epidemiológicos) sigue descendiendo, y ha pasado del 2,9 % al 2,5 % desde el martes pasado, con un total de 3.023 ingresados. En cuanto a las unidades de cuidados intensivos, se encuentran en mínimos de toda la pandemia, con un 2,4 % de ocupación y con pacientes 210 críticos.
De mantenerse en el tiempo esta situación, de una «gravedad moderada», los españoles podrían pasar «un buen invierno». Así lo considera el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, quien se pronunció el pasado jueves acerca de la situación pandémica durante las VI Jornadas de Activistas y Salud Públicas, organizadas por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina.
Según Simón, sin la aparición de nuevas variantes más peligrosas y con vacunas que mantengan su efectividad frente al virus, «no habrá que hacer grandes cosas», en relación a la toma de medidas restrictivas para contener su propagación. No obstante, ha reconocido que de entrar otras variantes o si la efectividad de la vacuna «baja radicalmente», habrá que replantearse la necesidad de tomar medidas más duras. «Espero que no eso pase pero no lo podemos descartar», ha dicho.
Los últimos reductos de la mascarilla
De entre todas las cuestiones por las que se pronunció el director del CCAES, la que más interés suscitó era el uso de la mascarilla en aquellos espacios donde sigue siendo obligatoria. En este sentido, Simón emitió su opinión sobre su uso tanto en centros sanitarios como en el transporte público.
Sobre su uso en espacios sanitarios, el experto considera que «no es un problema que se deba debatir» y ha opinado que «si se estira durante unos años más, mejor que mejor».
En cambio, su respuesta respecto al uso del cubrebocas en el transporte público sorprendió más a los presentes. Así, Simón defendió que, «desde el punto vista teórico», no es muy lógico usar mascarillas en este ámbito, «ya que hay muchos otros sitios donde la gente se expone a reuniones masivas, como conciertos, bares o las fiestas de los pueblos».
A pesar de que el director es partidario de eliminar su uso obligatorio en trenes o autobuses, también defiende que las restricciones puedan volver si la evolución de la pandemia cambia y es necesario volver a instaurarla.
Fuente: eleconomista.es