Fue un conocido líder universitario en Valparaíso, cuando militaba en el PS Almeyda, el ala más izquierdista de los socialistas. Estuvo detenido durante la dictadura y fue uno de los creadores de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH). Durante los gobiernos de la Concertación fue Gobernador e Intendente. Hoy, radicado en Puerto Montt, donde es conductor de radio El Conquistador, lidera el movimiento Gente del Sur y anuncia su opción por el Rechazo.
-¿Por qué decidiste votar Rechazo?
-Reconociendo las cosas positivas que tiene el texto, creo que los convencionales se pasaron de largo muchos pueblos. Adoptaron posiciones extremas, rayando en el fanatismo. Quienes debían haber puesto atajo, personas de centro izquierda que uno respeta y les tiene cariño, no lo hicieron.
-¿Qué aspectos te parecen demasiado radicales?
-Pasan la línea roja cuando se empiezan a otorgar privilegios inaceptables a los pueblos originarios y se establecen autonomías territoriales. ¿Acaso no les basta con Temucuicui como ejemplo de lo que puede suceder? Se debilita el sistema político. ¿Quién gritó alguna vez marchando en las calles: queremos un bicameralismo asimétrico?
Se elimina algo básico de la democracia liberal que es el equilibrio de poderes, con la desaparición del Senado y se crea un Congreso de Diputadas y Diputados, con poderes que nunca antes tuvimos en nuestra historia republicana.
-En vez del Senado, se crea la Cámara de las Regiones, aunque con atribuciones disminuidas.
-Es un sucedáneo, digamos las cosas como son. Fue una negociación de la cocina chica que hubo en la Convención. Lo sé porque me lo dijeron los mismos convencionales.
–Habiendo sido un histórico dirigente estudiantil de izquierda, ¿te costó la decisión?
-Luché con orgullo contra Pinochet y con la misma decisión votaré Rechazo. Pero te digo una cosa: no te imaginas la cantidad de amigos de izquierda que me llaman, que silenciosamente van a votar Rechazo, que no se atreven a decirlo, y eso me da mucha pena. Los nombres no los voy a decir. Tienen miedo porque trabajan en el aparato público, porque militan en el PPD, PS, PR, muchísimos DC. Compañeros de generación, ochenteros, que dimos lo mejor de nosotros contra la dictadura.
-¿A qué se debe este temor?
-Existe esta cultura de la cancelación. ¡Si luchamos contra Pinochet por la tolerancia, por el respeto, por el derecho a hablar con libertad! Hoy se me parte el alma que compañeros de esa época digan que votan rechazo pero callados porque lo pueden pasar mal. Mira lo que pasó con Sergio Micco, que lo demolieron con críticas. Brutal.
-¿No te sientes incómodo votando rechazo con tu pasado izquierdista?
-Justamente no hay ninguna contradicción, porque luchamos por la diversidad de opiniones. Para tener un país en el cual todos nos sintiéramos parte. Luchamos contra los privilegios y esta NC instala privilegios. La palabra “chileno” aparece 27 veces y la palabra “indígena” 68 . Pero somos un país mestizo.
-En abril formaste el movimiento Gente del Sur. ¿Son como Los Amarillos?
-Sí, pero más anaranjados (se ríe) Escribimos un manifiesto porque queremos una buena constitución nueva. No una mala como la que propone la Convención. A mis 64 años, descubrí que con un celular se puede articular un movimiento. El 99% son pescadores artesanales, gente del campo, de la isla, de la cordillera, académicos, científicos. Tomamos una decisión tras leer y discutir el texto: no estamos acuerdo con esta propuesta.
-Formaste parte de una generación que se opuso a Pinochet. ¿Qué lecciones sacas de esa época?
-Yo soy puertomontino, pero llegué a estudiar Historia, en la UCV, y fui dirigente universitario. Para el plebiscito de la Constitución del 80 estuve detenido una semana en la comisaría sur de Playa Ancha. Había ido Frei Montalva y se hizo la primera manifestación espontánea contra la Constitución de Pinochet. Me soltaron el 12 de septiembre, por lo que no pude votar.
-¿Te pegaron?
-Me detuvieron en la avenida Pedro Montt de Valparaíso y en el bus de Carabineros me sacaron la mugre. Recuerdo que metía la cabeza debajo del asiento para protegerme la cabeza. Después, llegué a ser vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la UCV. Me siento orgulloso de que fui uno de los tantos que creamos la CONFECH en octubre de 1984, junto a Gonzalo Rovira, Yerko Lubjetic, Tebo Valenzuela, entre otros. Por lo tanto estos de ahora podrían ser nuestros nietos.
-¿Te refieres a la generación de Boric y Vallejo?
-Serían como los nietos nuestros, malcriados, talentosos.
-También fuiste parte de la Concertación. ¿Por qué volviste a Puerto Montt?
-Fui gobernador con don Patricio Aylwin, intendente con Frei Ruiz Tagle. Y el 2015 volví a mi ciudad. Estoy feliz. Me dedico a temas comunicacionales, y descubrí que tener un programa de radio es una de las cosas más entretenidas que hay en la vida.
-¿Cómo ha cambiado la región en estos últimos 30 años, que a veces se critican duramente?
-Cuando me fui al norte como se dice acá, Puerto Montt era una ciudad de 70 mil habitantes, era una región bien modesta, con bastante pobreza. Yo soy de clase media raspando, del barrio Lynch, y en 2015 vuelvo a una región pujante, con pega, con trabajo, con innovación. Cuando me fui no había ningún estudiante universitario, cuando volví habían 25 mil.
-¿Gracias a los gobiernos de la transición?
-Sí. Se convirtió en una tierra de oportunidades. Con industria, turismo, acuicultura. Fíjate que esto tiene que ver con el tema constitucional. Me siento muy orgulloso de lo que hizo la Concertación. Y me cuesta entender que amigos míos que fueron ministros varias veces, cuando vino el estallido social miraron para el lado, se hicieron los lesos. No asumieron lo que había defender.
-¿Quiénes?
-Pancho Vidal, por ejemplo. Lo que quiero decir es que en 30 años desde que recuperamos la democracia logramos muchas cosas. En la sumatoria es más bueno que malo, no cabe ninguna duda. Superados los problemas básicos, alcantarillado, caminos, hospitales, vienen demandas nuevas y no tuvimos una clase política que estuviera a la altura para asumir esas nuevas demandas. Pero esa muletilla de que no son 30 pesos, son 30 años, ¡no me la creo!
-¿Por qué renuciaste al PS en 2019?
-Sentí que se había perdido algo fundamental para mi: los afectos, el sentido solidario, la fraternidad. Algo que cultivamos con tanto empeño en los 80. Tal vez, porque eso nos permitió salvarnos, protegernos, cuidarnos. Ese sentido fraterno, en algún minuto se nos extravió. El PS fue el espacio donde viví grandes y hermosos años de mi juventud y madurez. En la dictadura fuimos irresponsablemente valientes. Y no lo digo para que nos aplaudan. Solo para recordar que la historia viene de antes, de antes que todos nosotros.
Fuente: ex-ante.com