Los países en desarrollo han bajado sus impuestos corporativos de una tasa promedio del 38% en 1999 a sólo 25% el 2021, de acuerdo con el análisis comparativo del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello
El nuevo estudio comparativo del Instituto de Políticas Públicas de Universidad Andrés Bello, ha demostrado que en Chile existe una trayectoria al alza en materia de impuestos corporativos, la cual es contraria al camino que han tomado las tasas en economías con niveles de desarrollo similares a los de nuestro país.
La investigación revisó la Tasa Corporativa Compuesta Promedio (EATR, por sus siglas en inglés) de la OCDE, la que refleja la contribución en impuestos promedio que entrega un proyecto de inversión rentable y toma en cuenta la depreciación, la estructura tributaria del país y las tasas corporativas, demostrando en estas últimas un desacople entre las tasas nacionales y las internacionales.
Para el estudio se consideró la EATR de un conjunto de países con un desarrollo similar al de Chile, entre los que se encuentran Grecia, Panamá, Turquía y Malasia, reflejando que su tasa corporativa se mantuvo en 21,2% desde 2017 a 2020, mientras que en nuestro país pasó de 36% a 37,9% en ese periodo.
«Vemos que Chile ha perdido competitividad en la atracción de capital en términos de tasa corporativa’ indica Juan Luis Correa, Investigador del Instituto de Políticas Económicas de la FEN de la Universidad Andrés Bello.
Tasa de primera categoría Un resultado similar se obtiene al estudiar las tasas corporativas cobradas a grandes empresas, las que son conocidas como tasa de primera categoría. En detalle, los países en desarrollo han bajado sus impuestos corporativos de una tasa promedio del 38% en 1999 a sólo 25% el 2021.
A lo anterior, se suma la diferencia significativa que tienen otros países de economía similar a la nuestra, de cobrar consistentemente una tasa corporativa con «descuento» respecto a los países
desarrollados, aumentando la competitividad en sus territorios.
Según el subdirector del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Gonzalo Valdés, la reforma tributaria de 2014 definió que la tasa para grandes empresas sería del 27%, pero con años de adecuación, provocando que grandes inversiones del mismo año e incluso del anterior se vieran afectadas.
“Simultáneamente observamos el
estancamiento del producto nacional, la caída en inversión, y la caída en competitividad tributaria” detalló Valdés.
Fuente: DF.com