La paradoja de Dinamarca: da por finalizada la pandemia con una incidencia récord de 9.000 casos

El país escandinavo se convierte en el primer país de Europa que levanta todas las restricciones, incluida la mascarilla en interiores, y da «la bienvenida a la vida de antes».

¿Será Ómicron el final de la pandemia? Es la pregunta que se plantean epidemiólogos, gobiernos y ciudadanos desde que irrumpió la nueva variante del COVID-19, detectada en Sudáfrica el pasado mes de noviembre, que está dejando cifras de contagios estratosféricas en todo el mundo. Muchos expertos confían en que el tsunami de infecciones, que aparentemente causa síntomas más leves que variantes predecesoras, sea la ‘traca final’ de la pandemia y dé paso a una fase endémica del virus, probablemente hacia la primavera o el verano de 2022.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya han apuntado que la rápida propagación de contagios, que en Europa podría alcanzar hasta el 60% de la población infectada por la nueva variante antes de marzo, abre una nueva etapa de la pandemia que podría estar cerca del final de la misma. «Es plausible que la región se acerque al final de la pandemia«, aseguró esta semana el director de la OMS para Europa, Hans Kluge, quien considera que una vez que la ola de Ómicron remita, habrá semanas y meses de «inmunidad global» debido a la vacunación o al contagio masivo registrado durante los meses de invierno.

No obstante, aún quedan meses para la llegada de la primavera y comprobar si los contagios se han reducido drásticamente, tal y como pronostican los expertos y la OMS. Por el momento, muchos países siguen batiendo récords diarios de positivos, entre ellos Francia, que este jueves ha sumado 392.168 nuevos casos, después de los 428.008 del miércoles y del récord absoluto de 501.762 del martes; o Portugal, que este jueves ha alcanzado su máximo de contagios desde el inicio de la pandemia con más de 65.000 positivos registrados en las últimas 24 horas.

El avance exponencial de Ómicron también se ha reflejado este jueves en las cifras globales de la pandemia, con un nuevo récord de 3,84 millones de nuevos casos en todo el mundo durante las últimas 24 horas, según cifras provisionales de la OMS.

Dinamarca «da la bienvenida a la vida de antes»

Pese a que la curva de la ola de Ómicron sigue sin doblegarse en gran parte de Europa, algunos países como Dinamarca se ha atrevido a decretar el final de la pandemia del coronavirus y prevé eliminar todas las restricciones impuestas para frenar el avance del virus el próximo 1 de febrero, dando paso así a la normalidad tal y como la conocíamos antes de marzo de 2020. De esta forma, el país escandinavo se convierte en el primer país europeo en dar carpetazo a la pandemia, una estrategia que podrían adoptar otros países que ya estudian tratar el COVID-19 como una enfermedad endémica, entre ellos España.

«Es hora de dejar atrás la pandemia y seguir adelante, decimos adiós a las restricciones y le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes. A partir del 1 de febrero, Dinamarca volverá a ser una sociedad abierta», dijo este miércoles en rueda de prensa su primera ministra Mette Frederiksen, quien considera que el fin de las medidas para controlar el coronavirus «marcará la transición a una nueva era para todos nosotros«.

Así las cosas, el Gobierno danés dejará de considerar el COVID-19 como una enfermedad «crítica» para la sociedad y, por consiguiente, todas las restricciones decaerán en la restauración, la vida cultural y social, reabrirán las discotecas y ya no serán obligatorias las mascarillas en los interiores.

Resulta paradójico que el anuncio por parte del Gobierno danés de decretar el fin de la pandemia haya tenido lugar el mismo que día que el país escandinavo anotara el segundo mayor número de casos de coronavirus diarios desde el inicio de la pandemia, 46.747, y alcanzara una incidencia fuera de control, 9.144 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según datos del Ministerio de Salud de Dinamarca y de la Universidad Johns Hopkins.

Además, Dinamarca es uno de los primeros países de Europa en haber dado la voz de alarma tras detectar la versión BA.2 de Ómicron, conocida como la ‘variante silenciosa’, y que ya ha generado inquietud en la OMS por su posible alta transmisibilidad y la susceptibilidad de contaminar a pacientes que ya han superado Ómicron.

Pese a que las actuales cifras de contagios en Dinamarca multiplican por nueve los casos registrados hace un año en el pico de la segunda ola, el número de ingresados es de 938, medio centenar menos que entonces.

Las autoridades danesas cuentan con que el elevado contagio se mantenga durante algunas semanas, pero consideran desproporcionado mantener las restricciones actuales.

Dinamarca ya fue uno de los primeros países europeos en eliminar todas las restricciones el pasado 10 de septiembre tras la buena acogida que tuvo entre los daneses el plan de inmunización. Sin embargo, dos meses después, ante un nuevo avance del coronavirus, introdujo algunas medidas y, en diciembre, con la explosión de Ómicron, adoptó otras más duras.

Pese al aumento de los fallecimientos por COVID-19 en el último mes y medio, el país nórdico registra uno de los índices de mortalidad más bajos del continente europeo, con 62,59 por cada 100.000 habitantes, tres veces menos que países como Francia, Portugal o España.

Fuente: republica.com