A los 90 años de edad falleció el chileno Fernando Karadima Fariña, quien fue expulsado del sacerdocio por el Vaticano por haber cometido abusos sexuales.
Los medios de comunicación informaron que el deceso se produjo la noche del domingo 25 de julio en el Hogar San Juan de Dios, donde vivía Karadima tras ser expulsado de la Iglesia.
Debido a unos problemas cardíacos, Karadima fue llevado hace unas semanas a la urgencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica. Sin embargo, no pudo ser internado debido a la alta ocupación de camas por el COVID-19.
Fernando Karadima comenzó a ser investigado por el Vaticano en julio de 2010 debido a las acusaciones de abusos de menores durante las décadas de 1980 y 1990.
El 16 de enero de 2011 finalizó la investigación y fue declarado culpable de abuso sexual. Como consecuencia se le impuso la pena del retiro con una vida de oración y de penitencia.
Además, la Santa Sede le prohibió el ejercicio público de cualquier acto de ministerio, en particular de la confesión y de la dirección espiritual de cualquier persona.
El 28 de septiembre de 2018, la Santa Sede informó la dimisión del estado clerical de Karadima.
Si bien, la justicia civil recibió denuncias sobre los abusos cometidos por el exsacerdote y estableció la existencia de los delitos, el caso fue sobreseído por la prescripción de los hechos.
Sin embargo, el 27 de marzo de 2019 la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile ordenó al Arzobispado de Santiago, jurisdicción a la que pertenecía Karadima, pagar 300 millones de pesos (unos 439 mil dólares de ese entonces) a tres víctimas del exsacerdote.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo interpusieron una demanda civil en septiembre de 2013 por “daño moral” contra la Arquidiócesis por 450 millones de pesos.
El Arzobispado de Santiago manifestó en un comunicado este 26 de julio que ante el deceso de Fernando Karadima “acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido”.
“Al mismo tiempo, como arzobispado reafirmamos nuestro compromiso para seguir trabajando en la promoción de ambientes sanos y seguros al interior de la Iglesia”, finalizó la Arquidiócesis de Santiago.
Fuente: aciprensa.com