El periodista presentó una querella por el delito de homicidio calificado frustrado. Allí detalla cómo ocurrieron los hechos, donde el camarógrafo que lo acompañaba sacó la peor parte, al perder la visión completa de uno de sus ojos. «Nosotros seguíamos avanzando, por lo que debe haber sido un número de tiradores importante. De hecho, nunca nos detuvimos y siempre estuvimos bajo fuego. Esteban permanentemente me gritaba ‘sácame de acá’”, explicó al Juzgado de Garantía de Cañete. Su abogado, Matías Kunsemuller, indicó que todo fue una emboscada con la intención clara de matar a los reporteros.
Iván Núñez Wochlk (52) es periodista hace 30 años. Desde entonces, reconoció hoy en su cuenta de Instagram, ha estado en distintas ciudades y países cubriendo eventos, asociados a conflictos bélicos, desastres naturales y diferentes contingencias, en lo que, dijo, es el ejercicio de la profesión. Nunca le había tocado ver a un compañero herido, hasta el sábado.
Ese día, pasadas las 20 horas, el camarógrafo Juan Esteban Sánchez perdió la vista de uno de sus ojos, tras recibir un disparo seco en su rostro. Núñez y Sánchez habían viajado a la Región del Biobío para entrevistar al histórico dirigente de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) Héctor Llaitul, donde hablarían del conflicto en la Macrozona Sur y un eventual acuerdo entre las comunidades mapuches y el gobierno para frenar la escalada de violencia en las regiones de La Araucanía, el Biobío y Los Ríos.
Tras el ataque contra el equipo de prensa de TVN, Núñez decidió interponer una querella en contra de quienes resulten responsables del atentado, por el delito de homicidio calificado frustrado. Para el canal estatal, a diferencia de la acción judicial del gobierno, lo ocurrido con los reporteros fue un intento directo de matarlos.
Así quedó plasmado en la acción judicial a la que accedió La Tercera. En el documento, Núñez relató paso a paso cómo ocurrieron los hechos y sus sentimientos más crudos sobre los cinco minutos más violentos en sus 30 años de reporteo.
El encuentro
“En el contexto de mi ejercicio, he conocido y ganado la confianza de distintas personas a quienes he entrevistado, uno de ellos, el dirigente mapuche Héctor Llaitul”, comenzó relatando. El periodista agregó que hace varias semanas venían solicitando la conversación en cámara, “en el marco de los anuncios de posibles conversaciones con el gobierno, con la intermediación y observación de organismos internacionales. La referida entrevista se agenda para el día sábado 27 de marzo”.
Originalmente, expuso en la querella, la reunión sería a las 18.00, en la ciudad de Cañete, hasta donde el periodista y el camarógrafo habían llegado a las 16 horas de ese sábado, en una camioneta de propiedad del canal. Sin embargo, Llaitul les informó que tenían “alguna complicación para llegar a ese lugar y quedamos de reunirnos en el Puente Lleu Lleu a eso de las 18 horas. Una vez que llegamos a ese lugar, Llaitul nos indica que sigamos manejando un par de kilómetros más, hasta el cruce de San Ramón”.
El periodista recordó que el dirigente mapuche llegó en una camioneta, junto a cuatro personas. Eran las 19.19 de la tarde, pues Núñez expuso que tomó unas imágenes con su teléfono personal. Tras intercambiar algunas palabras y seguir profundizando en esto, el equipo de prensa le ofrece a Llaitul ir dejarlo a su casa en el vehículo de la estación estatal.
Llaitul y su pareja se subieron en la camioneta, en los asientos traseros; Núñez se ubicó al volante, y el camarógrafo Sánchez iba de copiloto. El vehículo en el que viajaba el resto de los acompañantes del dirigente los escoltaban. Hasta ahí, se desprende por su relato, todo iba sin problemas en una de las zonas más complejas del Biobío (durante las últimas dos semanas hubo 10 atentados en la Ruta P-72).
Alerta roja
Lo que vendría después sería clave para la investigación, donde Núñez ya declaró ante la PDI. “Pasamos por un lugar en que, al parecer, estaban celebrando un cumpleaños y Llaitul bajó el vidrio para saludar. Continuamos el camino y llegamos al lugar en que este y su pareja se bajaron de la camioneta. Así, dimos la vuelta y emprendimos marcha hacia Cañete”, recordó.
“Cuando íbamos pasando por el lugar en que estaba esta suerte de celebración, nos detuvieron unas personas señalándonos que estaban muy molestas, ya que habíamos ingresado a su territorio sin solicitar autorización. Les señalamos que habíamos ido a entrevistar a Héctor Llaitul y que teníamos su autorización, pero eso no aplacó su molestia, argumentando que Llaitul era de Osorno y no de ahí. Estaban muy enojados e incluso señalaban que cruzarían un vehículo en el camino para impedirnos el paso. Para intentar calmar los ánimos les ofrecimos que nos dieran sus argumentos en una entrevista que se realizaría al día siguiente. En ese lugar hablamos personalmente con la dirigenta Gladis Huenumán y telefónicamente con el dirigente Santos Reinao”, expuso el reportero en la querella ante el Juzgado de Garantía de Cañete.
Pero, a pesar de la tensión, los reporteros lograron apaciguar los ánimos y pactar una entrevista con estos puntos de vista para el día siguiente. Sorteado ese incordio, Núñez y Sánchez ya respiraban un poco más aliviados, pero cinco minutos después, tras terminar el camino de tierra por el cual viajaban, vendría un ataque inesperado.
“Sentí un primer impacto de bala por el lado del piloto. Luego un segundo impacto que me hirió el brazo y ahí comenzaron a dispararnos desde todas las direcciones, tanto desde los lados e incluso desde el frente. Uno de los disparos del lado del copiloto dio en el rostro de Juan Esteban, quien comenzó a sangrar profusamente. También dispararon a ambos neumáticos traseros de la camioneta, con lo que impidieron nuestra fuga. Aún así, logramos continuar avanzando mientras nos disparaban. Los disparos duraron aproximadamente unos cinco minutos y nosotros seguíamos avanzando, por lo que debe haber sido un número de tiradores importante. De hecho, nunca nos detuvimos y siempre estuvimos bajo fuego. Esteban permanentemente me gritaba ‘sácame de acá’”, detalló el periodista en la acción judicial interpuesta junto a su abogado, Matías Kunsemuller.
Ayuda desesperada
Según el parte policial consignado por Carabineros, tras el ataque, Núñez estaba “conmocionado y visiblemente afectado por el estado de salud” de su acompañante. Este último sacó la peor parte: “Herida entrante en mejilla derecha, herida torácica derecha, herida axilar derecha, herida braquial derecha, corte supraciliar derecho, herida cortante cuero cabelludo, provisoriamente de carácter grave”.
El vehículo de TVN quedó con una serie de salidas de bala, las que serían de munición 9mm. Sin embargo, fuentes del caso explicaron que a pesar del ataque, la camioneta pudo seguir avanzando, pese a estar con los neumáticos pinchados.
Núñez lo relató así: “Como se puede ver, por el estado en que quedó nuestro vehículo, recibimos una enorme cantidad de disparos de todos los calibres y con distintos tipos de armamentos. Desde munición 9mm hasta tiros de escopeta. Se trató de un número importante de tiradores que jamás logramos ver. No había ninguna forma de defendernos y únicamente logramos salir con vida en razón de que nunca detuvimos la marcha”.
El periodista logró conducir hasta el cruce San Ramón, lugar donde cesaron los disparos. “Me bajé de la camioneta, pues había un camión blanco estacionado. Le pedí ayuda e inmediatamente se fue. Durante esos minutos llamé al 133, a las 20.16 horas”, indicó en el documento. La ayuda vendría minutos más tarde de parte de una pareja que pasaba en auto por el sector.
“Noté que venían unas luces por el camino y me puse de rodillas con las manos arriba. El auto se detuvo y la pareja que lo conducía en un principio se negó a ayudarnos. No fue sino ante mis súplicas que decidieron llevarnos en el asiento trasero hasta el Hospital de Cañete”.
“Emboscada dirigida a matar”
El abogado que patrocinó la querella de Núñez, Matías Kunsemuller, explicó que esta querella invoca el delito de homicidio calificado, y no frustrado, dado que hubo una intención directa de asesinar al periodista y al camarógrafo.
En ese sentido, indicó que “acá hay una acción donde dos personas van en un auto en un camino oscuro y se encuentran con un grupo de personas que no ven que les empiezan a disparar con distintos tipo de calibres, por distintos lados y por el frente”.
Kunsemuller agregó que “esto es realmente una emboscada dirigida a matar a personas que no tenían ninguna forma de defenderse, y eso es de especial gravedad. Es un actuar completamente a matar, sin que las víctimas pudieran tener ninguna capacidad de reacción”.
Fuente: latercera.com