«La gravedad es máxima», dijeron desde el terminal, indicando que, por ejemplo, «antes para ir a Australia se volaban 15 horas pagando $480.000, pero ahora no hay ruta directa, teniendo que desembolsar $4.800.000 y viajar 45 horas».
Branko Karlezi, subgerente de comunicaciones del Aeropuerto Nuevo Pudahuel, destacó el complejo escenario que podría enfrentar el terminal aéreo capitalino luego de las consecuencias por la pandemia y, sobre todo, la falta de acuerdo con el Gobierno para extender una licitación, advirtiendo que esto podría generar que Chile «pierda la conectividad».
Según dijo el representante a 24 AM, de todos los aeropuertos que maneja la empresa en el mundo, el chileno es el único por el que no se ha llegado a un consenso para demostrar que «la pandemia es algo imprevisto, algo exógeno».
Argumentó que naciones con más recursos inyectaron directamente fondos a los terminales, pero que Chile podría igualar lo que vivieron estados latinoamericanos.
«Chile podría extender la concesión porque así el inversionista está dispuesto a meter más dinero y poder, con el trabajo día a día, recuperar lo invertido», añadió.
No obstante, subrayó que esta falta de acuerdos desencadenará problemas que los pasajeros verán prontamente.
«El riesgo es tan importante que ante la falta de liquidez del concesionario y del aeropuerto, hay un grave problema. Le pedimos al Gobierno a que podamos imitar lo que se ha hecho en otros países para mantener funcionando» el terminal, dijo.
Más aún, manifestó que con las alianzas logradas en los últimos años se pudieron lograr bajar en un 40% los pasajes tras la inclusión de más rutas y aerolíneas.
Sin embargo, «un tercio de las rutas directas las perdimos y ahora hay cuatro aerolíneas menos», lo cual desencadenará en problemas de conexión y tickets más caros.
«Antes para ir a Australia se volaban 15 horas pagando $480.000, pero ahora no hay ruta directa, teniendo que desembolsar $4.800.000 y viajar 45 horas», ejemplificó.
Para Karlezi, esta situación ocurrirá en el mediano plazo, provocando «la restricción y elitización de los vuelos. La gravedad es máxima».
«Es como si alguien tiene una panadería con un horno que funciones más o menos bien o más o menos mal (…) pero si al panadero le quitan el horno, no puede seguir trabajando», indicó.
Karlezi indicó que la suspensión de vuelos a raíz de la emergencia «te corta desde cero la raíz del transporte», situación que en gran parte del mundo ha sido subsanada.
Fuente: 24horas.cl