“Yo estudié pidiendo un crédito. Yo no tenía plata para ir a la universidad. Siempre bromeo que yo no soy nuevo rico, soy nuevo pobre, porque mis papás efectivamente tenían muy buena situación en algún momento de su vida, pero por circunstancias que te podría estar explicando mucho rato quedamos sin ni un peso”.
Así comenzó el relato de Federico Sánchez sobre como logró estudiar y convertirse en profesional.
El anfitrión del programa City Tour -junto a Marcelo Comparini- se contactó hace un mes con El Aperitivo, espacio que se emite en vivo por instagram.
Sánchez habló de la arquitectura en Chile, de la importancia de la cultura y contó algunas anécdotas, entre ellas una que tiene relación con su esposa: “Me decían ‘¿es su hija?’. Hay gente que cree que soy súper viejo, que tengo 70 años…”
En tanto, así siguió su historia sobre el camino para formarse profesionalmente:PUBLICIDAD
“Cuando te digo sin ni un peso, como cuando los viejos quebraban antes, yo no tenía plata para tomarme una micro a los 17 años. No estoy bromeando. Entonces por eso empecé a trabajar a los 14 y a los 16 empecé a trabajar más formalmente cantando y cantaba en restaurantes. Sí claro, sí así me tenía que ganar la vida.
“Mientras todos mis amigos lo estaban pasando el descueve, yo era el que estaba en la esquina tocando guitarra y cantando. Obviamente eso me significaba una platita con la que podía vivir y además, lo más importante, era que me daban comida, me daban un sándwich con una bebida, entonces yo feliz.
“Y claro, empecé a cantar los sábados, después se extendió a viernes y sábado, después a miércoles, jueves, viernes y sábado. Y al final yo ganaba mi platita cantando. Y para ahorrar mi plata cantaba en las micros para ir y volver de los lugares, me salía la micro gratis.
“Cuando decidí ir a la universidad di mi prueba de actitud, me fue bien, entonces dije ‘voy a estudiar y voy a estudiar diseño’. Yo quería estudiar diseño y me metí a la Católica, pero no tenía plata para pagarla, entonces tuve que hacer toda una martingala para que me dejaran estar al principio y luego optar al crédito fiscal.
“Yo estudié con crédito fiscal 100%. Terminé de estudiar y pagué mi crédito fiscal peso a peso. Y además tenía beca de alimentación. ¿Entonces qué te quiero decir con eso? Yo soy un agradecido del sistema, compadre. Cuando la gente dice ‘¡este sistema, este sistema!’, está bien, si los sistemas no son perfectos ni cerca. Pero el sistema es el que a mí me dio la posibilidad de formarme y de ser lo que hoy soy. Fue el sistema.
“¿Habían problemas? Sin duda. ¿Habían injusticias? Sin duda. Pero el sistema es un sistema de cooperación, por algo se llama sociedad. Nosotros vivimos en sociedad porque llegamos más lejos siendo socios, llegamos más lejos cooperando.
“Hoy en el sistema universitario hay por supuesto beneficios y deberían haber más. ¿Pero sabes lo que falta? Falta que la gente entienda que este es un sistema cooperativo, que es un sistema que no funciona si no operamos juntos, cooperativo.
“La gente tiene que entender necesariamente que no te pueden regalar esa plata porque no la tenemos. Necesitamos que esa plata vuelva de alguna manera a las arcas para que otros estudien, ese era el sistema que había antes.
“Yo por eso rápidamente terminé mi carrera y empecé a pagar altiro, porque sabía que si yo pagaba había otro que iba a recibir esa plata para poder estudiar. Y lo que pasó es que la gente no pagó ese crédito. ¿Por qué no lo pagó? No sé. Porque yo no digamos que era un gallo que le sobraba la plata.
“El otro día hablaba con mi señora y nos acordábamos. Cuando nosotros nos casamos, que nos arrendamos ese departamentito chico arriba del almacén, no teníamos nada. No teníamos ni colchón, dormimos varios meses en una colchoneta en el suelo. Yo hice todos los muebles de mi casa. Yo ganaba 290 mil pesos. La Xime hacía clases como profesora y después hacía clases particulares, y con eso logramos hacer un presupuesto.
“Y regularmente yo pagué todo mi crédito, no me transé ni un peso de eso. Eso es lo que tenemos que entender, que el sistema debe ser cooperativo. ¿Hay problemas? Sin duda. ¿Debemos trabajar para mejorarlo? Sin duda. Pero no sacamos nada con ponerle una carga de dinamita al puente porque no nos quedó como queríamos. Arreglémoslo, ensanchémoslo, reforcémoslo, hagámosle veredas más buenas, sin duda. Porque también hay que hacerlo inclusivo. Pero esa es una pega que nosotros tenemos que hacer, no otra persona”.
Fuente: glamorama.latercera.com