Santa Sofía será mezquita y desde el mundo ortodoxo tienen claro que se trata de una decisión política. El objetivo sería ganar apoyos internos en Turquía en un momento difícil para Erdogan. Su popularidad ha ido cayendo con el paso de los años.
Este es el análisis de Nikos Tzoitis, quien asesora las relaciones entre Vaticano y Patriarcado de Constantinopla.
NIKOS TZOITIS
Asesor del Patriarcado Ecuménico en Roma
“El Patriarca ya avisó a Erdogan dos semanas antes de que tomara la decisión. Le dijo que no contraponga el Islam y cristianismo. La economía del Estado turco está en dificultad. Moneda devaluada, aumento del paro… Por eso, para conseguir apoyo, Erdogan apuntó a los motivos religiosos”.
FRANCISCO
Pienso en Santa Sofía y estoy muy entristecido.
Para Nikos Tzoitis, el mensaje del Papa no es una reciminación contra Erdogan sino expresar rechazo contra el uso de la religión con fines políticos.
El asesor del Patriarcado, también sugiere mirar cómo reaccionaron las grandes naciones: desde la ortodoxa Rusia hasta la defensora de las libertades, Estados Unidos. Dice que sus reacciones contra Erdogan fueron débiles porque todos lo necesitan para defender sus intereses en Oriente Medio.
NIKOS TZOITIS
Asesor del Patriarcado Ecuménico en Roma
“Erdogan sabe usar muy bien su posición geopolítica. Sabe manejar a las grandes potencias porque él es como el policía en esa región. Por tanto los grandes no quieren interferir en su política interna”.
La Unesco sí que expresó su malestar contra la decisión de Erdogan. En un comunicado señaló que “el Director-General de la UNESCO lamenta profundamente la decisión de las autoridades turcas, tomada sin debate previo, y pide que se preserve el valor universal del Patrimonio Mundial”. Se recuerda que “los Estados tienen la obligación de garantizar que las modificaciones no afecten al Valor Universal Excepcional de los sitios inscritos en sus territorios”.
A muchos preocupa el futuro de los mosaicos cristianos presentes en la ahora mezquita. Se trata de obras de arte cuya permanencia se puso en duda tras la decisión de Erdogan. Sin embargo, Turquía ha prometido que no los tocará.
La decisión sobre Santa Sofía es una herida profunda del mundo cristiano y ortodoxo en particular. En el pasado este monumento era expresión de la grandeza de Bizancio y mucho más esplendorosa que Roma, en decadencia tras la caída del Imperio. En el siglo XV los otomanos tomaron la ciudad y la convirtieron en mezquita. En 1934, el primer presidente de la Turquía moderna, Atatürk decidió convertirla en museo, un gesto político de paz que la Turquía contemporánea desea enterrar.
Javier Romero
Fuente: romereports.com