El estado de alarma queda prorrogado con duras críticas de Casado a Sánchez
Un convoy del ejército ruso atravesó ayer la frontera de Austria con Italia, en dirección a Bérgamo (Lombardía), uno de los epicentros de la epidemia del coronavirus Covid-19. Una columna de jeeps y camiones con material médico y especialistas. La bandera rusa –la bandera tricolor del zarismo– ondeando al viento. Lo que no consiguió Stalin, lo está facilitando una epidemia. En 1945, las tropas rusas se quedaron en Viena.
España ha pedido ayuda a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que pertenece desde 1981, para obtener mascarillas sanitarias –el objeto hoy más buscado en el mundo–, respiradores y tests rápidos, según confirmó ayer el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Miguel Villarroya. La OTAN no dispone de grandes depósitos de ese material, pero el pacto militar le faculta a recabarlo de otros estados miembros.
Sánchez: “La única solución es el aislamiento social, pero hay que proteger la economía”
Ni Rusia va a solucionar el problema de Italia, ni la OTAN el de España, pero esos gestos tienen su importancia. Sintiéndose desasistida por la Unión Europea, Italia ha efectuado tres movimientos que no pueden pasar desapercibidos. Ha intensificado sus relaciones con la República Popular China, permitiendo que el régimen de Pekín lleve a cabo una formidable campaña de relaciones públicas. El país europeo más conectado culturalmente con Estados Unidos durante la guerra fría también ha pedido ayuda a la Rusia de Vladímir Putin. Y ha pedido a Cuba el envío de una de sus brigadas de médicos internacionalistas.
España, que también está en tratos con China, con menos perfil propagandístico, ha optado por otro gesto: pedir ayuda a la OTAN. No sabemos cómo será el mundo en los próximos años, pero sí la Unión Europea desfallece, en los gestos de estos días están escritas las luchas que se pueden desatar por la configuración de nuevas zonas de influencia en Europa, especialmente en el Mediterráneo.
Sánchez obtuvo la prórroga del estado de alarma en un contexto muy crítico
El mercado internacional de material médico está controlado por pocas empresas y se ha convertido en un lugar peligroso para gobernantes en apuros. Hay codazos, los intermediarios exigen cobrar en cash y existe riesgo de estafa. La compra centralizada, decidida inicialmente por el Gobierno español funcionó la semana pasada con lentitud, pero no todas las operaciones puestas en marcha unilateralmente por algunas comunidades autónomas pueden ser calificadas de operaciones relámpago.
La presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se vio obligada a reconocer ayer que no sabe cuándo llegarán a España dos cargamentos de China, por valor de 23 millones de euros, anunciados al pasado domingo. La Generalitat de Catalunya espera concluya bien una operación de compra por valor de 35 millones de euros a una empresa que inicialmente levantó sospechas de los bancos. La Comunidad Valenciana parece haber aprovechado con éxito sus buenas conexiones con empresarios chinos. Andalucía y Euskadi también han comprado en China. Como telón de fondo, la exasperante lentitud de la Comisión Europea, que anteayer anunció una compra masiva de material médico. Ese material no podrá llegar a los países afectados hasta dentro de dos semanas.
Sánchez obtuvo la prórroga del estado de alarma en un contexto muy crítico. “Solicito tiempo, lealtad y unidad”, dijo. El jefe del Ejecutivo defendió las medidas en curso, con una advertencia: “La única acción eficaz contra el virus es el aislamiento social, pero aplicado con bisturí para no amputar ningún nervio del tejido para la reconstrucción”.
El Partido Popular apoyó la prórroga del estado de alarma, con un discurso muy crítico de Pablo Casado que anuncia un duro combate político cuando concluyan estos terribles momentos de excepción. El PP ha vuelto a cambiar el tono. Acusa al Gobierno de lentitud y de inoperatividad, le reprocha, una y otra vez, la celebración masiva del 8 de Marzo –una juez de Madrid abrió ayer diligencias a partir de la denuncia de un particular– y advierte que la derecha española no admitirá una oleada socializante cuando concluya la alarma.
Unidas Podemos mantiene la disciplina gubernamental, pide más medidas sociales y le solicitó ayer a Sánchez que acentúe las normas de confinamiento si la situación empeora. ERC se abstuvo, exigiendo un confinamiento total “negociable”.
Días difíciles para el Gobierno. La oposición sueña con poder tumbarle. Y se van dibujando los planes para un gobierno de unidad nacional PSOE-PP.
Fuente: lavanguardia.com