Una denuncia ante la Contraloría -a la que accedió BioBioChile- reveló que la directora de Comunicaciones Corporativas de la Universidad de Talca, Liliana Guzmán, aprobó el pago de poco más de 9 millones de pesos para la empresa de su amigo, quien también es cercano de su pareja, Ramiro Rodrigo, ex subsecretario de Telecomunicaciones.
El hecho se remonta a 2015 y 2016, cuando la casa de estudios estatal efectuó 10 pagos por un monto total aproximado de 16 millones 536 mil pesos a Jorge Ávila López, Comunicaciones y Marketing E.I.R.L. Sin embargo, dos de éstos fueron aprobados por Guzmán en su calidad de directora de jefa de la Unidad de Comunicaciones Corporativas.
De acuerdo a la denuncia presentada ante el organismo de control, la irregularidad motivó una investigación interna en la UTAL, encabezada por Luis Urra Monsalve, director de Finanzas de la institución.
El docente habría puesto en conocimiento de la anomalía al rector Álvaro Rojas Marín, quien -según la presentación- no inició el proceso disciplinario pertinente.
Contraloría, en tanto, también comenzó una investigación, cuyos resultados fueron dados a conocer a comienzos de este mes y que incluyó la declaración de la acusada.
En primer lugar, la entidad requirió al Servicio de Registro Civil e Identificación para que informara respecto de Liliana Guzmán y de su pareja, comprobándose la inexistencia de una relación familiar entre éstos y los socios de la citada empresa.
No obstante, en su declaración del 31 de julio de este año, la directora reconoció la existencia de una relación de amistad en el periodo en que se produjeron las dos compras que ella misma autorizó.
En este escenario, el informe ordena a la casa de estudios estatal “ajustar sus actuaciones” conforme a la ley, la que precisamente obliga a abstenerse de intervenir o participar en decisiones en que se tenga interés personal, amistad íntima o cualquier otra circunstancias que le reste imparcialidad.
Asimismo, se instruyó a la universidad ponderar la realización de un procedimiento disciplinario para hacer efectivas las eventuales responsabilidades de los funcionarios involucrados en los hechos descritos.
BioBioChile se contactó con la Universidad de Talca para conocer qué motivó el pago a la empresa del amigo de la directora de Comunicaciones y en que terminó la investigación interna de la casa de estudios.
Asimismo, se consultó por qué el rector Álvaro Rojas Marín no inició un proceso disciplinario -según consta en la denuncia-, y si se comenzó un proceso disciplinario posterior por este hecho.
La información es de: biobiochile.cl