El ex ministro ha sido el principal coordinador de las cartas que apoyan a Lula da Silva, que critican la gestión del gobierno por Venezuela y que respalda el actuar de Michelle Bachelet. Además, está tras la creación del “Foro de Política Exterior”, una iniciativa a la que ha sumado a ex embajadores, senadores, ex ministros y a figuras cercanas a la ex Presidenta como Ana Lya Uriarte y Valentina Quiroga. Esto ha sido visto como una estrategia del ex socialista para unir a un sector de la izquierda, y atraer las cifras positivas con las que cuenta la ex Mandataria en las encuestas.
Como una persona “voluntariosa y activa”. Así definen al ex ministro Carlos Ominami quienes lo conocen. Y remarcan estas palabras ahora que se ha convertido en el promotor de iniciativas para aunar a distintos dirigentes de la oposición. Pero no alrededor de cualquier tema. Sus gestiones se han centrado en criticar la política exterior del gobierno y en defender a la ex Presidenta Michelle Bachelet.
En julio pasado impulsó la carta en respaldo a la candidatura presidencial de Lula da Silva, a pesar de que el líder del Partido de los Trabajadores estaba cumpliendo cárcel tras ser condenado por la justicia de Brasil por corrupción. Liderando las firmas estaba Bachelet, además de parte de su círculo de confianza como su ex jefa de gabinete y administradora de la Fundación Horizonte Ciudadano, Ana Lya Uriarte,
Y en febrero, mientras la oposición era cuestionada por su “pasividad” durante el periodo de vacaciones, el ex senador fomentó la publicación de un texto en donde se criticaba el actuar del gobierno del Presidente Sebastián Piñera en Venezuela. En ella, en cambio, valoraban el rol de la actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU y cuestionaban los emplazamientos que el oficialismo hacía para que la ex Mandataria se pronunciara de manera directa sobre Venezuela. Esta carta se transformaría en la primera de varias iniciativas en torno al tema. En todas ellas, además de embajadores, ex ministros y ex funcionarios del gobierno de Bachelet, figura su ex jefa de gabinete.
En una de las últimas publicaciones apuntaron al Prosur. “Es una proposición inconsulta, sin trabajo preparatorio, hecha de un día para otro. Es una simple ocurrencia”, se lee en el documento.
Pero no es casual la crítica de Ominami si se considera que Prosur vendría a reemplazas a Unasur, cuyos principales promotores fueron los ex Presidente de Brasil Lula da Silva y de Venezuela, Hugo Chávez. Y precisamente el ex senador ha sido considerado como uno de los principales “lazos” entre Chile y Brasil. De hecho, es amigo del asesor internacional Marco Aurélio García, fue el nexo del ex Presidente Ricardo Lagos con el líder del PT y presentó a Bachelet con Dilma Rousseff.
Y es en esta misma estrategia que el grupo impulsado por Ominami planea desarrollar en abril el Foro de Política Exterior, que incorpora a la ex subsecretaria de Educación y presidenta de la fundación de Bachelet, Valentina Quiroga. En esta iniciativa se repiten algunos nombres que ya firmaron los textos anteriores como los ex cancilleres José Miguel Insulza (PS), Juan Gabriel Valdés (PS), Mariana Fernández (DC), además de Luis Maira (PS), Sergio Bitar (PPD), Cecilia Valdés (DC) y Ana Lya Uriarte Uriarte (PS).
Para algunos, es la creación de un grupo “bacheletista-lulista”, pues defienden los lineamientos de los líderes que desarrollaron Unasur. Además, buscan estar presentes y activos con estas declaraciones puesto que, que en estos momentos, quienes los representa o están fuera de la región, como la ex Mandataria en su cargo en la ONU, o condenados por corrupción, como el ex Presidente de Brasil.
La lectura que realizan desde la oposición sobre la incorporación de figuras bacheletistas, como Quiroga y Uriarte, apunta a que como la ex Mandataria todavía cuenta con un alto respaldo en las encuestas, esto le aportaría un factor de adhesión a las iniciativas desarrolladas por Ominami.
Si bien el ex ministro dejó atrás las filas del socialismo en junio de 2009, y se alejó del escenario político tras estar involucrado con boletas de SQM -caso del que fue sobreseído- desde la oposición enfatizan que este podría ser su retorno al bacheletismo a través de la suma de figuras cercanas a la Alta Comisionada para los DD.HH.
El quiebre por ME-O
El ex senador tuvo una visión compartida con Bachelet al interior de la antigua Concertación. De hecho, la ex Mandataria se definió como “autoflagelante”, sector que lideró Ominami a fines de los 90. Aquel “lote” tenía una mirada crítica a los gobiernos concertacionistas. Aunque trabajaron en ellos, no compartían aquello de “la política de los acuerdos” y veían que la agenda no avanzaba como deseaban, principalmente más hacia la izquierda.
Postura que parece no haber dejado atrás la ex gobernante. “Me hubiera gustado ir más rápido muchas veces… soy más bien del tipo autoflagelante, incluso hoy día”, dijo Bachelet en T13 Radio, en 2017.
De hecho, el ex asesor de contenido de la ex Mandataria -y autor del “relato” de Bachelet II-, Pedro Güell, es una de las “cabezas intelectuales” de esa corriente. Se dice que su texto de fines de los 90 “Las paradojas de la modernización”, fue uno de los insumos clave para los “autoflagelantes”.
Aunque Ominami y Bachelet comparten una historia en común y varios lineamientos ideológicos, ambos se distanciaron hace 10 años. El motivo fue la candidatura presidencial de Marco Enríquez-Ominami. Mientras la ex Presidenta le entregó su respaldo a Eduardo Frei, el ex senador adhirió a ME-O quien fue crítico de los gobiernos del sector, incluyendo el de Bachelet. Algo que se acrecentó en 2013, cuando ambos aparecieron en la papeleta para La Moneda.
La reactivación de Ominami en la “veta internacional”
Antes de su actual incursión, el ex socialista escribió en 2017, junto a Manuel Antonio Garretón, la carta “Por una convergencia de la izquierda para una coalición progresista”. Por esos días proyectaba la ausencia de ideas en la centroizquierda y la “preocupación de la ausencia de un sujeto político mayoritario capaz de liderar un proyecto de transformación y de revincular a la política con la sociedad”.
Precisamente desde la oposición describen que hoy Ominami “encontró su veta en la política internacional” para volver a escena. Un alto dirigente del socialismo señala que lo ven en una posición “de constituir, en torno a temas, una transversalidad de izquierda para que se discuta distintos asuntos buscando una especie de convergencia. Él anda buscando temas para unir a la izquierda”.
Sin embargo, su apuesta es cuestionada por “la falta de un proyecto común”. Hay quienes la califican como una aspiración más bien “personal” y una forma de tener protagonismo en la primera línea de la política. Siempre guiado por las posturas que ha defendido ligado a los gobiernos de izquierda que tuvieron liderazgo en la región.
Una lectura similar habrían hecho desde la Democracia Cristiana, puesto que la mesa directiva del partido se distanció de la iniciativa. “Aclaro que los militantes que participan del llamado Foro de Política Exterior se representan a sí mismos en dicha instancia y no a la DC”, señaló ayer, a través de Twitter, el presidente de la colectividad Fuad Chahín. Desde la misma colectividad señalan que no ven “conveniente” estar ligados a quienes defienden a Lula.
La amistad de sus madres y el “pasado militar”
Si bien las actividades políticas y la militancia en el Partido Socialista ha sido un punto de encuentro entre Bachelet y Ominami, su cercanía se remonta a su infancia. De hecho, una de las mejores amigas de Ángela Jeria es Edith Pascual, madre del ex senador, quienes se conocen desde la época en que sus respectivos maridos, Alberto Bachelet y Carlos Ominami Daza, formaron parte de las filas de la FACH.
Desde hace algunos años son vecinas en el edificio ubicado en Américo Vespucio, desde donde tienen vista a la Escuela Militar. En el libro “Bachelet: la historia no oficial”, escrito por Andrea Insunza y Javier Ortega, se describe cómo era la relación de ambas familias en los años 60. “El coronel Carlos Ominami Daza y su esposa, Edith Pascual, tienen una relación más íntima con los Bachelet- Jeria, pues comparte sus ideas progresistas. Como ambos clanes suelen visitarse los domingos, Michelle conoce al hijo del matrimonio amigo, el futuro senador socialista Carlos Ominami Pascual”.
Y en el libro “Disparen a la bandada: Crónica secreta de los crímenes en la FACH” de Fernando Villagrán, se relata que Jeria le comentó telefónicamente a Pascual del movimiento de tropas el 11 de septiembre de 1973. “Edith quiso dirigirse desde su hogar de calle Isabel la Católica a su oficina en el centro de la capital y así, en algún momento, encontrarse con su hijo de 23 años. El control implacable ejercido por los militares le impidió llegar al centro. De regreso a casa, por azar se encontró con su amiga Ángela”.
En el texto se lee que “detuvieron sus autos, bajaron y se estrecharon en un abrazo. La angustia de esas mujeres contrastaba con el clima de celebración de los vecinos del sector, algunos de los cuales brindaban con champaña por la caída de Allende y observaban el trágico encuentro de Edith y Ángela como una manifestación más de alegría por el golpe militar”.
Además, el libro de Insunza y Ortega revela un episodio donde se evidencia la estrecha relación que ambos dirigentes tuvieron ya en el área política. Luego de que Ricardo Lagos saliera electo Presidente, Ominami (quien fue clave en su campaña) se contactó con Bachelet para decirle que el entonces Mandatario la tenía en “la mira”. “Ella dice que lo obvio sería, como médico, que le ofrecieran salud. Ominami asiente. Como hombre de confianza de Lagos, seguramente le transmitirá la información”, sostiene el texto.
La información es de: ellibero.cl