José Antonio Kast: ¡Con los niños no se metan!

SIGUENOS-FACE

Esta semana llega a su término una de las discusiones legislativas más ideologizadas de las que han tenido lugar en el Congreso. Esto, al menos luego del largo camino que viabilizó la ley que permitió el aborto: la ley de identidad de género.

Para quienes no conocen el contexto de la discusión es bueno partir con una explicación. El proyecto de ley busca que las personas que tienen la convicción personal de que su género es distinto de su sexo biológico, puedan cambiar su identidad biológica registrada en su partida de nacimiento del Registro Civil (de hombre a mujer o viceversa). Dicho cambio será vinculante para todos, por lo que, por ejemplo, si estamos frente a una persona que biológicamente es mujer, y esa persona cambió su sexo registral en virtud de esta nueva ley y fundada en su “convicción personal” de que su identidad de género no coincide con su sexo, no podremos tratarle nunca más como mujer, y estaremos obligados a que social y oficialmente le tratemos como hombre, aún cuando la propia ley le faculte mantener su apariencia física de mujer. Asimismo, la ley no contiene norma alguna respecto del ejercicio del derecho constitucional de la objeción de conciencia para quien, en virtud de sus convicciones más profundas, pretenda hacer frente a dicha imposición.

La información es de: El Libero