Hasta su despacho llegaron los titules de Interior, Andrés Chadwick; de Hacienda, Felipe Larraín, y de Trabajo, Nicolás Monckeberg. En algo más de 40 minutos los secretarios de Estado compartieron información que les ayudaría a destrabar el catalogado “bloqueo” que la oposición había desplegado ante la propuesta de La Moneda para el salario mínimo.
En la reunión concordaron que debían conversar con los senadores de la ex Nueva Mayoría que se habían mostrado más abiertos a la posibilidad de llegar a acuerdos. Junto con ello, afinaron la propuesta del reajuste. El gobierno no podía enfrentar una nueva derrota en el Congreso en un tema tan emblemático como el salario mínimo. Así, fueron despejando los escenario: los senadores que serían sus interlocutores serían Ricardo Lagos Weber (PPD) y Jorge Pizarro (DC), ambos integrantes de la comisión de Hacienda de la Cámara Alta. Ellos fueron quienes, a juicio de los ministros, se mostraron más abiertos al diálogo en medio de la compleja semana que terminaba.
De hecho, ellos destinaron palabras más proclives a los acuerdos, a pesar de mantener una mirada crítica al actuar del Ejecutivo. “Quiero generar un clima razonable, a pesar de las diferencias”, declaró el senador PPD en el Diario Financiero. En tono similar, Pizarro dijo a “El Líbero”: “El aparecer oponiéndose porque sí, no contribuye a nada”.
Pero para que las tratativas resultaran, todo debía hacerse sin estridencia. Fue por eso que, ese mismo viernes, los mismos ministros que se habían reunido en La Moneda se juntaron, cerca de las 17:00 horas con Lagos Weber y Pizarro. Pero la locación cambió. Blumel sugirió que se llevara a cabo fuera de Palacio, en Moneda 1160 donde se encuentra la División de Relaciones Políticas e Institucionales de la Segpres.
Fue en esa cita donde prácticamente se sellaron las directrices del encuentro. Finalmente el Gobierno se abría a dejar la plurianualidad en 24 meses. Uno de los principales obstáculos de la negociación que se había llevado antes de que el proyecto se cayera, lo mismo que el veto presidencial enviado al Congreso.
El fin de semana fue de llamados telefónicos para afinar los detalles que se darían a conocer el lunes. Siempre en un pensado segundo plano, el subsecretario de la Segpres, Claudio Alvarado fue clave también, en las conversaciones finales con otros legisladores. Tanteaba, así, el escenario que La Moneda enfrentaría esta semana.
De este modo, ayer, cerca de las 16:00 horas, Blumel, Chadwick, Larraín, Monckeberg, Lagos Weber y Pizarro se reunieron, nuevamente en Moneda 1160 para abrochar el acuerdo. Si bien no había ningún representante del PS, el senador de esa colectividad que integra también la comisión de Hacienda, Juan Pablo Letelier, estuvo al tanto de los consensos y comunicó a su bancada, incluido el presidente del Senado, Carlos Montes, y el presidente de la colectividad, Álvaro Elizalde, del avance de las conversaciones.
Hasta que salió humo blanco: se concordó un salario mínimo de 288 mil pesos a partir de septiembre y de 301 mil pesos desde marzo de 2019. Luego, entre enero del 2020 hasta julio de ese año, se consensuó un reajuste de 1,25% real. Con lo anterior, se definió que a fines de julio de 2020 y comienzos de agosto de ese año, se comenzaría a negociar el nuevo salario mínimo.
Próximo reajuste coincidirá con inicio de campaña electoral municipal y de gobernadores 2020
Ayer en el gobierno respiraron con tranquilidad. Lograron al fin avanzar tras una semana marcada por declaraciones donde la oposición criticó la falta de capacidad negociadora del Ejecutivo y, este a su vez, motejó a la oposición de obstruccionista,
“Queremos aprobar este reajuste de salario mínimo en el menor tiempo posible para que esté disponible para los trabajadores más vulnerables de este país”, dijo ayer el ministro de Hacienda. Y agregó: “En una negociación las dos partes deben mostrar flexibilidad para llegar a un acuerdo”.
Por su parte, el titular de la Segpres, destacó: “Hemos estado trabajando desde la semana pasada con distintos sectores de la oposición y hemos llegado a un buen principio de acuerdo”. Además, sostuvo: “El objetivo que nos ha planteado el Presidente es aprobarlo lo antes posible para beneficiar a los trabajadores que dependen del reajuste para mejorar sus condiciones de vida”.
Desde la oposición ven con cierta satisfacción el haber logrado lo que plantearon la semana pasada durante la comisión mixta: una plazo que no fuera más allá de 24 meses para volver a sentarse a la mesa. Además, el próximo reajuste se realizará antes -y muy cerca- de las elecciones municipales y de gobernadores que están fijadas para octubre de 2020. Lo anterior, deja a La Moneda en una compleja postura para ese año, puesto que dado que será en período de “pre campaña” la discusión se mezclará con los objetivos político-electorales de cada colectividad.
Para hoy en la mañana el Ejecutivo tiene presupuestado ingresar el nuevo proyecto, el que tendrá discusión inmediata.