Un político provida y profamilia ha sido designado como embajador de Colombia en la OEA, la izquierda inmediatamente soltó la jauría y montó una campaña en su contra, lo que en realidad está en juego es el bloqueo de parte del financiamiento y de la articulación regional de la agenda ‘progresista’.
Alejandro Ordóñez Maldonado es el nuevo embajador plenipontenciario de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). El nombramiento está consignado en el Decreto 1639 aprobado por el presidente Iván Duque y divulgado el pasado 24 de agosto.
La designación levantó inmediatamente una violenta reacción por parte de los sectores más radicales del liberalismo y de la izquierda en el país.
Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.
Según ellos, es un hombre que coloca en riesgo los avances que ha tenido en el país lo que llaman “agenda progresista” en los últimos ocho años.
¿El motivo? Ordóñez es un hombre de profundas convicciones y talante firme, que ha desempeñado un relevante papel político en la defensa del derecho a la vida, de la infancia, de la institución familiar y de las libertadesfundamentales desde los cargos que ha desempeñado.
Abogado formado en la Universidad Santo Tomás, de Bucaramanga, fue consejal de esa ciudad, magistrado del Tribunal Administrativo de Santander, presidente del Consejo de Estado de Colombia, de 2004 a 2008 y Procurador General de la Nación de 2009 a 2016.
Como procurador se convirtió en el azote de políticos habituados a la práctica de actos ilícitos pues impulsó un combate intransigente contra la corrupción y el narcotráfico.
Destituyó, suspendió e inhabilitó a diversos altos funcionarios, ministros, gobernadores, alcaldes y congresistas de diversos partidos. Al todo, suman más de dos mil.
Entre ellos están el exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, a quien inhabilitó por malversación de fondos y contratación indebida; a la exsenadora Piedad Córdoba, por haber realizado reuniones ilegales con la organización narcoterrorista de las FARC; o a las congresistas Eleonora Pineda y Rocío Arias por sus vínculos con paramilitares.
Ordoñez fue un feroz opositor del activismo ideológico de la Corte Constitucional que ha legalizado, a través de fallos, el aborto, la eutanasia – también aplicada en niños – y las uniones entre personas del mismo sexo
O al exalcalde Samuel Moreno Rojas y su hermano Iván por el llamado Carrusel de la Contratación con el que permitieron la malversación de fondos; al exsecretario general de la Presidencia de Álvaro Uribe, Bernardo Moreno; al exdirector nacional de combate al tráfico de estupefacientes, Carlos Albornoz, y al propio exalcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro.
Fue un feroz opositor del activismo ideológico de la Corte Constitucional que ha legalizado, a través de fallos, el aborto, la eutanasia – también aplicada en niños – y las uniones entre personas del mismo sexo.
Y también combatió tenazmente el impopular acuerdo del gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC, por considerar que ofrecían una “carta blanca” a la narcoguerrilla en detrimento del cabal ejercicio de la justicia, especialmente para con las víctimas.
Fue candidato a la Presidencia de la República en las elecciones generales de este año y después de la elección interna de la “derecha” formó un bloque existoso en apoyo al candidato del Centro Democrático, Iván Duque, que resultó vencedor en la contienda final.
Dada a conocer su designación, el izquierdista Gustavo Petro, también excandidato presidencial, escribió en su cuenta de Twitter: “Duque ha nombrado como nuestro embajador en la OEA a un homófobo, antisemita y fascista”.
Esas líneas son un buen resumen del odio de los “progresistas” le tienen al nuevo embajador, una animadversión viceral que le rotula con epítetos ofensivos y falsos y que nace del hecho de que es para ellos una incomodísima piedra en el zapato. No dudan en catalogarlo, abiertamente, como un “enemigo”.
George Soros, a través de su fundación, financia a la organización que ha montado una campaña en contra de Alejandro Ordóñez en Change.org
Un singular artículo de la feminista colombiana Catalina Ruiz-Navarro, radicada en México, refleja bien esa perspectiva, la llegada de Ordóñez a la OEA “amenaza a toda América Latina”.
Vea usted:
Su nombramiento “significa que vienen talanqueras para los avances hacia la legalización de las drogas, tan necesaria para […] México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua; los países más afectados por la guerra contra el narcotráfico y por la militarización rampante. Estos mismos países tienen serios problemas en materia de derechos humanos y derechos de las mujeres”.
“En Honduras, Nicaragua y El Salvador, el aborto está prohibido en todos los casos y […] Ordóñez llegará a la OEA con su obsesión personal en la agenda: ir en contra de los derechos sexuales y reproductivos”.
“Esta es una alerta para los movimientos feministas latinoamericanos, pues es un tipo sagaz, perseverante y corrupto y va a buscar activamente que haya retrocesos en derechos sexuales y reproductivos y derechos de la comunidad LGBTI en toda la región“.
Y antes de finalizar revela su gran temor: que el político colombiano “haga todo lo posible” para cerrar la llave al millonario financiamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
¿Por qué? Las contribuciones de los países para el órgano se han reducido progresivamente y Ordóñez ha manifestado en diversas ocasiones su reserva a la actuación de la entidad que, en vez de garantizar el respeto al Pacto de San José, parece estar más preocupada en impulsar las pautas ideológicas abiertamente reconocidas por Ruiz-Navarro.
Por eso les preocupa -y mucho- su desembarco en la OEA y han montado una campaña online en la plataforma Change para solicitar que Duque dé marcha atrás.
La organización que firma la iniciativa, Caribe Afirmativo, recibe financiamiento de la Open Society Foundations, del magnate George Soros, y se dedica a impulsar la agenda LGBT en la región.
La senadora María Fernanda Cabal dijo que el Ordóñez que conoce es un hombre “íntegro, amable, inteligente, decente y coherente”
También en la prensa hay una descarada campaña de desprestigio que incluye la divulgación de información falsa como que estaría inhabilitado para ejercer cargos públicos a raíz de la desición que el Consejo de MInistros tomó en 2016 – a pedido del presidente Santos – para declarar nula la reelección de Ordóñez para la función de procurador.
El consejero para asuntos políticos del actual gobierno, Jaime Amín, ha sido contundente al informar que el exprocurador goza del pleno ejercicio de sus derechos políticos.
José Félix Lafaurie, presidente de Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), es uno de los líderes de los diversos sectores que han salido en su defensa denunciando que la izquierda quiere crear una imagen del nuevo embajador que no corresponde con la realidad.
“La nueva causa de la izquierda es lograr una narrativa injusta y absolutamente ajena a la realidad con respecto de una vida construida con honestidad, decoro y trono moral como la de Alejandro Ordóñez. Por ello todo el respaldo al exprocurador”, aseguró en sus redes sociales.
También a través de sus perfiles en Twitter y Facebook políticos con funciones nacionales y locales le han manifestado su apoyo.
La senadora María Fernanda Cabal dijo que el Ordóñez que conoce es un hombre “íntegro, amable, inteligente, decente y coherente”.
Señaló que “los mismos que critican al embajador Alejandro Ordóñez se quedan callados cuando llegan violadores de niños al Congreso”. En el mismo sentido, la también senadora Paola Holguín indicó que el político “tiene firmeza, principios y ama profundamente a Colombia”.
La diputada Ángela Hernández confesó que le debe a Ordóñez la enseñanza de que, por la fe y los principios, se debe seguir peleando “15 minutos después de muertos”.
Y el concejal Marco Fidel Ramírez sostuvo que el exprocurador “es el más valiente defensor de la vida, la familia y los valores, y por eso será un gran embajador, representando bien los deseos de nuestro pueblo“.
Influencia de Ordóñez en la candidatura de Duque
Quizá la izquierda no le perdone a Ordoñez que -de acuerdo con diversos testimonios- jugó un papel preponderante para fidelizar el voto que pasa por la criba de valores relacionados con la promoción y defensa de la vida, la familia y las libertades fundamentales.
Estos sectores, que en el país y en el continente han movilizado a millones de personas durante los últimos años, vieron en el exprocurador una especie de ‘garantía’ que contribuyó a darle un voto de confianza a Duque, a quien veían con justa desconfianza, por las opiniones que explicitaba entre 2011 y 2014 en relación al aborto y el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo.
Al parecer, hubo un cambio en Duque derivado de la cercanía con Uribe en el Senado, a partir de 2014. Cuando a Uribe le preguntan qué piensa en temas polémicos de vida y familia, el responde: “Yo pienso lo mismo que el doctor Ordóñez”. Duque, evidentemente, no llega a tanto, pero reconoce la importancia de esos temas. No los ignoró ni subestimó en campaña y con la entrada de Ordóñez en la alianza con él -después de la elección interna de la “derecha”- estos asuntos se vieron reforzados.
Su programa de gobierno, por ejemplo, amplió el capítulo de políticas públicas para la familia, con mecanismos específicos para su fortalecimiento, protección y desarrollo que contempla el respeto a la libertad de educación y criterios de subsidiariedad. En el capítulo de “equidad para las mujeres” se percibe un cuidado especial en eliminar cualquier referencia a conceptos ideológicos relativos a ‘género’.
Sobre el aborto, aunque Duque reconoce que “la vida humana inicia en la concepción”, dice que “respeta” la sentencia de la Corte Constitucional del país que, desde 2016, lo permite cuando la “salud física o mental” de la madre esta en peligro, cuando hay una “grave” malformación y cuando el embarazo es producto de una violación. Pero se niega a ampliar los casos de despenalización.
Pariendo de allí, Ordóñez tejió un acuerdo realista con Duque: garantizar la objeción de conciencia de forma transversal en los fallos establecidos por el Tribunal en materia de aborto, eutanasia e ideología de género; así como revertir las regulaciones para la eutanasia, especialmente en niños. Estas ‘garantías’ posibilitaron el respaldo articulado y unánime de comunidades cristianas y organizaciones ciudadanas a su candidatura.
Duque no era para los provida y profamilia, que confiban en Ordoñez, el candidato ideal pero sí con quien -en esa coyuntura- les ofrecía mayores garantías de respeto y entraron sin ambiguedades y con gran empeño en la campaña que concluyó en la indiscutible victoria de Duque frente a Petro, que hoy se muestra obsesionado con bloquear a Ordóñez en la OEA.
Desde la perspectiva “progresista”, más allá de la cansina narrativa garantista, lo que está en juego en realidad es parte del financiamiento y de la articulación regional de su agenda.