El recaudador de fondos de la campaña presidencial de Eduardo Frei el 2009 mantenía un vínculo constante con los máximos ejecutivos de la cuestionada empresa brasileña acusada del mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil. En los correos incautados por la fiscal Ximena Chong, se detallan los pagos de la campaña y las reuniones que sostuvo con ministros.
El año 2013, donaron el uso ilimitado de un avión al entonces candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. Un año después, se sospechaba que pagaron deudas durante la campaña de Michelle Bachelet. Pero la conexión de la constructora brasileña OAS con Chile data de más tiempo. Desde el 2009, para ser más precisos.
La empresa, responsable del mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, mantenía en Chile una oficina, la que la tarde del viernes 3 de febrero de 2017 fue allanada por la Policía de Investigaciones. La diligencia, realizada por instrucciones de la fiscal de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Santiago Centro, Ximena Chong, buscaba incautar los registros contables de la constructora brasileña de los años 2012 y 2013, en el marco de la investigación por presunto fraude al Fisco, en el caso del mencionado jet presidencial de ME-O.
Pero, según detalla el diario La Tercera, encontraron más cosas. El primer gerente general de la Constructora OAS en Chile, Felippe do Prado Padovani, seguía de cerca la campaña presidencial del 2009. De hecho, envió un breve análisis de la situación política al director internacional de OAS, Augusto César Uzeda: “Hay solamente dos candidatos con posibilidades de ser elegidos”, le señala Padovani a Uzeda. “Sebastián Piñera y Eduardo Frei (…). Estamos trabajando para obtener una reunión positiva con los dos candidatos mencionados”.
En la cuenta de correo incautada a Padovani, se detallan 25 e-mails del geógrafo y operador político Giorgio Martelli (ex PPD), quien trabajó en los equipos de recaudación de fondos para las campañas presidenciales de Eduardo Frei (2009) y de Michelle Bachelet (2013). De acuerdo con el análisis policial, 16 de esos mensajes estarían relacionados con la investigación que lleva adelante la fiscal Chong por platas políticas.
“Hola Felippe, te envío algunos documentos que les ayudarán a tus abogados en el trámite de aportes reservados en el servicio electoral. Saludos, Giorgio Martelli”, detalla el primero de estos mails, que tenía dos archivos adjuntos: el primero era un documento titulado: “Minuta de aportes reservados de la campaña presidencial de Eduardo Frei año 2009”, en la cual se entregaban indicaciones sobre la forma en que se debían realizar las donaciones de acuerdo con la Ley 19.884 sobre Transparencia, Límite y Control de Gasto Electoral. También señala que el límite de los aportes reservados es de 1.500 UF (unos 31 millones de pesos de la época). “Todo aporte sobre esa suma (y bajo las 2.000 UF) deberá ser público”, explica en la minuta.
El segundo archivo, en formato pdf, era la “Guía del Donante”, material explicativo elaborado por el Servicio Electoral (Servel) sobre las normas que rigen las donaciones a las campañas políticas en Chile, los montos máximos permitidos y los plazos.
Tras una serie de líos, ya que no podían donar a una campaña en Chile sino estaba la empresa en el país, y otros tantos correos entre Padovani y la gente de OAS en Brasil, aparecía cobrado en el banco Itaú el cheque N°1145, de fecha 26 de octubre de 2009, con el rótulo “OAS Inversiones-Donación Política” por $ 29.670.600, el monto máximo de donaciones para una campaña electoral.
Pero Martelli, el recaudador de fondos de Frei, seguía en contacto con OAS. Dos días después del primer mail, envió otro a Padovani buscando concertar reuniones de los representantes de la Constructora OAS Chile con los entonces ministros de Obras Públicas, Sergio Bitar; de Energía, Marcelo Tokman, y de Minería, Santiago González, destinadas a dar a conocer la empresa y los proyectos y licitaciones que estaba postulando OAS en Chile.
Tras una serie de indicaciones de cómo tenían que enviar los mails a las carteras, Padovani indicó que a las reuniones asistirían “Felippe Padovani, Alejandro Santander, Giorgio Martelli e Ignacio Düner”. Pero Martelli, en un correo posterior, precisó que no lo nombraran: “Es recomendable que no sea nombrado dentro de la delegación ni menos que figure como parte de OAS”.
Martelli declaró como testigo ante la fiscal Chong pocas semanas después de que fueran allanadas las oficinas de OAS en Chile, cuando aún no se había hecho el peritaje forense a los computadores de la empresa. En esa ocasión, Martelli negó que los pagos de OAS fueran platas políticas y aseguró que correspondían al pago de servicios que había prestado como geógrafo en la elaboración de un mapa y de una guía de Chiloé y a un estudio del costo de los terrenos en el sur de Chile, que fue confeccionado para la constructora brasileña en momentos en que la empresa era dueña del 49% del consorcio que se adjudicó la construcción del puente del Chacao.
La información es de: El Mostrador