Emmanuel Macron apuesta por el desarrollo de la UE e intenta cosechar éxitos. En su paquete de propuestas hay temas cuestionables, pero también viables. Sobre todo, sabe llegar al público, opina Barbara Wesel
Alguien quiere convertirse en el nuevo rey de Europa. El presidente francés habla desde luego como si lo fuera. Y sabe hablar bien. Quien antes no creyera en Europa, cambiará ahora de bando tras su gran discurso sobre la historia y el futuro del continente unido. Angela Merkel no ha pronunciado durante toda su vida política un discurso así sobre Europa. La gran retórica no es su fuerte. Emmanuel Macron, por el contrario, cree en el poder de las palabras. Al fin y al cabo, ganó las elecciones como europeísta convencido.
En marcha, ¿hacia dónde?
Emmanuel Macron no solo quiere poner en marcha a Francia con su discurso en la Sorbona de París, sino también mostrar el camino a Europa, teniendo en cuenta a todos los destinatarios. A los franceses les dedicó los fragmentos sobre la protección social y la solidaridad, que deben reforzarse y ampliarse. Contra el miedo ante «los extraños”, Macron aseveró que la Unión Europea en conjunto y eficazmente debe proteger las fronteras y limitar la migración.
El presidente aboga por una política de asilo común y quiere expulsar a los solicitantes de asilo rechazados. Con respecto a este tema no hay medias tintas, porque el presidente no quiere fomentar el ultraderechismo. Con la mirada puesta en la fortalecida AfD en Alemania, Macron dijo que «pensaba que el pasado no regresaría”.
Su plan presenta casi todas las propuestas de reformas que se debatieron en el pasado reciente en la UE. La defensa conjunta europea, que tras el «brexit” se halla cada vez más cerca y habría que pactar antes de Navidad. También propuso el intercambio de soldados. De forma inteligente, mezcla las grandes y pequeñas reformas que pueden causar una buena impresión.
Propuestas para todos, también para Berlín
Una parte del proyecto de futuro de Emmanuel Macron está dedicado a Berlín. Felicita a Angela Merkel por su triunfo electoral y sabe que ambos se han vuelto más débiles en Europa, tras las elecciones alemanas, El presidente francés la anima a la hora de enfrentarse a la ultraderecha. Al fin y al cabo, Macron tiene también experiencia con el Frente Nacional, los nacionalistas y los populistas.
Y casi como de pasada, Macron se centra en el tema de la eurozona. La UE necesita un presupuesto común para defenderse de los shocks económicos. El dinero podría proceder de los nuevos impuestos digitales. Y, sí, también quiere un ministro que supervise la moneda única.
Naturalmente el presidente francés sabe que con el FDP, como posible miembro del Gobierno alemán en coalición, no puede llegar muy lejos en este punto. Por otro lado, el FDP también es consciente de que tiene que tenderle la mano a Macron para permitirle que coseche ciertos éxitos. Si Macron fracasa, el FDP no tendrá mucho que defender.
Barbara Wesel (RMR/ER)