Alemania logró mucho durante el gobierno de Angela Merkel. Ahora debe trabajar junto con otros europeos para reformar la UE, escribe la ex Comisaria de la UE Viviane Reding
Poco antes de estas elecciones para el Bundestag, Alemania se encuentra en buen estado. Su economía es un modelo para sus vecinos. El cambio en la política energética y su política de refugiados exigen respeto. Angela Merkel ha demostrado liderazgo. En las últimas cumbres del G7 y del G20, la canciller fue la jefa de Estado con más experiencia. Estados Unidos y Gran Bretaña retroceden, Francia e Italia se encuentran en un proceso lento de recuperación, Rusia y Turquía están cayendo en el autoritarismo, seguidas por Polonia y Hungría. Y con China e India en ascenso, el próximo canciller enfrentará desafíos sin precedentes en todos los frentes. Tanto dentro como fuera de Europa nos encontramos con mucha instabilidad. Antes estábamos rodeados de amigos, ahora estamos sitiados. Raramente la necesidad de actuar unidos en un espíritu europeo fue tan urgente.
Alemania se ha convertido con Angela Merkel en el motor de crecimiento de Europa. Ahora Berlín necesita ayudar a Bruselas a garantizar que Europa no solo se recupere económicamente, sino que se convierta en un ancla de estabilidad en el mundo. Cuanto más fuerte sea Europa, más fuerte será Alemania, y al revés. Para eso se necesita liderazgo.
Acercar la UE a los ciudadanos
La buena noticia es que el tiempo y las circunstancias para promover la integración son favorables. Las próximas elecciones europeas no serán antes del 2019, y las elecciones en los Estados miembros tuvieron buenos resultados: los euroescépticos en España, Austria, Holanda y Francia fueron abatidos. Ojalá que eso se logre también en Alemania. Las inquietantes consecuencias del «Brexit» y la elección de Donald Trump hacen que muchos europeos reevalúen la situación. Las encuestas muestran que la popularidad de la UE en los respectivos países está creciendo de manera significativa. Decenas de miles de personas participan en las manifestaciones «Pulse-of-Europe». Este es un momento decisivo. La Comisión Europea y el Parlamento Europeo tienen muchas propuestas en el cajón que solo esperan la aprobación de los Estados miembros. Debemos aprovechar esta oportunidad para las reformas.
Estas reformas que hay que abordar en los próximos meses se reparten principalmente en tres áreas. En primer lugar está la seguridad y la defensa. Necesitamos mejorar el intercambio de información entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley, establecer capacidades de defensa comunes y dar un verdadero mandato a un ministro de Asuntos Exteriores. En segundo lugar, el trabajo y el crecimiento. Debemos lograr un Gobierno de la zona euro, lograr la convergencia social y fiscal y necesitamos un presupuesto común europeo que merezca ese nombre. También debemos modelar la globalización y la digitalización, los dos factores más importantes del descontento de los ciudadanos. Y en tercer lugar, los valores y la democracia. Debemos vincular más estrechamente los pagos de los fondos europeos a la condición de que se respeten las normas democráticas de la UE y debemos acercar la UE a sus ciudadanos.
¿Qué estamos esperando?
Recientemente los europeos han creado cosas visionarias como la zona euro y el espacio Schengen, pero sin los recursos institucionales y financieros necesarios para su buen funcionamiento. Ya es hora de corregir estos errores. Más de tres cuartas partes de los ciudadanos de la UE opinan que esta debe hacer más para combatir el terrorismo y el desempleo. Entonces, ¿qué estamos esperando?
La Unión Europea ha sido y sigue siendo el mejor instrumento para proteger nuestro estilo de vida. Es un proyecto único de paz y prosperidad, seguridad y solidaridad. Si queremos estar a la altura de nuestros ideales, debemos actuar ahora y entregar resultados concretos. Todos tenemos el mismo objetivo: revivir el proyecto europeo. Solo una Unión Europea fuerte, segura de sí misma y dinámica puede defender sus intereses geoestratégicos. Angela Merkel lo expresó de esta manera: «Nosotros, los europeos, debemos tomar nuestro destino en nuestras manos». Unamos nuestras fuerzas para hacer Europa apta para el futuro y para asegurar que Europa lidere el mundo libre. ¡Europa primero!
La luxemburguesa Viviane Reding es diputada del Partido Popular en el Parlamento Europeo. De 2010 a 2014 fue vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía.