A veces republicano, a veces demócrata, Florida era siempre el estado bisagra más importante en las elecciones de Estados Unidos. Ya no.
Donald Trump primero y sobre todo ahora el actual gobernador, Ron DeSantis, han convertido este relevante estado en un bastión republicano y conservador.
DeSantis, respaldado con una gran mayoría y con su poder ejecutivo y el de la legislatura local, ha aprobado en los últimos meses una serie de leyes que restringen derechos y libertades y que han convertido a Florida en el mayor éxito y ejemplo de gobernanza para el ala más ultraconservadora del partido Republicano.
Tanto que su gestión es la principal baza y carta de presentación para competir con Trump por la candidatura republicana a la presidencia en las elecciones de 2024.
«El gobernador está convencido que su agenda exitosa de la Florida se puede transformar en una agenda presidencial exitosa. Esta es su apuesta», dice a BBC Mundo Eduardo Gamarra, profesor de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida.
Para dar su primer discurso como precandidato a presidente de Estados Unidos, DeSantis escogió un encuentro de padres que decidieron educar a sus hijos en casa en vez de enviarlos a las escuelas publicas. Muchos de esos padres tienen una posición ideológica fuertemente conservadora.
Allí, dos niños sostenían una bandera azul y roja con las letras blancas: «Make America Florida» (Que EE.UU. sea como Florida).
La educación de los niños, la prohibición de lo que llama «adoctrinamiento» es una de las grandes armas de DeSantis, que se nutre del creciente recelo -alimentado desde la pandemia y el uso de mascarillas en clase- de los conservadores hacia las escuelas.
Es una de las muchas «guerras culturales» con las que el gobernador ha convertido en el último año a Florida -el tercer estado con más votos electorales en las presidenciales- en un laboratorio de políticas conservadoras.
DeSantis, que ganó la gobernación por estrecho margen en 2018, lo revalidó en 2022 con una abrumadora mayoría gracias sobre todo a su gestión de la pandemia, en la que privilegió la economía sobre la salud y presentó al estado como el «faro de la libertad». El gobernador se impuso incluso en el condado de Miami Dade, el gran bastión demócrata y progresista.
Validado, consolidó un giro conservador en un estado en el que llegó a ganar Barack Obama en las presidenciales pero que ya en 2016 y 2020 se impuso Trump, que reside y tiene parte de sus negocios en Florida.
Fuente: bbc.com