Un pequeñó robot de 20 cm puede cambiar el futuro de una zona a punto de convertirse en el desierto: así lucha A’seddbot para replantar el planeta.
El cambio climático amenaza con convertir en inhóspitos desiertos aquellas zonas con climas secos. En España regiones como Almería, Murcia, Castilla-La Mancha o incluso Madrid podrían alcanzar unos niveles de aridez extremos en unos 80 años si no se consigue revertir la tendencia climática. Para luchar contra esta catástrofe se necesita la colaboración de todo el mundo, incluso la ayuda que pueda aportar un robot de no más de 20 cm de largo.
Avanzando con cierta dificultad por el terreno reseco y arenoso, A’seedbot analiza la humedad de la zona para encontrar el mejor punto en el que depositar un grupo de semillas con la esperanza de que en el futuro una plata sirva de protección para el suelo y reduzca el avance de la desertización a la que se dirigen muchas regiones de la Tierra.
Parece una misión colosal para un robot tan pequeño, algunos medios lo han comparado con Wall-e, el héroe mecánico de Pixar. Su creador es Mazyar Etehadi, un estudiante de posgrado que ha diseñado a A’seedbot como trabajo de graduación para el Instituto de Diseño e Innovación de Dubái.
El robot agricultor
«La desertificación es un problema enorme en todo el mundo causado por prácticas agrícolas insostenibles, la minería, el cambio climático y el uso excesivo de la tierra en general» explica Etehadi en su perfil de Instagram. Desiertos tan famosos como el Sáhara podrían haber sido grandes vergeles de vegetación hasta que la ganadería y agricultura del ser humano esterilizaron el terreno con el paso de los siglos.
Repoblar de vegetación en esas zonas desérticas puede ser complicado, pero esta podría ser la ayuda que necesitan otras regiones que corren el riesgo de convertirse con el tiempo en parajes donde solo corra la arena. Allí este pequeño granjero no solo es capaz de distribuir las semillas por donde más posibilidades tienen de arraigar, sino que también contribuye a estudiar las condiciones del terreno.
«El robot está equipado con paneles solares para cargar durante el día y navegar por el terreno durante la noche» explica su inventor. Los paneles solares nutren de energía a los distintos sensores, su sistema de comunicación inalámbrico y el mecanismo de patas con las que se desplaza por el terreno reseco.
Etehadi parece haberse inspirado en la anatomía de las morsas marinas para diseñar las patas impresas en 3D y el cuerpo de esta pequeña máquina. Las aletas giran para impulsar el robot hacia delante, al ser un terreno que tiende a tener mucha arena, este mecanismo evita que el dispositivo quede atascado como los coches con ruedas en la playa. Además, sirve para remover un poco la arena revelando la humedad que busca el dispositivo.
En este pequeño vídeo Mazyar Etehadi muestra uno de sus prototipos iniciales que evolucionó hasta convertirse en el modelo que presentó el estudiante en la feria Global Grad Show donde se encontraba con otros cientos de proyectos inspirados en la preservación del planeta, tal y como refleja CNN en un artículo.
El pequeño A’seedbot forma parte de otras tecnologías que también se están usando para repoblar terrenos, los drones, por ejemplo, se están utilizando en España para esparcir a gran velocidad semillas con las que impulsar el crecimiento de vegetación en aquellas zonas que han sufrido incendios. Sin embargo, este pequeño robot incluye la posibilidad de apuntar con más precisión la zona adecuada para que la siembra tenga éxito allí donde el terreno no es muy propicio.
Su tecnología
Las placas solares recargan durante el día la batería del robot que le otorga una autonomía de cinco kilómetros para localizar las zonas más fértiles. Trabaja cuando el sol se pone para detectar con más facilidad allí donde la humedad permitiría vivir a la planta, aunque durante el día deba soportar altas temperaturas y la exposición al sol.
El sensor de humedad señala ese punto propicio para expulsar unas pocas semillas. Al mismo tiempo, el robot envía los datos recogidos al propietario, aportando un estudio del terreno y sus condiciones que puede ser de ayuda a autoridades y organizaciones. Este pequeño sensor se encuentra en uno de sus ojos, mientras que en el otro cuenta con un sistema de prevención para no chocar con objetos que se sirve de un detector con el que reconoce la distancia de los objetos.
Con este equipamiento, A’seedbot puede trabajar de forma autónoma sin casi supervisión por un terreno donde se necesite cubrir con vegetación el suelo para protegerlo de los rayos solares. Mazyar Etehadi trabaja ahora en un modelo mejorado de este pequeño robot agricultor que pueda desplazarse por diferentes terrenos que no cuenten con arena únicamente.
Además, este recién graduado busca inversores para llevar más lejos el desarrollo de A’seedbot y aportar su granito de arena en la lucha contra el cambio climático que ya está provocando estragos por todo el mundo.
Fuente: elespanol.com