Con una capacidad de cálculo que nadie podía soñar hace unos años, los ordenadores cuánticos ponen en jaque a la criptografía tradicional.
Las criptomonedas y el blockchain son seguras porque utilizan complejos algoritmos para generarlas, y encriptación basada en redes de ordenadores.
Pero la criptografía es esclava de la evolución tecnológica. Un algoritmo de encriptación se puede romper por fuerza bruta, aunque se necesitarían miles de años de cálculos con ordenadores convencionales. Desde hace tiempo, los expertos se preguntan: ¿Y si se intentase con ordenadores cuánticos?
En 2019 Google presentó Sycamore, un ordenador cuántico de 54 cúbits, capaz de realizar en 200 segundos un cálculo para el que la computadora tradicional más potente del momento necesitaría 10.000 años.
Un ordenador cuántico trabaja a nivel atómico, manejando los estados de los átomos, que pueden ser al mismo tiempo un 0 o un 1. Esto rompe el paradigma de la informática tradicional, y abre un nuevo mundo de posibilidades.
La unidad de potencia de un ordenador cuántico es el qubit o cúbit. En 2019, el ordenador cuántico de Google alcanzaba los 57 cúbits.
Hace solo unos días, IBM presentó su ordenador cuántico Eagle, de 127 cúbits. Y anuncia que en 2023 alcanzarán los 1.121 cúbits.
A su lado, el ordenador de 57 cúbits de Google parecerá un ZX Spectrum…
IBM ha dicho que Eagle no puede ser igualado ni con todos los ordenadores de la Tierra juntos: se necesitarían más bits que átomos hay sumando todos los seres humanos del planeta. Y eso nos lleva a las criptomonedas.
La mayoría de las criptos, incluida el Bitcoin, se basan en el Blockchain, la cadena de datos encriptados que mantiene un red formada por docenas de miles de ordenadores. Todas las operaciones de minería, compra y venta de Bitcoins deben ser aprobadas por el 51% de los ordenadores de la red.
Por eso es tan díficil de hackear: ningún hacker tiene potencia computacional suficiente para hackear o reemplazar al 51% de los ordenadores de una red Blockchain… salvo un ordenador cuántico.
Otro punto débil son las claves criptográficas. En cada operación se genera una clave pública a partir de la clave privada y secreta del dueño de cada criptomoneda.
Adivinar una clave privada a partir de una pública requeriría miles de años de cálculos con ordenadores convencionales… y segundos, o unos minutos, con un ordenador cuántico. Y ya hay ordenadores de este tipo en manos privadas.
Tal como nos cuenta Business Insider, el experto Divesh Aggarwal, investigador de la Universidad Nacional de Singapur, predijo en 2017 que los ordenadores cuánticos estarían preparados para romper la criptografía de las criptomonedas, «en una década«.
Hace unos días otro científico, Jian-Wei Pan, creador de un ordenador cuántico de 66 cúbits, afirmó a través de El Confidencial que apenas quedan 3 o 4 años para que esta predicción se haga realidad.
Hemos puesto las criptomonedas como ejemplo, pero la amenaza se extiende a todas las claves criptográficas: la contraseña del móvil, la del router, la de la cuenta del banco.
Los ordenadores cuánticos, como la inteligencia artificial, van a cambiar nuestra realidad en muchos más aspectos de los que imaginamos.
Fuente: computerhoy.com