El expresidente peruano sufrió problemas de salud por segunda vez en quince días. Esta vez fue una taquicardia supraventicular, dijeron fuentes médicas
Los problemas de salud parecen no dar descanso al expresidente de Perú, Alberto Fujimori. El exmandatario, de 79 años y quien cumple condena de 25 años de cárcel como autor mediato de 25 asesinatos y dos secuestros, debió ser internado este sábado (09.09.2017) en una clínica de Lima debido a problemas cardíacos, en la que es su segunda descompensación médica en menos de quince días.
«Mi papá ha sido internado en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) por signos de fibrilación auricular paroxística: por momentos, su corazón late desordenado. Necesitan estabilizarlo», escribió en su cuenta de Twitter uno de los hijos del político, Kenji Fujimori, quien además es parlamentario. Ya el 28 de agosto, Fujimori había ingresado a la Clínica Centenario por una arritmia cardíaca, pero volvió tres días más tarde a su celda.
El médico de Fujimori, Alejandro Aguinaga, declaró al portal del diario El Comercio que el exgobernante sufrió una taquicardia supraventricular, pero que el episodio ya está bajo control. «Estamos más tranquilos por la evolución. Probablemente mañana (domingo) regrese” a la prisión de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía, donde cumple condena.
«Unir a mis hijos”
El pasado miércoles, Fujimori publicó una carta en su cuenta en Twitter donde revela que tuvo miedo de morir en su paso por la UCI, a fines de agosto. «Viví dos días de zozobra y reconozco que sentí miedo, pero no a la muerte, sino a dejar pendientes, como los planes de pasear por el parque con los nietos y unir un poco más a mis hijos», escribió entonces el político, que es trasladado regularmente a clínicas por problemas gastrointestinales y de hipertensión.
Tanto su hija Keiko, líder del partido fujimorista Fuerza Popular, como su hijo Kenji, el congresista más votado en las dos últimas elecciones, mantienen diferencias acrecentadas en los últimos meses sobre las líneas ideológicas de la formación política y los caminos para lograr la liberación de su padre. Ella prefiere acudir a la nulidad de la sentencia, mientras que Kenji quiere abogar por el indulto presidencial.
DZC (EFE, dpa) DW